Día de la independencia de Suramérica

27/05/2010
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Como muy pocas veces en la historia argentina, el pasado 25 de mayo se  congregaron  dos millones de argentinos  en la  emblemática avenida Corrientes de Buenos Aires  para celebrar el Bicentenario de la Independencia de ese país.

La  convocatoria  la realizó el gobierno  de la presidenta Fernández, en momentos  en que el asedio de algunos medios como el periódico Clarín llegó a su punto más alto y cuando muchos  argentinos, creían que  el gobierno de los Kirchner ya no salía  de la crisis.

Al día siguiente de la conmemoración, todos los periódicos, incluidos  el opositor Clarín,  desplegaron titulares eufóricos y colmados de patriotismo destacando la sorprendente concurrencia.  Clarín tituló: “Bicentenario: Festejo Histórico más allá de las diferencias”,  Página 12 :“ Canción con todos” y El Día : “Imponente cierre en los festejos del Bicentenario” .

Desde luego que la  multitudinaria convocatoria tiene que  ver con la  fuerza  oculta que tiene el justicialismo argentino o más propiamente el kirchnerismo, ahora cobijado en el Frente  Para la Victoria, sin embargo no todo es atribuible a la capacidad de persuasión de la  simpática presidenta Cristina Fernández.  Existen otros factores que  en última instancia determinaron que los bonaerenses  decidan hacerse parte de la histórica conmemoración y  desfilar por la avenida Corrientes a lo largo del día.

El factor  decisivo es  el redescubrimiento  que los argentinos están haciendo de la propia  Argentina y su  sentido de pertenencia a Sudamérica.  Con la crisis que golpeó a ese país hace 7 años y  la llegada  de los Kirchner al gobierno,  los argentinos  están  comprendiendo  cuan sudamericanos y latinoamericanos son   y cuan europeos no son, (default de por medio).

En ese ámbito la celebración del Bicentenario está cobrando fuerza en Argentina  y en  todos los otros países de la región. El 19 de abril comenzaron estas conmemoraciones en  Venezuela y se estima que continuarán hasta julio.   El 20 de julio será la fiesta del Bicentenario en  Colombia y el   18 de septiembre  en Chile.

La conmemoración está moviendo a millones de sudamericanos en cada uno de los países porque  se trata del nacimiento político de las repúblicas de esta parte del mundo. De la conquista  dolorosa, dura y heroica de la soberanía y la libertad.

Hace 200 años se instauraban gobiernos de criollos locales  y surgían las voces favorables a la independencia y la necesidad de asumir la soberanía de la nación y la representación de los pueblos.  Desde entonces el soberano no era más el Rey  sino el pueblo. Sudamérica empezó a ser ella  con sus fortalezas y debilidades, pero ella misma al fin.

200 años después, coincidiendo con la celebración del Bicentenario,  los pueblos de Suramérica, a su modo y  estilo   están protagonizando otro empuje emancipador que busca completar y profundizar  la obra de Bolivar, O´Higgins, San Martin y  Martí.

Cada país tiene sus especificidades  y ritmos de avance  y a momentos subsisten diferencias y enconos,  pero como nunca  todos celebramos  la valiente  decisión que tomaron  los pioneros  de la independencia hace 2 siglos.  Decisión encaminada a exigir  a los  extraños y ajenos dejar Sudamérica para los sudamericanos como manda el más  elemental sentido de la lógica y la racionalidad.

Entonces, en el marco de las características que adquiere ese proceso en cada país sudamericano,   tal vez haga falta dar un paso más: Señalar  una fecha para que toda Sudamérica conmemore  de manera conjunta la gesta de la  Independencia como hito continental.

Nada más es cuestión de sentido práctico. Cada país tiene su propia fecha, pero falta un denominador común para  todo el continente y  de este modo   trazar con más fuerza  un sendero de trabajo, avances y progreso para los 200 años que vendrán.

Los humanos nos movemos a partir del lenguaje y en ese ámbito sólo las referencias concretas  como las fechas  y los nombres tienen  capacidad de señalamiento y  convocatoria. Así como la creación de Unasur es un paso estratégico  vital, tenemos que aprender a  ponerle fibra y hueso a nuestras necesidades de integración.

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