Banda versus bandas
29/09/2008
- Opinión
Toda Cuba se preparaba para enfrentar los huracanes de la temporada y era noticia por las agencias cablegráfica extranjeras que el roquero Gorki Águila, director de la banda: “Porno para Ricardo” fue apresado.
Enseguida una turba de disidentes (más bien fuera del país) lo convirtió en un héroe presentándolo como un desafecto a la Revolución encarcelado por no estar de acuerdo ideológicamente con el sistema.
En Internet se recolectaba firmas para pedir su excarcelación, pero no se publicó que el hombre hace unos cuatro años, --aún no era cantante--, estuvo preso por consumo y tráfico de drogas, escándalos públicos y salir desnudo a la puerta de su casa, para indignación de los vecinos de su barrio. En la prisión se sumó a los grupos de estudios que estos lugares ofrecen a los reclusos. Por su buen comportamiento recibió la libertad sin cumplir la condena establecida. Se unió a otros de sus amigos, algunos de ellos con antecedentes penales y formó la banda “Porno para Ricardo”.
Lo llamativo del asunto es que se le presta atención a un hecho insignificante de la sociedad, se sobredimensiona y luego se saca a la luz pública como el problema fundamental a resolver.
Todavía no se ha visto publicado que en Cuba hay 104 bandas municipales de música formadas por el estado, más cuatro infantiles (dos en Villa Clara y dos en Granma) y otras dos en prisiones.
El vicepresidente del Instituto Cubano de la Música, Orlando Bistel, destacó que este proyecto de bandas ha sido una iniciativa cultural para dar empleo a jóvenes sin vínculo laboral ó estudiantil y con aptitudes para la música.
El funcionario señaló además: “Se trata no sólo de rescatar las bandas, sino de aportar una opción cultural a la vida de cada territorio superior a lo que tenemos hoy. Las bandas son agrupaciones que asumen todo tipo de repertorio, que pueden actuar en cualquier tipo de locación, no llevan sonido, ni grandes requerimientos técnicos, ni escénicos, pero sobre todo, tienen un gran papel remodelador, de sus integrantes y de la sociedad que los percibe”.
Esteban Quesada, Director de la Banda Provincial de Conciertos de Ciudad de la Habana, se refirió a los inicios del proyecto, allá por el año 2000. Hoy se cuenta con escuelas de bandas en muchas provincias donde se forman jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 25 años, y que se preparan en un curso elemental de música previsto para tres años de estudio.
El también asesor del Instituto Cubano de la Música, comentó que el repertorio de estas bandas lo conforma la música tradicional cubana y estos jóvenes que hoy se forman pueden interpretar música sinfónica, cubana, contemporánea, afrocubana, etc.
Esteban Quesada dijo además que ya se realizó una graduación de la primera etapa de su plan de estudio con 140 muchachos de seis municipios periféricos de la capital: Regla, Guanabacoa, Marianao, La Lisa, Arroyo Naranjo y Boyeros.
La directora de la Escuela de Iniciación de Bandas de Música de Ciudad de la Habana, Iliana Roly comentó que la escuela tiene un régimen interno en el primer año para aprovechar la mañana, la tarde y la noche. Su formación está concebida en tres años por lo que en los cursos sucesivos integran las bandas de sus municipios y a su vez reciben clases en la escuela. Ellos se preparan en la especialidad de instrumento, solfeo y apreciación musical.
Destacó que el proceso de selección se llevó a cabo con prueba de aptitud practicada por músicos profesionales y que ya se tiene la matricula de los nuevos ingresos. “Con esto queremos rescatar la tradición de las bandas que existía en el país. Se puede catalogar como un programa social que rescata la tradición de bandas” –dijo-.
Vale preguntarse: ¿Es más importante divulgar la trayectoria de un roquero antisocial que la formación de cientos de jóvenes como músicos? Si aún no tiene la respuesta, lo mejor sería sacar sus propias conclusiones.
Nuria Barbosa León
Periodista de Radio Progreso y Radio Habana Cuba
Enseguida una turba de disidentes (más bien fuera del país) lo convirtió en un héroe presentándolo como un desafecto a la Revolución encarcelado por no estar de acuerdo ideológicamente con el sistema.
En Internet se recolectaba firmas para pedir su excarcelación, pero no se publicó que el hombre hace unos cuatro años, --aún no era cantante--, estuvo preso por consumo y tráfico de drogas, escándalos públicos y salir desnudo a la puerta de su casa, para indignación de los vecinos de su barrio. En la prisión se sumó a los grupos de estudios que estos lugares ofrecen a los reclusos. Por su buen comportamiento recibió la libertad sin cumplir la condena establecida. Se unió a otros de sus amigos, algunos de ellos con antecedentes penales y formó la banda “Porno para Ricardo”.
Lo llamativo del asunto es que se le presta atención a un hecho insignificante de la sociedad, se sobredimensiona y luego se saca a la luz pública como el problema fundamental a resolver.
Todavía no se ha visto publicado que en Cuba hay 104 bandas municipales de música formadas por el estado, más cuatro infantiles (dos en Villa Clara y dos en Granma) y otras dos en prisiones.
El vicepresidente del Instituto Cubano de la Música, Orlando Bistel, destacó que este proyecto de bandas ha sido una iniciativa cultural para dar empleo a jóvenes sin vínculo laboral ó estudiantil y con aptitudes para la música.
El funcionario señaló además: “Se trata no sólo de rescatar las bandas, sino de aportar una opción cultural a la vida de cada territorio superior a lo que tenemos hoy. Las bandas son agrupaciones que asumen todo tipo de repertorio, que pueden actuar en cualquier tipo de locación, no llevan sonido, ni grandes requerimientos técnicos, ni escénicos, pero sobre todo, tienen un gran papel remodelador, de sus integrantes y de la sociedad que los percibe”.
Esteban Quesada, Director de la Banda Provincial de Conciertos de Ciudad de la Habana, se refirió a los inicios del proyecto, allá por el año 2000. Hoy se cuenta con escuelas de bandas en muchas provincias donde se forman jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 25 años, y que se preparan en un curso elemental de música previsto para tres años de estudio.
El también asesor del Instituto Cubano de la Música, comentó que el repertorio de estas bandas lo conforma la música tradicional cubana y estos jóvenes que hoy se forman pueden interpretar música sinfónica, cubana, contemporánea, afrocubana, etc.
Esteban Quesada dijo además que ya se realizó una graduación de la primera etapa de su plan de estudio con 140 muchachos de seis municipios periféricos de la capital: Regla, Guanabacoa, Marianao, La Lisa, Arroyo Naranjo y Boyeros.
La directora de la Escuela de Iniciación de Bandas de Música de Ciudad de la Habana, Iliana Roly comentó que la escuela tiene un régimen interno en el primer año para aprovechar la mañana, la tarde y la noche. Su formación está concebida en tres años por lo que en los cursos sucesivos integran las bandas de sus municipios y a su vez reciben clases en la escuela. Ellos se preparan en la especialidad de instrumento, solfeo y apreciación musical.
Destacó que el proceso de selección se llevó a cabo con prueba de aptitud practicada por músicos profesionales y que ya se tiene la matricula de los nuevos ingresos. “Con esto queremos rescatar la tradición de las bandas que existía en el país. Se puede catalogar como un programa social que rescata la tradición de bandas” –dijo-.
Vale preguntarse: ¿Es más importante divulgar la trayectoria de un roquero antisocial que la formación de cientos de jóvenes como músicos? Si aún no tiene la respuesta, lo mejor sería sacar sus propias conclusiones.
Nuria Barbosa León
Periodista de Radio Progreso y Radio Habana Cuba
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