Confieso que cuando llegue a Tarija pensé que las cosas estarían tal como se reflejan en los medios de comunicación masivos. Esto es, los enfrentamientos a la orden del día y una explosión de racismo e intolerancia a raudales. De hecho, no contribuyó a mi forma de ver las cosas lo que alguien me comento respecto a los controles de carnets. Me dijeron que habían grupos que se dedicaban a identificar a los occidentales y a expulsarlos del territorio chapaco.

Mientras escribo estas líneas en el aeropuerto de Tarija, debo indicar que todo lo señalado no es más que un prejuicio. Este departamento continúa siendo la tierra apacible que siempre fue. La gente es amable, cariñosa y sonriente, todo el mundo se esfuerza por hacerte la vida placentera. Esta es una tierra en la que el ideal de Thoureau de la "vida buena" se convierte en práctica cotidiana. En verdad acá se trabaja para vivir y no al revés.

¿Y la política? Ciertamente existe preocupación en amplios sectores de la población. Pero no con la misma intensidad que en el resto del país. La mayor parte de la gente que encontré piensa que si existen problemas los mismos deben resolverse sin afectar a la población. Hasta el bloqueo que encontré en la ruta Potosí - Tarija parece confirmar esta afirmación. Un sólo punto constituye el bloqueo y, en general, sirve para que la gente que arriba estire las piernas al pasar de un vehiculo a otro. Todo el fin de semana me advirtieron que al día siguiente no existiría un vehiculo circulando, y cada día veía en la puerta del lugar donde me aloje taxis solícitos que por la módica suma de Bs 3, se ofrecían a llevarme donde quisiera.

Tarija no es un departamento para armar paros. Cossio no controla a toda la población y mi pronóstico es que este paro se derrumbará en el breve plazo de una semana, no tanto por las acciones del gobierno, sino por que la población se cansará del asunto.

Tarija, 7 de septiembre de 2008

Fuente www.alminuto.com.bo