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Gano Álvaro Uribe Vélez, perdió Colombia

28/05/2006
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La reelección y sus amigos

El día  28 de mayo  se realizó en Colombia la elección para escoger al Presidente de la República. Resultó electo, tal y como lo habían dado a conocer todas las encuestas realizadas de manera previa, Álvaro Uribe Vélez. Era previsible que ganara, es decir, que resultara reelegido y más cuando sabemos que desde su inmejorable posición de candidato-presidente tenía todo a su disposición: un sector de la Corte Constitucional que le declaró exequible el proyecto legislativo de la reelección unos meses atrás, los fondos del Estado, las instituciones del gobierno, ---de su gobierno quiero decir----, los medios de comunicación, empezando y como es obvio por el Diario El Tiempo[1] y terminando por el Meridiano de Córdoba, los paramilitares; a los aparentemente reinsertados y que siguen matando y coaccionando, y también a los que aún están activo y hacen lo mismo que los otros, con la complicidad, como no, del actual gobierno, su gobierno.

De igual modo, Uribe tenía a su favor a la Federación Nacional de Comerciantes (FENALCO), quien y como nunca ofreció la ganga de bajar el precio de los productos en sus almacenes afiliados para el día 8 de junio a quienes hayan votado. Me imagino que por Uribe, de otro modo no se entiende el civismo inducido por unos comerciantes que tradicionalmente han especulado con los precios de los productos de la canasta familiar y han sido y son auténticos representantes de inmovilismo social, político y económico en el país. De seguro que el actual Ministro del Interior y de Justicia, el Gran Sabas Pretelt de la Vega, ese gran defensor de la ley de Justicia y Paz, de la impunidad para ser más preciso, y también de los paramilitares, como Uribe, como Luis Carlos Restrepo, Comisionado de Paz y demás, fue el gran artífice de esta idea y razones no nos faltan para pensar así, pues debo recordar que antes de ocupar la cartera que hoy tiene dentro del actual gobierno fue Presidente de FENALCO.

Y la lista de apoyos recibidos para reelegir a Uribe no acaba aquí, sin duda, puesto que no pocos congresistas electos y con vínculos con el narcotráfico y los paramilitares le apoyaron en esta cruzada. Algunos de ellos son: Dieb Maloof Cuse[2], Ciro Ramírez[3], Álvaro Araujo Castro[4], Habib Mergeh y Carlos Barriga, entre otros. Pero los apoyos al candidato-presidente no sólo provenían del interior del sistema político en Colombia, también venían y como era de esperarlo, del gobierno de los EEUU, en especial de George Bush y sus halcones y para quienes Uribe es su aliado y borrego en la lucha contra el narcotráfico, las insurgencias y además un acompañante idóneo cuando de presionar política y militarmente al gobierno de Hugo Chávez se trate.

¿Y si se quedará más tiempo?

Todo estaba perfectamente calculado para que Uribe se quedara cuatro años más en la Casa de Nariño y quien sabe ahora por cuantos años más se podría quedar y ello como quiera que ya hay voces que empiezan a balbucear que una segunda reelección sería posible, cosa que no es nada improbable si tenemos en cuenta que la narcoparapolítica en Colombia alrededor de Uribe ha trazado un plan para quedarse en el poder todo el tiempo que lo estime conveniente. La idea ya la han lanzado sin haber acabado el candidato-presidente reelecto el primer periodo presidencial y sin tan siquiera haber comenzado el segundo. Se trata desde ahora de aclimatar la idea e instalarla sin prisa pero sin pausa en la conciencia esquizofrénica de la muchedumbre; esa misma que procedió a reelegirlo sin distancia crítica, pues para nadie es un secreto que el país, su gran mayoría quiero decir, ---más del 60% de la población--- y así lo reconoce el mismo gobierno, se hunde en la pobreza más generalizada y pavorosa, mientras que los industriales, comerciantes, ganaderos, banqueros, agroexportadores y demás sectores de elite; esos mismos que bendicen la política de Seguridad Democrática y que convocaban a votar de manera fervorosa para reelegirlo, se ven favorecidos con las exenciones de impuestos que les decreta el gobierno de Uribe.

Tal y como está la situación, nadie podría garantizar que Uribe no pueda modificar nuevamente la Constitución con el objeto de quedarse más allá de lo previsto. Magistrados en la Corte Constitucional y en el Congreso tendrá a su favor, de eso no cabe duda alguna. En todo caso se hace necesario recordarle a los entusiastas que ahora se atreven de manera prematura a proponer desde ya una nueva reelección, que, primero hay que acabar el segundo mandato y también que se acerquen a conocer cual es la experiencia de Perú y Argentina cuando osaron reelegir sus ciudadanos a Alberto Fujimori y a Carlos Menem. En estos dos casos y allí están las hemerotecas que lo atestiguan, la corrupción, el autoritarismo, el desmantelamiento de la democracia y la miseria generalizada fue el denominador común en ambos países. En el primero, Fujimori salió huyendo y en el segundo Menem terminó judicializado.

Colombia: Un país de ciegos y sordos

Ha ganado Uribe, y por tanto, se ha impuesto el comportamiento mafioso y hacendil en la política colombiana. Ninguno de los escándalos que involucraban a importantes funcionarios de su gobierno y de su familia lo salpicaron. De nada sirvió el que se diera a conocer a la opinión pública que Jorge Noguera[5], Exdirector del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y hasta hace pocos día atrás Cónsul de Colombia en Milán, tenía y tiene, al parecer, importantes nexos con los paramilitares y que éste organismo, según las conocidas denuncias realizadas por Rafael García, exjefe de informática del DAS, estaba al servicio del paramilitarismo en Colombia y que a partir del mismo se estaba actuando contra defensores de derechos humanos y políticos no adeptos al uribismo.

De poco sirvió también que se pusiera al descubierto que funcionarios de su extrema confianza ubicados en importantes organismo dependientes del Ministerio de Agricultura (INDETER y FINAGRO) estuvieran entregando tierras a reconocidos paramilitares, o en su defecto, transfiriendo millonarios empréstitos a través del Fondo Ganadero del Departamento del Caquetá a Luis Enrique Ramírez Murillo (alias Miki Ramírez[6]),  y quien en su día, valga la pena recordarlo, fue lugarteniente del otrora capo de la mafia del cartel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria.

De nada sirvió, asimismo, que se difundiera con mucho ímpetu por un sector de la prensa colombiana la noticia que los hermanos[7] de José Obdulio Gaviria, primo de Pablo Escobar y principal asesor del gobierno hubiesen estado traficando con cocaína en los EEUU, detenidos además, y quienes ahora se encuentran trabajando para el gobierno en diferente niveles de la administración pública en Antioquia. Poca repercusión tuvo, de igual modo, que Juan David Naranjo, el hermano del Director Nacional de la Central de Policía Judicial e Investigación (DIJIN), Oscar Naranjo, hubiera caído detenido el día 3 de mayo del presente año en Alemania por traficar con estupefacientes. Poca resonancia tuvo, de igual manera, que se denunciara que al parecer en el año 2002 más de 300.000 votos fueron endosados por parte de los paramilitares en la Costa Caribe a la Campaña de Uribe Presidente. De este gran fraude electoral se cree, hizo parte el zafio y ya mencionado Jorge Noguera, quien para la época era el gerente de la campaña de Uribe en el departamento del Magdalena.

Inútil resultó también, sin duda, que se diera a conocer que Santiago Uribe Vélez, hermano del Presidente reelecto, presuntamente estuviera comprometido con un grupo paramilitar en el departamento de Antioquia y, de igual modo, que sus hijos pudieran estar involucrados junto a Carlos Nader Simmonds[8], amigo personal de Uribe y también de Pablo Escobar en su momento, en las amenazas contra el periodista de la Revista Semana Daniel Coronell. Es de resaltar que Carlos Nader fue Representante a la Cámara por el Departamento de Córdoba y cayó detenido en los EEUU, en 1983, siendo congresista, que quede claro, cuando intentó vender a miembros de la DEA unos kilos de Cocaína en el centro de New York. Se declaró culpable el 22 de Septiembre del año 1983 y fue condenado. ¿Y por todo ello reeligieron a Uribe?

Las elecciones en cifras.

Sí, lo han reelegido y, sobre todo, con una votación de 7.363.297 votos, escrutado claro está, el 99.82% de los colegios electorales y los cuales tenían previsto que votaran 26.731.700 personas. El candidato-presidente hoy reelegido y quien se lanzó por el Partido político “Primero Colombia”, obtuvo el 62.20% del potencial electoral, lo que viene a confirmar y superar, incluso, la tendencia que señalaban las encuestas, las cuales le otorgaban el 61% en las intenciones del voto. Uribe ha triplicado la votación de Carlos Gaviria Díaz, Candidato del Polo Democrático Alternativo y quien se ubicó segundo en el conteo general de votos. Obtuvo 2.608.924, lo que le otorga el 22.04% de la votación total. En línea descendente se ubica Horacio Serpa Uribe, candidato del Partido Liberal Colombiano y quien no alcanzó a sacar siquiera un millón y medio de votos, lo que le confiere sólo el 11.84% del total electoral. Sin duda, lo que ha acontecido con el Partido Liberal es un verdadero seísmo político, pues no sólo no fue el segundo Partido más votado como al menos así lo esperaban sus principales dirigentes y el mismo candidato presidencial por esa colectividad política, sino que fue superado por las fuerzas políticas de la izquierda democrática, -- agrupadas en el Polo Democrático Alternativo—y quienes ahora se convierten en una opción seria y sustentable dentro del espectro político de cara a ser gobierno.

Estos datos antes señalados ameritan una reflexión. En primera instancia podría señalar que el nivel de popularidad de Uribe, pese a que bajó con todos los escándalos conocidos, ellos nunca amenazaron la posibilidad de la reelección. Ésta y al colegir por los hechos, siempre estuvo garantizada. En la elección del 28 de mayo Uribe obtuvo un millón y medio de votos más que en la elección del 2002, la cual también ganó en la primera vuelta y con una votación de 5.862.655 votos, lo que correspondió entonces al 53.48% de un Potencial electoral que se ubicaba en 24.208.311 de personas. Este millón y medio de votos más a favor de Uribe podría explicarse por varias razones. En primera instancia, diríamos, porque una gran parte de los barones electorales del Partido Liberal y que habían acompañado tradicionalmente a Serpa se han convertido en confesos uribistas y hacia éste trastearon su caudal electoral.

Es de precisar que además de Congresistas, también concejales y diputados del Partido Liberal a última hora se plegaron a la campaña de Uribe, lo que hizo mella en los resultados finales de aquella filiación política. Del mismo modo hay que señalar que, la votación obtenida por Uribe --- y también por Carlos Gaviria--- no sólo fue a expensas de Serpa, sino que muy probablemente se debió también a que de los 2.5 millones de nuevos sufragantes contenidos en el padrón electoral del año 2006, el cual alcanza los 26.731.700 personas, frente a los 24.208.311 del 2002, por lo menos 800.000 de ellas ejercieron el derecho al voto. Es muy probable que éstos “nuevos votos” se fueran hacia Uribe y Gaviria en orden de prioridades y más si tenemos en cuenta que la abstención en el 2006 fue del orden del 54.9%, es decir, casi un punto y medio más que la abstención[9] registrada en el año 2002, la cual como sabemos se ubicó en el 53.5%. En todo caso, la abstención se mantuvo casi imperturbable, de modo que, los votos que ganaron Álvaro Uribe, Carlos Gaviria, Antanas Mockus y demás, ---una auténtica suma cero---, fueron votos que perdió el Partido  Liberal, quien perdió más de dos millones y medio en comparación con la elección anterior--- 

Asimismo habría que decir que, el voto de la emigración fue mayoritariamente por Uribe, pues obtuvo 100.705 votos en el extranjero, lo que lo hace concentrar el 84.17% del total electoral en el exterior. Resulta paradójico que en el extranjero se le vote del modo en que se le votó y, en especial, en EEUU ---55.176 votos---, cuando se atrevió a proponerle al responsable de la política de inmigración del Senado de ese país que a los trabajadores colombianos temporeros que se encontraban trabajando allá se les incrustara un chip en la piel para garantizar el retorno de los mismos a Colombia. Esto cuando menos supone, o un desconocimiento por parte de los inmigrantes de lo propuesto por Uribe al gobierno de los EEUU y, sobre todo, en un momento en que se está discutiendo y peleando por una regularización digna en aquel país, o, en su defecto, se conoce lo propuesto por éste y entonces ya esto sería una gran dosis de sadomasoquismo político, pues se le premia por proponer semejante exabrupto, desafuero, inaceptable e increíble, incluso, para el senador norteamericano a quien Uribe le propuso semejante barbaridad.

Es posible que Uribe crea, como buen o mal ganadero que es, que los emigrantes colombianos se les puede marcar como hace él con su ganado en sus haciendas en el paramilitarizado Departamento de Córdoba. Si en EEUU Uribe ganó, lo hizo también en Venezuela, en España, Canadá (….) Sólo perdió en Cuba y en Rusia. Lo anterior demuestra que así le pagan, favorecen diría yo, los emigrantes colombianos al sistema político existente en el país y, en este caso, a un fiel exponente de la rancia oligarquía como lo es Álvaro Uribe Vélez por haberlos expulsado del territorio nacional.  El grueso de la emigración, es decir, la expulsada por el mal manejo de la economía en Colombia hoy le vota a Uribe para que los mantenga fuera del país. Más autoflagelación y falta de conciencia no puede esperarse. Al fin de cuenta ¿qué se puede esperar cuando el/la desprevenido/a colombiano/a que uno se pueda encontrar en el arrabal en Barcelona o en cualquiera calle de una ciudad española te dice que el país está cambiando con Uribe? ¿Qué ahora ya se puede viajar por las carreteras de Colombia porque están militarizas? Mayor despropósito no puede existir. Los pueblos también son culpables de elegir a sus  victimarios.

Es lógico que una parte considerable de los/las emigrados/as colombianos/as piensen que el país está cambiando. El envío de remesas a Colombia le facilitan el acceso a sus familiares a bienes y servicios a los cuales antes no podían acceder. A partir de la emigración no pocos se han hecho a una vivienda, han mejorado la que ya tenían o han constituido un pequeño negocio familiar. En no pocos casos los hijos de los emigrados van a colegios de pago y solventan los infortunios medico-asistenciales muchas veces a través de la medicina privada, pues el sistema de seguridad social está en la más absoluta quiebra y Uribe hace poco por hacerlo que funcione. Este es un ejemplo del impacto que tienen las remesas en el logro de un mínimo de bienestar en el país de origen. Esto permite en muchos casos dar la sensación que el país está mejorando, si, pero no por una amplia y diligente intervención del Estado y, en este caso, del Gobierno de Uribe, sino por el esfuerzo y el sacrificio de la población emigrante. A manera de sorna, Uribe es tan afortunado que los emigrantes se costean el bienestar de ellos y de sus familiares y se lo atribuyen a una gestión de su gobierno.

Es muy probable que esta alta votación se deba a la aparente “desmovilización” de los paramilitares, a algunos logros en materia de seguridad, que existen, seguro, pero absolutizados y mediatizados los mismos por los medios de comunicación adictos al presidente y ello con el fin de que la reelección fuera un hecho. Parece ser que el fenómeno de la pobreza, ni la subordinación ante el gobierno de los EEUU, rayana en el servilismo, ni la corrupción, ni la impunidad, ni el narcoparamilitarismo empotrado en la institucionalidad del Estado y en el actual gobierno, su gobierno, hubiese inmutado a los votantes a pensar en una opción distinta; primó, como ahora se percibe, la extramaderechización o narcoparamilitarización que supura Uribe y quienes le acompañan, lo cual por una especie de ósmosis política se ha trasladado al seno de una parte muy importante de la sociedad, la que ha votado y le ha acogido con razones o sin ellas.

Mayoría por dentro y por fuera

La imagen de Uribe por dentro y por fuera del país es altamente valorada por los colombianos/as. Con razones o sin las mismas un número importante de “ciudadanos/as” lo han reelegido y no hay duda que lo han hecho en el entendido de que éste con su mesianismo revelado es la solución para todos los males que afronta el país. Quienes han votado por la reelección de Uribe creen en una salida militar como posible solución al conflicto en Colombia y de igual modo consideran que el país es más seguro o que podría serlo de la mano de la Política de Seguridad Democrática. Asimismo consideran que, el Tratado de Libre Comercio con los EEUU le traerá la leche y la miel que el país necesita para desarrollarse y que el desempleo dejará de ser un elemento cotidiano en el seno de los hogares colombianos. En 1994 el gobierno de México, al igual que el gobierno de Uribe hoy, hizo creer a sus ciudadanos que eso mismo sería una realidad y una década y más después aquello, sin duda, México ni ha obtenido la leche ni la miel y si en cambio una parte significativa de su población se ha ido a EEUU huyendo de la pobreza y la miseria.

Uribe ganó en todos los departamentos y en sus capitales. Sólo perdió en Nariño y Guajira, lo que da buena cuenta de lo a fondo que se emplearon los paramilitares en el resto del país. Tenían porque emplearse así por cuanto se estaban jugando su futuro legal y también el de su posible existencia como fuerza política. Sólo basta saber el intenso movimiento de los paramilitares ya reinsertados unos días previos a la elección en aquellos sitios donde tienen presencia y también las orientaciones recibidas por parte de sus jefes para votar por Uribe, su candidato. Por él votó Ramón Isaza y también gran parte de la cúpula paramilitar. Paradigmático resulta el caso de la Guajira, donde ganó Carlos Gaviria ---y no Serpa--- a Uribe, lo que es inmensamente meritorio porque es una zona de amplio manejo y dominio paramilitar. En la Guajira, tierra de masacres y olvido sus habitantes votaron contra Uribe, lo que quiere decir contra el paramilitarismo y también contra la corruptela que los partidos político tradicionales – liberal/Conservador/Uribismo--- le han impuesto a la población.

En Nariño, en cambio, la derrota de Uribe a manos de Carlos Gaviria se podría haber producido dado el reconocimiento y el prestigio que tiene Antonio Navarro Wolf en aquel departamento, de cuya capital (Pasto) éste fue su Alcalde hace ya unos años atrás. Y quizá también el triunfo de Gaviria aquí se pudo haber obtenido gracias al hecho que un personaje con gran peso político en la región, como Parmenio Cuellar, hoy Senador por el Polo Democrático, influyó de tal modo que pudo quitarle peso a los paramilitares a la hora de imponer su voluntad frente a los/las votantes.

Gana Uribe en Córdoba, ganan los paramilitares

Uribe ganó en gran parte de la Costa Atlántica. Sólo perdió en la Guajira. Ganó y como era de esperarse en Córdoba, lugar sacrosanto del paramilitarismo y cuna de Salvatore Mancuso y de los más confesos políticos partidarios de Uribe. En este departamento y como nunca antes los votos de Uribe (220.831) doblaron a los obtenidos por Horacio Serpa (101.213). Es significativo lo que ha acontecido en esta región porque nunca antes, desde 1998, quiero decir, un candidato liberal a la Presidencia había perdido aquí una votación. Aquí y de la mano del senador Juan Manuel López Cabrales, Serpa derrotó a Andrés Pastrana,-- en la primera y segunda vuelta en 1998—y también a Uribe en las elecciones del 2002.

En las elecciones legislativa de marzo el Senador Juan Manuel López, furibundo serpista derrotó a todos los candidatos de los partidos de Uribe, obtuvo una votación de 144.710 votos y su Movimiento Político, Mayorías Liberales, 181.281 votos. Esta misma votación casi la obtuvo --- en coalición con algunos uribistas--- a la hora de escoger hace menos de un mes a Jaime Torralvo como gobernador de Córdoba y quien obtuvo una votación de más de 170.000 votos. En las elecciones del 28 de mayo Juan Manuel López pudo garantizar a Serpa sólo 101.213 votos, lo que no le bastó para derrotar a Uribe. En esta elección el senador López perdió más de 80.000 votos, se evaporaron y Uribe ganó en casi todos los municipios del departamento, incluso en San Andrés de Sotavento, feudo de la familia López Cabrales y de su esposa Arlet Casado. Córdoba es un claro ejemplo de cómo se movió el paramilitarismo en procura de garantizar la reelección. Y si esto ocurrió en la Costa Caribe, en el resto del país nada distinto ocurrió. Uribe se impuso en el resto del país y con gran solvencia. En Medellín, Cali, Bucaramanga, Barranquilla y  Bogotá el Uribismo arrasó.

Carlos Gaviria: Construyendo un Polo.

El otro gran ganador de las elecciones presidenciales fue el exmagistrado Carlos Gaviria ---y el Polo Democrático Alternativo---, quien con su votación de 2.608.924 votos marca un hito histórico en el devenir electoral de la izquierda democrática en Colombia. Y marca este hito por diversos motivos. Primero, porque es la primera vez que un candidato de esta vertiente política y en una elección presidencial saca este número considerable de votos. Casi en términos absoluto cuatriplicó a  Navarro Wolf, quien en 1990 obtuvo 754.740 votos y también a Luis Eduardo Garzón que en el 2002 obtuvo 680.245 votos.  Segundo, porque por primera vez en la historia un partido político de izquierda supera en votos al Partido Liberal, al punto casi de doblarlo en votación (2.608.924 vs 1.400.528), tercero, porque se ha constituido en la segunda fuerza política más importante del país; desplazando incluso al Partido Liberal oficialista de importantes ciudades y zonas rurales, cuarto, porque pudo penetrar, obtener y hasta ganar en sitios de amplio manejo paramilitar. El caso de la Guajira es digno de analizar y también el de la zona rural en Nariño. No hay que pasar por alto que Gaviria canalizó la fuga del voto antiuribista, pues las encuestas señalaban que mientras Uribe descendía el exmagistrado Gaviria crecía en intención de voto. Los resultados están a la vista.

En Córdoba, lugar donde la izquierda democrática fue aniquilada por Carlos y Fidel Castaño, Salvatore Mancuso y por la XI Brigada, Carlos Gaviria no sólo llenó el Parque Laureano Gómez de la ciudad de Montería, como ningún político de izquierda desde que el paramilitarismo se impuso a sangre y fuego con el beneplácito de la iglesia y de los terratenientes, incluido Uribe, sino que logró sacar una votación de 48.630 votos, lo que no sólo es significativo moralmente hablando, sino que es casi el 50% de la votación obtenida por el Partido Liberal encabezado por Serpa y Juan Manuel López; éste último amo y señor electoral de esa tierra y quien maneja 18 de las 28 alcaldías del departamento. Obtener esta votación en el epicentro del paramilitarismo, es decir, en la otra tierra de Uribe es, cuando menos, una gran proeza.

Carlos Gaviria Díaz --y el Polo Democrático—se impuso a Horacio Serpa y al Partido Liberal en más de 26 Departamento, lo que constituye todo un fenómeno político. Esto le impone al Polo Democrático grandes y valerosos retos a su interior y hacia afuera. El desafío está en pensar como Partido y en estructurar una dinámica de acción que prescinda de cualquier intento de cooptación por parte del Uribismo y de que se mantenga en una postura de oposición vigilante y propositiva de cara a ganar credibilidad y confianza en aquellos sectores que hoy no le votaron, y procurar afianzar la misma en quienes así lo hicieron. El momento exige altura y compromiso y ello pasa de modo inesquivo por domesticar los afanes de figuración y la mezquindad política, cuando no, sin duda, el cainismo o canibalismo político que ha caracterizado hasta hoy a la izquierda de todos los matices. Se requiere hacer sustentable y creíble un proyecto de oposición y también desplegar acciones que se puedan configurar en alternativa de poder en el espacio de lo local y lo regional. La palabra de pase es concebirse como Partido y actuar como tal si se quiere ir ganando en vocación de ser alternativa a lo realmente existente.

Carlos Gaviria y las elecciones así lo han demostrado, reúne una amplia y significativa aceptación dentro de importantes sectores sociales del país. Su voto es un voto limpio. Su profundo conocimiento jurídico y sociológico sobre nuestra realidad lo ponen en una inmejorable situación política de cara a las elecciones del 2010 y sería más que justo que quienes dentro del Polo Democrático están por construir más Polo tuvieran en cuenta el inmenso reconocimiento que el exmagistrado Gaviria despierta en importantes sectores de la sociedad colombiana.

Horacio Serpa y el Partido Liberal en cuidados intensivos.

El gran derrotado en estas elecciones es Horacio Serpa y el Partido Liberal. Las elecciones legislativas de marzo habían anunciado lo que les podía ocurrir y de hecho les ocurrió. De nada sirvió la jerga socialdemócrata que el Expresidente Cesar Gaviria en calidad de Presidente del Partido le quiso imponer al mismo y a la campaña de Serpa. ¿Cómo puede hablar el Expresidente Gaviria hoy de un Programa de Gobierno Socialdemócrata cuando fue él justamente quien aceleró en Colombia todo el proceso de privatización del sector público y sentó las bases para desmantelar el agro y la salud? ¿No fue él quien impuso todos los postulados del consenso de Washington y persiguió y encarceló a todo aquel dirigente sindical que se opusiera a sus perversas privatizaciones?

No hay duda que Cesar Gaviria al frente de la campaña de Horacio Serpa era más un freno que un aporte. Serpa ha perdido, de ello no hay duda, pero también Alfonso López y el Expresidente Gaviria. El Partido Liberal ha quedado herido y de muerte. Lo ha condenado el uribismo y el Polo Democrático a la mayor de sus crisis y el hecho que Serpa haya retrocedido en la votación para Presidencia desde 1998 hasta hoy así lo demuestra. En la elección para Presidente de 1998 y que enfrentó a Horacio Serpa y a Andrés Pastrana (primera vuelta), el primero obtuvo una votación de 3.647.007 y el segundo 3.613.278 votos. En la segunda vuelta Andrés Pastrana obtuvo 6.114.752 votos y Serpa 5.656.18 votos. En la elección del 2002 y la cual enfrentó a Serpa y a Uribe, aquel obtuvo 3.514.779 votos y éste 5.862.655 votos. En las elecciones del 2006, Serpa ha obtenido sólo 1.401.173 votos, frente a 7.363.412 votos de Uribe y 2.609.412 votos de Carlos Gaviria. Es decir que, viendo los guarismos entre el 2002 y el 2006 el Partido Liberal y, en particular, Serpa, ha perdido más de dos millones de votos, los cuales y como ya he dicho han terminado en manos de Uribe y de Carlos Gaviria.

En términos absolutos y relativos el descalabro del Partido Liberal y de Serpa es mayúsculo. Frente a Uribe es clamorosa la derrota y significativa e inesperada frente al Polo democrático y Carlos Gaviria, que lo supera casi en un 50% de la votación. No hay duda que la coalición de Partidos y Movimientos políticos alrededor de Uribe actúa y ha actuado como una especie de catapulta frente a sus adversarios políticos. Las medidas en materia de seguridad y la espectacularidad de los Consejos comunitarios han contribuido a larvar alrededor de él una gran imagen, pero, nadie podría negar que la antidemocracia al interior del Partido Liberal y la falta de interés por renovarse y renovar a sus dirigentes le han pasado una factura altamente onerosa. Insistieron en Presentar a Serpa ante Uribe dejando a nuevas figuras políticas por detrás, justo cuando el momento les demandaba un cambio. Al optar la “maquinaria” liberal oficialista por Horacio Serpa, sin equívoco alguno, la derrota en la elección estaba asegurada. En esta decisión está parte de la debacle. La escogencia de Serpa como contrincante de Uribe y de Carlos Gaviria terminó por hacerle más fácil el triunfo al candidato-presidente y de igual modo le permitió a Carlos Gaviria y al Polo Democrático dar un salto cualitativo dentro del espectro político nacional.

La crisis del Partido Liberal es de hondo calado. Perdió al interior del país y también por fuera. Su imagen es negativa en extremo. En el extranjero perdió Serpa ante Uribe, Carlos Gaviria y Antanas Mockus. Serpa obtuvo sólo 2843 votos, lo que equivale al 2.38% del potencial electoral. Y no sólo ello, sino que el referente de oposición que hasta ahora conocíamos y que estaba caracterizado por el uribismo y el Partido Liberal, y mucho antes entre el Partido Liberal y el Conservador, ahora se ha trasladado ---y de eso tiene que tomar atenta nota la politología nuestra---, al uribismos y la izquierda, muy a pesar que en el Congreso un número importante de Senadores y Representantes a la Cámara pertenecen al Partido Liberal y, me imagino, que desde allí tratarán de hacer algún contrapeso al cerrerismo hacendil y proparamilitar de Uribe. La reingeniería de este Partido ya la claman importantes voces del mismo y otros llaman desde ya a un entendimiento, cuando no, a un reconocimiento de Uribe como jefe del Partido Liberal. Otros llaman a realizar una oposición moderada y por ahora han concebido que César Gaviria se mantenga al frente del Partido Liberal, en espera de un respiro, quizá, y ese lo puede llegar a tener en las próximas elecciones para Alcaldías y Gobernaciones. Este será un nuevo momento de verdad para el Partido Liberal. Sólo un buen resultado en estas elecciones haría mínimamente digna la salida de Cesar Gaviria al frente de esta colectividad política.

Triste final ha tenido Serpa. Las FARC nunca le han perdonado su pusilánime actuación en Tlaxcala (México) en 1991 y un sector importante de la sociedad ha terminado rechazándolo por su cercanía, primero a Uribe, al aceptarle la embajada en la OEA, y ahora por permitir que Cesar Gaviria, el más neoliberal entre los neoliberales le haya marcado la pauta en su tercera aspiración de forma consecutiva a la presidencia. A Serpa tampoco le perdonan que haya sido el escudero de Ernesto Samper ante la infiltración de los dineros del cartel de Cali en la elección que llevó a éste a la Presidencia, sin embargo, y como cosa curiosa, a Uribe una parte de la población le ha tolerado que haya sido el vocero del “programa de Medellín sin Tugurio”, el cual en su día fue una iniciativa de Pablo Escobar Gaviria y también el que le haya facilitado a los narcoparamilitares su legalización, amen de rodearse de todo tipo de personajes indeseables y de funcionarios que no esconden para nada sus vínculos con el narcoparamilitarismo. Con Uribe una gran parte de la sociedad ha sido cómplice, frente a Serpa ha sido intolerante y ejemplar. Sólo hay que esperar que Uribe se cocine en su salsa. Su pedantería, su cultura de gamonal y sus nada castas relaciones podrían cuando menos lo esperemos romper el hechizo que hoy existe entre un sector de la población y éste. Uribe ha ganado, sin duda, pero ha perdido Colombia. Todo es razón de tiempo.

Una constancia final.

Uribe ha terminado reelegido, el partido Liberal en auténtica bancarrota, el Partido Conservador agazapado bajo el manto de Uribe y el Polo Democrático exultante con la votación y la hazaña lograda. Aún es precipitado hacer el acta de defunción del bipartidismo, éste en mi opinión se ha transmutado pues el Partido Conservador se ha mudado transitoriamente para la coalición de Partidos que representa Uribe. Cuando el uribismo fenezca como fenece la vida y empiece a agrietarse y después a esfumarse, es posible que todo regrese a su “normalidad”. Por hoy hay más Uribe que partidos uribistas. En todo caso, Uribe ha resultado elegido para gobernar o mal gobernar cuatro años más. No hará nada distinto a lo que ha hecho hasta ahora. De seguro que seguirá hipotecando cada vez más al país, haciendo de la genuflexión ante el gobierno de los EEUU una norma y también un protocolo, extraditando a los narcotraficantes no de su afectos, metiendo al narcoparamilitarismo cada vez más en las instituciones del Estado y el Gobierno, profundizando las medidas económicas de corte neoliberal, empezando por las privatizaciones y el recorte de derechos sociales y económicos al conjunto de la población, ampliando el espectro de la guerra, polarizando al país, persiguiendo a la oposición, haciendo de la mentira un arma política y posibilitando con todas estas acciones que Colombia sea un país en fuga. Hacia adentro y hacia afuera. Hacia adentro porque son más de tres millones los/as desplazados/as que hoy hay en el país y hacia afuera porque son muchos los emigrantes económicos y también los refugiados que han sido condenados a vivir fuera de su terruño. ¡Uribe¡ señoras y señores, os digo, ha sido reelegido para gobernar una democracia de minorías o más bien para desmantelar lo poco que queda de ella. Nada convoca al optimismo, Uribe es de poco fiar, atentos y atentas porque lo peor está por venir. Amanecerá y veremos.

 Barcelona, 29 de mayo del año 2006


[1] El Vicepresidente de Colombia, Francisco Santo, es socio de este medio. Juan Manuel Santo, también accionista de este Diario y Presidente del Partido de la U, prouribista, es y ha sido una persona clave dentro de la consolidación política de Uribe. Enrique Santos, Director General de este Diario hace ya unos meses atrás dejó decantar su preferencia por Uribe. Esta es nuestra famosa prensa libre.

[2] Sobre los señalamientos que existen sobre este Senador puede verse el Informe del Diario El Tiempo del día 21 de enero del 2006. Sección política. Versión digital http://Eltiempo.terra.com.co/poli/2006-01-22/articulo-web_nota_interior-...

[3] Este senador en su momento propuso que si la reelección no la aprobaba la Corte Constitucional se debía convocar a una desobediencia civil. Sobre sus nexos con la mafia ver, Revista Semana “ El Senador y los narcos”, sección Nación, edición 1246, Bogotá, marzo 18 del 2006.

[4] Sobre  este Senador se puede ver la denuncia realizada por el hasta hoy Representante a la Cámara Gustavo Petro, en donde lo vincula con los paramilitares. Ver Radio Caracol. Actualidad, enero 19 del 2006. Versión digital en: http://www.caracol.com.co/noticia/23985.aspx.

[5] Sobre Jorge Noguera puede verse el artículo “Estalla crisis en el DAS por acusaciones sobre oficina de inteligencia al servicio de los Paras”. En: Diario El Tiempo, octubre 24 del 2005, sección justicia. Versión digital. http://eltiempo.terra.com.co/judi/2005-10-25/articulo-web_nota_interior-...

[6] Sobre la captura – 28 febrero 2006--, prontuario y la trama comercial de la que hacía parte Miki Ramírez puede verse el boletín de Prensa de la Agenda Nacional de Noticias Policiales de la DIJIN, comunicado 024 de febrero del 2006. Versión digital. http:// www.policia.gov.co/inicio/portal/unidades/dijin.nsf/paginas/boletin0242006.

[7] La nota sobre Luis Mario y Jorge Fernando Gaviria, detenidos en Miami en 1983 por tráfico de drogas, puede verse en el Diario El Tiempo, abril 26 del año 2006, sección judicial. En la versión digital, Ibid /judi/2006-04-27-2860709.html.

[8] Un amplio y documentado informe sobre este personaje puede verse: Quevedo Norbey, “historia del exrepresentante a la Cámara Carlos Nader S. El hombre de los contactos secretos” Semanario El Espectador, periodismo investigativo, junio del 2005. http://historicos.elespectador.com/periodismo_inv/2005/junio/nota3.htm

[9] Un breve análisis sobre la abstención en Colombia se puede ver el artículo “El reino de la Abstención” Revista Semana. http://seman.terra.com.co/wf-infoArticuloNormal.aspx?dart=94930

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