Entre el escupitajo y la apología

No hay lugar para el centrismo

15/12/2006
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En una historia que tiene costuras de tragedia griega, los descendientes de dos militares chilenos representan posiciones enfrentadas desde hace más de tres décadas. En este moderno drama shakespeareano, todo gira alrededor del cadáver de Augusto Pinochet, el ex hombre fuerte que dividió a la sociedad de su país y que ya convertido en “turbio huésped de la oscura tierra” continuará dando mucho qué hablar.

Uno de los protagonistas es el artista plástico Francisco Cuadrado Prats, nieto del general Carlos Prats, quien fue asesinado junto a su esposa por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) chilena en la medianoche del 30 de septiembre de 1974, durante su exilio en Buenos Aires. El general Prats, un brillante oficial que fue el primero de su promoción militar en 1934, aficionado a la filosofía, la historia y la pintura, había sido comandante en jefe de las Fuerzas Armadas en tiempos del presidente Salvador Allende.

El otro protagonista del drama es el capitán Augusto Pinochet Molina, de 34 años, egresado como ingeniero militar en 1996 y nieto del dictador fallecido el 10 de diciembre, fecha en la que por curiosa coincidencia se festeja el Día Internacional de los Derechos Humanos. Pinochet Molina, conocido como “Augusto III”, nació cinco meses antes del golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 y hasta los 13 años vivió en Estados Unidos.

Cuadrado Prats hizo fila durante varias horas en el velatorio de Pinochet, sin que nadie lo reconociera, para escupir el ataúd. “Era algo que quería hacer”, relató luego el artista –hijo de la actual embajadora de Chile en Grecia, Sofía Prats– para expresar su desprecio al autor ideológico del asesinato de sus abuelos.

Pinochet Molina, en cambio, improvisó un discurso sin autorización de la jefatura militar ante el féretro de su abuelo y lo reivindicó como “un hombre que derrotó en plena guerra fría al modelo marxista”. La presidenta Michelle Bachelet, ex presa política del pinochetismo, calificó la intervención del oficial como “una falta gravísima”. El general Oscar Izurieta, comandante en jefe del ejército, decidió expulsar a Pinochet Molina y aclaró a través de un comunicado que las expresiones del nieto de Pinochet “no representan la doctrina ni la opinión oficial” de la institución armada.

El artista plástico Cuadrado Prats y el ex capitán Pinochet Molina representan a la dividida sociedad chilena actual. A pesar del tiempo transcurrido desde el 11 de septiembre de 1973, las actitudes de cada uno contradicen al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien acaba de declarar que “cuando alguien tiene canas debe evolucionar al camino del medio”. En un acto organizado el lunes 11 por la revista Istoé para empresarios y artistas de São Paulo, Lula afirmó que “una persona anciana que es de izquierda tiene problemas” y “un joven que es de derecha también tiene problemas”.

La larga sombra de Pinochet oscurece todas las canas o las blanquea prematuramente y aleja al país del pragmatismo lulista. Parece que en el Chile de hoy –como en muchas partes del mundo– no hay lugar para el centrismo.

Fuente: Bambú Press
http://bambupress.wordpress.com
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