Finalizada la primera vuelta de las elecciones nacionales de este año, la mayoría de los politólogos coincidían en afirmar que “si no pasaba nada raro” era seguro que José Mujica ganaría la segunda vuelta. Todos pensamos: “está hecho”, pues ¿qué “algo raro” podría pasar en este Uruguay con tanta estabilidad.

 

Pues bien, lo que nunca nadie pensó que podía pasar, pasó: apareció un loco de miércoles que tenía un arsenal de la gran flauta en una casa custodiada por unos perros, y arriba el viejo de miércoles de Jorge Batlle salió a decir que hay una conspiración en la que está metido su enemigo íntimo Julio Marenales, y por si fuera poco la policía actuó como si hubiera estado dirigida por Groucho Marx y el juez como si fuera Cantinflas. Entonces, ahora, al fin de cuentas, sí tenemos ese “algo raro” del que hablaban los politólogos, que tal vez le quite la presidencia a Mujica, así como la masacre del Filtro se la quitó a Tabaré Vázquez en 1994.

 

Al momento de sacar conclusiones primarias y apresuradas, es evidente que este individuo no actuó solo, pero por otro lado hay que tener en cuenta lo que ayer de mañana bien decía Esteban Valenti: ninguna organización político-militar, tanto de izquierda como de derecha, iba a cometer la estupidez de tener guardadas tantas armas tan distintas, guardadas juntas en un solo lado, sin estar preparadas para ser usadas, y sin una vigilancia continua.

 

Es todo muy raro. Es raro que ningún organismo de inteligencia se hubiera percatado de que alguien estaba acumulando tantas armas, y es raro que justo aparezcan ahora, porque es raro que en un lugar donde se guardaban tantos explosivos haya podido haber un cortocircuito, y es raro que la policía le haya puesto sobre aviso al tipo y que lo fueran a buscar desarmados y que al final el hombre terminara suicidándose, pudiendo haber escapado, que no le faltaron ni tiempo, ni dinero, ni documentos falsos para irse. Así que a lo mejor nos encontramos nada más que ante un loco al que alguien dejó pastar para convetirlo en ese “algo raro” necesario para que Mujica pierda la presidencia.

 

¿Y por qué no iba a querer la oligarquía y la masonería y la CIA que Mujica fuera presidente, si el hombre no está hablando de revolución sino de construir un capitalismo de categoría? Bueno, es que los dueños del circo están dispuestos a tolerar tigres amaestrados cuando no tienen más remedio (ese fue el caso de Vázquez y hubiera sido el caso de Astori pero parece que no es el de Mujica, que no se dejó amaestrar del todo, más que nada por cabeza dura), pero cuando tienen probabilidades, los dueños del circo prefieren que los que gobiernen en su nombre sean los monos, cuando no los gorilas.

 

En fin, a lo mejor todavía se puede aclarar lo que pasó y arreglar la macana. Lo que digo es que la policía parece que hubiera hecho todo lo posible para que las cosas salieran como la mona, y las respuestas de las autoridades y los candidatos oficialistas no son todo lo convincentes y contundentes que uno hubiera esperado. Y para peor, cuando lo cita el Juez, Batlle dice que no tiene ninguna prueba de lo que dijo, y que en realidad no dijo lo que dijo aunque está grabado, y el juez lo deja irse así como así, después de haber creado la conmoción pública que creó al decir y repetir lo que dijo y repitió. En fin, habrá que esperar antes de seguir opinando.

 

Lo que está claro es que la derecha uruguaya es tan jodida como cualquier otra derecha del mundo, y que –como quedó demostrado en el golpe del 73 y en la masacre del Filtro– está dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de mantenerse en el poder.

 

- COMCOSUR AL DÍA - AÑO 11 - Nº 1734, Montevideo, 6 de Octubre de 2009