El mes pasado en dos días se dieron la muerte de varios niños muertos por falta de atenciones adecuadas. Se cambió a la Ministra de Salud y poco más. Todo sigue igual. Pareciera que ya todo está bien. Sin embargo, ponerse enfermo en el Paraguay es algo muy doloroso y serio. Primero no hay a donde acudir. Por supuesto que los ricos tienen sus sanatorios privados. Para la mayoría del Pueblo del Paraguay, ese casi 60% que vive lindando la pobreza, en ella o mucho peor en una miseria sin salida y si todavía está en el interior, verdaderamente no tiene a donde acudir. Escasean los puestos de salud. Y los llamados hospitales del interior, suelen ser grandes elefantes blanco vacíos de médicos y medicinas. Y hablando de medicinas, todavía es peor. Encontrado al médico, luego resulta que no hay plata para las medicinas. Y comienza el largo peregrinaje de pedirla prestada a los vecinos o de hacer polladas o tallarinadas, de las que con mucho trabajo a penas sacan un doscientos mil. Si añadimos, además, los casos en los que hay que operar y para eso, que se supone gratis, se necesita sangre, gasas, sueros etc, pronto se llega a uno o dos millones. ¿Y nuestro Pueblo empobrecido cuando los ha visto juntos?. Y tengo, con dolor, añadir a todo esto el maltrato que en demasiadas ocasiones reciben los pacientes del personal que los atiende: médicos, enfermeras o simples funcionarios. Ante estos hechos es necesaria una seria reflexión. ¿Por qué siendo tan bajo el presupuesto en Salud, Hacienda no lo libra al 100% como hace con el de las FF.AA.? ¿Por qué, en lugar de darlo a Salud , crece desorbitadamente el presupuesto del TSJE, cuando en realidad es una institución en la que sobran la mitad de sus funcionarios y que cada año crece más y más por el clientelismo político?. Y, por último la pregunta más grave e importante: ¿Hasta cuando como Pueblo vamos a soportar a un gobierno que prioriza el clientelismo, la corrupción o el ser reelegido mediante la compra de votos en las elecciones del Pueblo y en las decisiones de las Cámaras legislativas?. Miles de paraguayos y paraguayas mueren al año antes de tiempo. Y de esto somos culpables todos. Los que no dan el presupuesto necesario, los que lo malgastan robándolo, los profesionales que se descuidan. Y, atención, también el mismo Pueblo en general, que sabiendo todo esto, permanecemos en silencio.