Plan Nacional de Desarrollo: Sin novedad en el frente

26/04/2007
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  • Opinión
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La ponencia para el debate en plenarias del Plan Nacional de Desarrollo no difiere en mucho de la que se discutió en los debates de comisiones. Las más de 450 proposiciones que surgieron en el primer debate quedaron resumidas en 125 artículos del proyecto de ley, sin que en la filosofía del proyecto o en las intenciones del Plan se haya cambiado mucho.

Es necesario destacar un hecho inusual en este tipo de proyectos: se debatió y organizó en las instalaciones del Congreso, cosa que en nuestro país constituye una rara excepción a la práctica de tener a los congresistas en los ministerios o en el propio palacio presidencial donde, obviamente, el gobierno y sus asesores y ministros mandan la parada de lo que puede ir o no en el debate. Elementos polémicos como el cobro de un nuevo impuesto a la salida de colombianos al exterior, o la imposición del chip para controlar el pago del Seguro Obligatorio fueron totalmente derogados. Otras como la reforma a los sistemas de asignación del presupuesto de las universidades públicas fueron cambiadas a tal punto, que tal como están redactadas es más el estorbo que hacen en el articulado que su efecto real. Y, finalmente, las propuestas más “populares” entre los parlamentarios, especialmente las de las regiones se mantuvieron y ampliaron como las necesidades de construcción y rehabilitación de carreteras.

Pero en este segundo debate se hace más evidente algo que analizamos en otra oportunidad: el Plan de Desarrollo constituye todo menos un verdadero plan, reúne una serie de buenas intenciones con unas propuestas normativas, de las cuales muchas de ellas no tienen sentido ni lugar en el Plan como las infaltables rebajas de impuestos, esta vez con la justificación del “desastre” de la avalancha de los ríos Páez y Magdalena a causa de la explosión del Nevado del Huila en días recientes.

Lo concreto es que el gobierno planea con el deseo y no con la realidad, afirma contra toda evidencia que el país avanzará por sendas de crecimiento sostenidas del 5%. Además, sostiene que se controlará la inflación, que el TLC con los Estados Unidos es todo ventajas y nada de defectos; que el desarrollo del empleo mejorará (no explica cómo); y que el país avanza económica y socialmente por la senda del éxito rotundo, sin poner atención a señales graves que vienen aconteciendo en los últimos días.

Pero, ¿Cuáles son esas graves señales? La primera de ellas está relacionada con el sobrecalentamiento del consumo de los hogares colombianos, lo cual sería bueno de no ser porque este se está financiando con un aumento peligroso del endeudamiento que alcanza los 27 billones de pesos en créditos de consumo, además porque en el primer trimestre de este año comenzó a mostrar indicadores negativos. Si el consumo se desacelera es posible que el PIB no crezca al 5% o más y entonces los supuestos macroeconómicos del plan estarían en graves problemas para cumplirse.

La segunda tiene que ver con que no se ha controlado el efecto revaluador y sus consecuencias no sólo son preocupantes, sino realmente graves para exportadores y productores porque en el mercado interno enfrentan respectivamente una menor competitividad de sus exportaciones y menos capacidades de competencia frente a importados más baratos. De hecho, en el primer trimestre del año, las importaciones que hace el país aumentaron en un dramático 35%, mientras que las exportaciones apenas si lo hicieron en un 10%. Y la tercera se refiere a que si los exportadores no exportan, y los productores para el mercado interno no venden, no habrá empleo y es precisamente en el empleo donde las metas ambiciosas del Plan pueden quedar en bellas intenciones de papel, pero no en realidades que mejoren las condiciones de vida de los colombianos. Lo cual demuestra que un gobierno que planea con el deseo, y planea con estadísticas que le indican que todo está bien es el más peligroso de los mundos: cuando la realidad haga presencia en una crisis económica ¿Qué nos irán a decir estos profetas de la ventura? Evidentemente nos dirán que la realidad está equivocada, como siempre.

- Jairo Bautista, Asesor Congreso de la República

Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 59
Corporación Viva la Ciudadanía. www.vivalaciudadania.org
https://www.alainet.org/es/active/17188?language=en
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