El voto nulo convoca la Asamblea Constituyente
25/10/2006
- Opinión
El voto nulo se debe convertir en la gran avalancha política que protagonice el cambio estructural del Estado.
En Ecuador el gran ganador de las elecciones generales del 15 de octubre fue el voto nulo, una expresión de rechazo a los partidos políticos que no han sabido gobernar al país. Es la manifestación de un pueblo que reclama una Asamblea Constituyente que reforme la estructura del Estado ecuatoriano.
El país está recuperando la sensatez y la sensatez es una expresión que se ha manifestado en este voto nulo, un voto de rechazo y molestia, no es solo un voto que dice no, es también un voto que señala un camino que tenemos que recorrer. Un voto nulo al Congreso, que le dice no a los mismos de siempre y sus "pipones" llamados asesores, pero que le dice sí a un cambio profundo en este país a través de una Asamblea Constituyente que apruebe una Constitución que de al Estado la condición de inmunidad, que sea inembargable y con ejercicio pleno de soberanía. Que convierta al Ecuador en territorio de paz sin bases extranjeras y sin alianzas militares. Que establezca la cogobernabilidad de nacionalidades y minorías. Que establezca la representación política de los Migrantes ecuatorianos, para que tengan derecho a elegir sus propios representantes ante la Asamblea Nacional Constituyente y Congreso Nacional. Que introduzca la Declaración de los Derechos Humanos como norma de vida de la República. Que impida la acción de los monopolios y oligopolios, que sea solidario con la producción nacional y la generación de empleo. Que implante la base de una Nueva Patria para todas y todos. Que detenga la destrucción suicida del medio ambiente, entre otros
Votar nulo es una posición legítima, una propuesta moral que busca democracia, ya que en el Ecuador impera una pseudodemocracia y no es que el voto nulo va en contra de la democracia sino que es una respuesta a los procesos dictatoriales del poder económico con que se ha manejado el país y de la partidocracia.
También podemos señalar que el voto nulo es un grito de rabia y también de esperanza de que queremos un Ecuador con partidos democráticos sin dueños de partido, sin propietarios, pues; y queremos una democracia participativa en lo político, económico y social.
Recordemos que el mandato popular de Abril 2005 fue claro. Refundar el Ecuador y «que se vayan todos» los que han detentado el poder los últimos 175 años y que lo han llevado a la bancarrota económica, social y política.
El voto nulo al Congreso, en todas las provincias del Ecuador, ha alcanzado niveles muy altos, que superan los votos de los "diputados electos", éste voto se debe convertir en energía social, en la gran avalancha política que protagonice el cambio estructural del Estado, dado que si se queda solamente en un voto individual depositado y lamentado con molestia, no pasará nada en el país.
El voto nulo debe convertirse en energía purificadora, en movilización, en fuerza social para dar paso al sentido que tendría el voto nulo. Si no hay Asamblea Constituyente ese voto nulo no serviría de nada.
El voto nulo al Congreso es una gran victoria de la justeza de una idea sostenida por las organizaciones populares y las verdaderas fuerzas democráticas del país.
Quienes resultaron electos diputados, -con una baja votación- , deben reflexionar y entender cual fue el mensaje del pueblo ecuatoriano en las urnas electorales.
- Eduardo Zambrano Cabanilla, desde Caracas-Venezuela
En Ecuador el gran ganador de las elecciones generales del 15 de octubre fue el voto nulo, una expresión de rechazo a los partidos políticos que no han sabido gobernar al país. Es la manifestación de un pueblo que reclama una Asamblea Constituyente que reforme la estructura del Estado ecuatoriano.
El país está recuperando la sensatez y la sensatez es una expresión que se ha manifestado en este voto nulo, un voto de rechazo y molestia, no es solo un voto que dice no, es también un voto que señala un camino que tenemos que recorrer. Un voto nulo al Congreso, que le dice no a los mismos de siempre y sus "pipones" llamados asesores, pero que le dice sí a un cambio profundo en este país a través de una Asamblea Constituyente que apruebe una Constitución que de al Estado la condición de inmunidad, que sea inembargable y con ejercicio pleno de soberanía. Que convierta al Ecuador en territorio de paz sin bases extranjeras y sin alianzas militares. Que establezca la cogobernabilidad de nacionalidades y minorías. Que establezca la representación política de los Migrantes ecuatorianos, para que tengan derecho a elegir sus propios representantes ante la Asamblea Nacional Constituyente y Congreso Nacional. Que introduzca la Declaración de los Derechos Humanos como norma de vida de la República. Que impida la acción de los monopolios y oligopolios, que sea solidario con la producción nacional y la generación de empleo. Que implante la base de una Nueva Patria para todas y todos. Que detenga la destrucción suicida del medio ambiente, entre otros
Votar nulo es una posición legítima, una propuesta moral que busca democracia, ya que en el Ecuador impera una pseudodemocracia y no es que el voto nulo va en contra de la democracia sino que es una respuesta a los procesos dictatoriales del poder económico con que se ha manejado el país y de la partidocracia.
También podemos señalar que el voto nulo es un grito de rabia y también de esperanza de que queremos un Ecuador con partidos democráticos sin dueños de partido, sin propietarios, pues; y queremos una democracia participativa en lo político, económico y social.
Recordemos que el mandato popular de Abril 2005 fue claro. Refundar el Ecuador y «que se vayan todos» los que han detentado el poder los últimos 175 años y que lo han llevado a la bancarrota económica, social y política.
El voto nulo al Congreso, en todas las provincias del Ecuador, ha alcanzado niveles muy altos, que superan los votos de los "diputados electos", éste voto se debe convertir en energía social, en la gran avalancha política que protagonice el cambio estructural del Estado, dado que si se queda solamente en un voto individual depositado y lamentado con molestia, no pasará nada en el país.
El voto nulo debe convertirse en energía purificadora, en movilización, en fuerza social para dar paso al sentido que tendría el voto nulo. Si no hay Asamblea Constituyente ese voto nulo no serviría de nada.
El voto nulo al Congreso es una gran victoria de la justeza de una idea sostenida por las organizaciones populares y las verdaderas fuerzas democráticas del país.
Quienes resultaron electos diputados, -con una baja votación- , deben reflexionar y entender cual fue el mensaje del pueblo ecuatoriano en las urnas electorales.
- Eduardo Zambrano Cabanilla, desde Caracas-Venezuela
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