Tres lecciones sobre la OXY y el TLC
18/05/2006
- Opinión
Los procesos que estamos viviendo en Ecuador respecto a la petrolera OXY y a las negociaciones de libre comercio TLC nos permiten extraer algunas lecciones claves sobre la dinámica de nuestro país tanto a nivel interno como externo:
Primero: El sector empresarial del Ecuador ha evidenciado una naturaleza distorsionada de ser como actor económico fundamental del desarrollo, pues ha contrapuesto los intereses de una Empresa extranjera a los del país; se ha posicionado por el lado oscuro de la ley y ha develado su carácter antinacional, privilegiando mezquinamente la posibilidad de hacer negocios particulares, que mirar estratégicamente un Ecuador decente para todos.
La vergüenza de país en la mirada internacional, es el constatar como el denominado sector productivo reacciona contra el Estado y el Gobierno con tal virulencia como fuerza de choque de la propia transnacional OXY y el Gobierno de EE.UU, cuando todos esperaríamos propuestas efectivas y de coparticipación en operar lo dejado por la petrolera en función de utilidades efectivas para su país el Ecuador.
Los señalamientos respecto al espanto de los inversionistas extranjeros y la consiguiente ola de desempleo por ausencia de inversiones que sin OXI y sin TLC le esperan al país, son relativos. El Ecuador está abierto al capital extranjero desde hace décadas y sin embargo no han mejorado las tasas de empleo, ni la calidad de vida, peor la competitividad empresarial. Si en el Ecuador existiera un sector empresarial efectivo, entonces no migrarían miles de personas por mes en busca de mejores condiciones salariales y horizontes de vida, tampoco tuviéramos índices de pobreza entre el 60 y 70 % de la población, peor aún el país no ocuparía los puestos más bajos a nivel latinoamericano en competitividad. Y si contáramos con un Gobierno consecuente, no hubiésemos perdido dos años negociando sin hacer nada para preparar al país para entrar en el mercado global favorablemente.
Visto así, el sector empresarial como actor base del desarrollo en el Ecuador es un mito, al igual que la inversión extranjera, pues las estadísticas nos dicen que el país se mueve en base a tres sectores: el petróleo, las remesas de los refugiados económicos por exclusión del aparato productivo nacional y por los cientos de miles de micro y pequeños empresarios y productores, no por los negocios que hacen las Cámaras de Quito y Guayaquil.
La segunda lección, es que el mejor aliado del país y su mayor socio comercial, los EE.UU tiene una posición clara, firme, tajante: si los intereses de sus empresas son afectados, en cualquier contexto, condición o situación, no hay socio, argumento jurídico o soberanía válida. Por tanto aquello de “socios estratégicos” queda para discurso de mayordomos y esconde la incapacidad local para remontar el subdesarrollo crónico con esfuerzo propio. Para los EE.UU como ya lo dijo Collin Powell el objetivo es garantizar sin ningún obstáculo y de polo a polo, el acceso a las empresas norteamericanas de productos, servicios, tecnología y capital, y los recursos naturales estratégicos, por tanto el caso OXY efectivamente para ellos está amarrado al TLC, significa una piedra en el camino que un Estado le pone en su estrategia de un mundo global diseñado para su expoliación y usufructo.
Y la tercera lección, es que en la actualidad ya nada se podrá hacer desde las élites del poder sin una abierta y transparente discusión con la sociedad civil. La participación ciudadana está ya en las venas de la población y necesita canales adecuados para fluir; todo proceso que involucre los destinos del país, ahora son tomados por múltiples instancias ciudadanas y populares que literalmente le ponen contra la pared a cualquier gobernante para lograr coherencias en términos de desarrollo nacional. Sin las movilizaciones de indígenas y otros sectores, seguramente el Ecuador hubiese claudicado ante la OXY y el TLC como en múltiples ocasiones ante el chantaje de las transnacionales y su Estado, los EE.UU.
Por último, quedan, frente a este proceso tres tareas urgentes: la primera es encontrar el esquema más adecuado para operar los pozos de la OXY sin las concesiones del pasado, para ello es indispensable UNA VEEDURIA CIUDADANA que vigile el proceso. La segunda tarea es preparar las condiciones de competitividad del país a través de una AGENDA ECUADOR que debe ser construida ya, con todos los sectores como estrategia de desarrollo y para eventuales involucramientos en futuros procesos de libre comercio ya sea con los propios EE.UU o con Europa, el cono sur o los países asiáticos. Y la tercera tarea es implementar una escuela de desarrollo empresarial para formar empresarios competitivos y con visión de país como única forma de sobrepasar el modelo “banana republic” con el que ahora opera ese sector.
- Patricio Carpio Benalcázar, Fundación OFIS
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