La embajada de los Estados Unidos, en los diez meses de gestión del presidente Fernando Lugo, y del inicio de un importante proceso en el país, se ha convertido en el principal y gran colaborador del gobierno en lo que se ha denominado la instauración del cambio.

Proceso de Cambio, que entraña algunas contradicciones, y que principalmente debe ser entendido desde dos miradas muy distintas, que hacen a la del sector del ejecutivo, y a la mirada de los movimientos sociales, quienes cada vez se ven más alejados de este proceso, aspecto  que no tocaré en este artículo, sino solo como referencia.

En tan solo 10 meses, el proceso del presidente Lugo ha recibido 422 mil dólares de apoyo directo de la embajada yanqui, en el marco de este apoyo se han restituido luego de 2 años, los llamados Ejercicios Militares, pero ahora bajo el revestimiento de Colaboración Diplomática, por medio de “funcionarios” de la embajada de los Estados Unidos.

Desde diciembre del 2006 Paraguay no ha vuelto a firmar ningún convenio de inmunidad para la realización de ejercicios militares con Estados Unidos. Estos ejercicios consistían principalmente en la supuesta “Atención Médica y Construcción de Infraestructura social”, denominados Medretes y Nuevos Horizontes respectivamente.

Pero frente a la ausencia de un convenio, la embajada yanqui, encabezada ahora por Liliana Ayalde ha encontrado una mejor forma de seguir realizando dichos ejercicios -que no tienen otra finalidad que la de establecer una cuña en el Cono Sur- por medio de cooperación técnica con las Fuerzas Armadas, para que estas realicen los MEDRETES, pero con funcionarios de la embajada, que serían efectivos militares norteamericanos destacados en la sede diplomática, en carácter de civiles.

La modificación de la estrategia para la realización de Ejercicios Militares Conjuntos, y con ello el monitoreo de movimientos sociales, se da debido a que el ingreso de tropas extranjeras se encuentra supeditada a la aceptación del Senado de la Nación, lo cual de proponerse, tendría un carácter público, hecho que generaría la reacción de los movimientos sociales nacionales y regionales, además de los gobiernos del Mercosur, y en especial de Itamarati, con quien Paraguay se encuentra actualmente en negociación del Tratado de Itaipú.

Ante esta situación, el gobierno ha aceptado que la embajada colabore en misiones de salud con el ejército nacional, con funcionarios estadounidenses, “técnicos”, que serían efectivos militares afectos al servicio de la embajada, pero que al ser registrados como personal de la embajada tienen libre desenvolvimiento en el país, lo cual es aún más grave.

 Es así, que desde noviembre del 2008 se vienen llevando adelante los denominados Ejercicios o Plan Ñepohano, que significa en castellano Curación o Plan atención en salud, de la cual participan el Ejercito Nacional, funcionarios de la embajada o militares de civil, además de efectivos de la DEA de civil con sus pares de la Dirección Nacional Antinarcóticos (DINAR). Estos últimos para realizar charlas contra las drogas según lo señalan, pero en verdad lo que realizan es un monitoreo y estudio de los líderes locales, así como el establecimiento de las conexiones de los mismos con el narcotráfico, para crear escenarios de represión.

El 24 de noviembre se llevó a cabo el denominado Plan Ñepohano 03 en la ciudad de San Antonio, cercano a Asunción, el cual es un lugar donde se va expandiendo el movimiento suburbano, los denominados sin techos[1], llegando a 2.342 personas[2] en los días de desarrollo del plan.

Pero este Plan de la embajada se extiende a varias localidades del país, desarrollándose jornadas en Cerrito Chaco, en la ciudad de Presidente Hayes,  además se ha realizado en ambas localidades Operativos Nuevos Horizontes -pero claro, sin este nombre-, con la construcción de  Aulas y equipamiento de las mismas, así como otro Operativo en la ciudad de Lima, en San Pedro.

El segundo Operativo Ñepohano 04, se llevó a cabo al sur de la capital, en el Departamento de Itapúa, en la localidad de capitán Meza, cercana a la frontera con Argentina. El operativo fue realizado en febrero pasado, y al igual que en noviembre, el mismo llego a gran cantidad de personas. Todas estas personas fueron asistidas con las famosas pastillas cura todo, que fueran ya señaladas en el Informe de la Misión de Observación a Paraguay, realizada en el 2006 por la Campaña por la Desmilitarización de las Américas, donde se denunciaban abortos espontáneos y hemorragias en mujeres.

Estos ejercicios militares, revestidos de cooperación diplomática, se encuentran intrincados en una vasta red que la nueva embajadora Liliana Ayalde  ha establecido con el gobierno nacional. En menos de 10 meses, ha visitado en más de 3 oportunidades al Ministro del Interior Rafael Filizzola, se ha entrevistado con las principales autoridades nacionales, y como si fuera poco, ni bien ha arribado al país el canciller nacional Héctor Lacognata procedente de Cuba,  la misma ha mantenido una reunión con el mismo.

La agenda de la reunión de la diplomática con el canciller nacional no fue dada a conocer, señalando que la misma fue una visita de cortesía, aunque muy sugestiva, luego de las manifestaciones del gobierno sobre la implementación del modelo educativo y de salud cubanos.

Este hecho genera la preocupación de la embajada yanqui, que ha impulsado la cooperación médica  militar, si bien con objetivos de infiltración nacional, también lo ha hecho con el fin de socavar el acercamiento en estas áreas con los gobiernos de Cuba y Venezuela, principalmente.

Es así, que ante el incremento del número de personas beneficiadas con el Operación Milagro, la embajada ha realizado importantes donaciones a instituciones oftalmológicas nacionales, para la realización de cirugías gratuitas.

Desde octubre del 2007 se viene impulsando el programa “Opérese en casa, con seguridad y responsabilidad[3]”, en coordinación con la Sociedad Paraguaya de Oftalmología, logrando con este hecho, que esta última se pronuncie y lleve a cabo toda una campaña en contra del Operación  Milagro, y contra los profesionales cubanos en general.

Este replanteamiento de la estrategia de inserción en el país es mucho más peligrosa que los Ejercicios Militares tradicionales, debido a que pasan desapercibidos al monitoreo social, son presentados como apoyo al nuevo gobierno, y goza de simpatía de la población.

Con esta estrategia se logra el ingreso de personal militar a territorio nacional, sin control alguno, si bien el mismo tampoco era aplicado con el permiso otorgado por el Congreso nacional, lo que si se contaba era con un control soberano del mismo y con monitoreo social que hoy desaparece.

El gobierno nacional deberá tener en cuenta este hecho, esta nueva estrategia, que entre otros ha dado uno de sus primeros resultados, que es la información enviada por la DEA local a su oficina de Washington, sobre el dirigente campesino Elvio Benítez, a quien señalan como narcotraficante[4].

 El gobierno de Fernando Lugo deberá reconfigurar su acercamiento con la embajadora Ayalde, quien  maneja muy hábilmente las relaciones diplomáticas y las políticas sociales vinculándolas con las teorías de seguridad estadounidenses, pues no podemos dejar pasar por alto su curriculum de directora de la USAID en Bolivia y antes de arribar a Paraguay, sus 5 años en Colombia, dentro del marco de la Seguridad Democrática.

Si bien el presidente Lugo no puede desprenderse de la noche a la mañana de su relacionamiento con los Estados Unidos, si sería conveniente ir delimitándolo, y no permitir la libre movilidad de funcionarios extranjeros dentro del territorio, que resulta peligroso para su gobierno, teniendo en cuenta la historia de desestabilización y golpes blandos[5] que trae aparejada las sedes diplomáticas de ese país.

- Orlando Castillo Caballero es abogado de DD.HH, objetor de conciencia, antimilitarista y miembro a título personal de la Campaña para la Desmilitarización de las Américas (CADA)