La Intifada India continúa

05/06/2006
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Cuando en 1994 se dio el levantamiento de Chiapas que conmocionó al mundo entero, Carlos Fuentes señaló que había surgido la primera rebelión de la era poscomunista. Pertinente la expresión de Fuentes, tenía sin embargo un equívoco: la primera rebelión de la era pos-soviética se dio en 1990 a pocos meses de la célebre caída del Muro y fue el levantamiento protagonizado por la CONAIE, bajo la dirección de Luis Macas. Pero, lo que alguna vez denominé la Intifada india no era solo otro de los movimientos sociales, tal que los de mujeres, ecologistas o de los GLBT, que tomaban la posta de la lucha de los trabajadores, campesinos o pobladores de los 70, derrotados por la globalización y la caída de los referentes socialistas y nacionalistas. Los pueblos indios son algo mas que un movimiento social, son el substractum de nuestra historia y de nuestro ser andino y nacional. Historia de resistencia: con el levantamiento de los 90, los pueblos indios del Ecuador y de América hacían su espléndido retorno al escenario histórico en continuidad con una larga historia de alzamientos y masacres, desde la resistencia de Rumiñahui hasta los levantamientos de Julián Quito, Fernando Daquilema y Manuela León, las huelgas dirigidas por Dolores Cacuango y Transito Amaguaña ya en la primera mitad del Siglo XX, las tomas de tierras en la lucha por la reforma agraria en los 60 y 70. Los grandes levantamientos indios que surgieron en el período comprendido entre los finales del Siglo XVIII y el Gobierno de García Moreno fueron auténticos movimientos de liberación nacional y, a la vez, rituales de trasgresión en que por un momento los pueblos indios vivía la inconmensurable libertad: “...no temen la muerte –nos dicen Jorge Juan y Antonio Ulloa- ni les atemorizan los castigos.... de que cuando llegan a estas extraordinarias determinaciones, tienen por mayor felicidad el morir en la demanda que el volver a quedar sujetos en el modo en que lo estaban antes”. La fuerza libertaria del pueblo ecuatoriano viene de esa raíz. Los pueblos indios, que según el Informe del Desarrollo Humano del Banco Mundial componen el 38% de la población ecuatoriana son nuestra raíz histórica, el fundamento de nuestra identidad, nuestra buena o mala conciencia. Y confluente esencial de la cultura mestiza y de la creación del Ecuador como sociedad multinacional e intercultural. En otro articulo señalábamos: “Toda nuestra cultura de mestizos y de cholos está impregnada de Mamá Domitila. ¿Acaso en los momentos más íntimos del amor no nos salen los vocativos indios? ¿Nuestras formas verbales –los rodeos, los diminutivos, el gerundio- acaso no están llenas de la dulzura india? José María Arguedas, el gran narrador mestizo peruano, logró construir un castellano excepcional gracias a los ritmos y los cantares indios, que el cantó de niño cuando aprendió el quechua como su lengua materna. Nuestro sentido del espacio y del tiempo, las ceremonias de los muertos, la presencia de los otros sentidos con tanta importancia como el de la vista en la percepción del mundo, todas esas son características derivadas de la matriz india de nuestra cultura mestiza”. Los indios nos dan luchando La Intifada india convirtió a los pueblos indios en uno de los protagonistas centrales de la historia ecuatoriana desde los 90. Varios levantamientos marcaron su presencia, en el 94, 2000, 2001, 2006. Junto a otros movimientos sociales resistieron al neoliberalismo y los intentos privatizadores, impulsaron una Asamblea Constituyente que logró el reconocimiento de algunos derechos colectivos de los pueblos, reivindicaciones feministas, ecologistas y de los GLBT. Junto a amplios sectores populares confluyeron en el derrocamiento de Bucaram, Mahuad y Gutiérrez. Hace pocos días, un taxista entusiasmado por la declaratoria de caducidad del contrato con la OXY, me decía “gracias a la CONAIE. Los indios nos dan luchando”. En efecto, en los dos últimos años, con enorme tenacidad han insistido en la lucha contra el TLC, por la caducidad del contrato con la petrolera OXY y la nacionalización de los recursos naturales, la oposición al Plan Colombia y el fin de la Base de Manta hasta obtener los dos primeros puntos. Hoy proponen los otros puntos y, además, el inicio de una nueva Reforma Agraria, la integración sudamericana como política de Estado y la lucha por una Asamblea Constituyente que afirme la soberanía nacional y desmonte el andamiaje jurídico que el neoliberalismo armó en los últimos años. En esa perspectiva han lanzado la candidatura de Luis Macas, su más importante dirigente histórico, a la Presidencia de la República, en el marco de la formación de una gran frente de las tendencias renovadoras y de izquierda del Ecuador. Múltiples sectores sociales, fuerzas políticas, intelectuales y artistas, periodistas, profesionales, los grupos cristianos y muchos otros sectores han adheridos jubilosos a la misma. Hoy, Luis Macas junto a la Conaie y Pachakutik, en respuesta a una carta de Rafael Correa, han propuesto la realización de elecciones primarias para designar a un único candidato del conjunto de las fuerzas progresistas. Apoyamos la iniciativa de hondo contenido democrático y anunciamos nuestro voto para Luis Macas.
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