Por qué Gattini se niega a ser fumigado?
25/02/2014
- Opinión
Un contingente de antimotines impidió que el jardín del ministro de Agricultura y Ganadería, Jorge Gattini, sea fumigado con cócteles de glifosato y endosulfán, a pesar de que el secretario de Estado asegura que los agrotóxicos no son tóxicos. Prometió que el viernes pasado iba a hablar con los campesinos en Canindeyú, pero no les fue permitido el acceso a los integrantes de la Federación Nacional Campesina (FNC) en el “día de gobierno” realizado en dicho departamento.
Jorge Gattini afirmó que los agrotóxicos no son tóxicos, pero hizo
resguardar fuertemente su residencia para evitar que sea fumigada.
Minutos después de las 19:00 horas del jueves pasado, con mochilas pulverizadoras y sus características banderas verdes, los integrantes de la Federación Nacional Campesina (FNC) bajaban la cuesta de 13ª Proyectada hacia la casa del ministro de Agricultura y Ganadería, Jorge Gattini.
Este había tratado de mentirosos a los campesinos y los había desafiado a que demuestren “científicamente” que los agrotóxicos dañan la salud humana, destruyen sus cultivos y matan a sus animales domésticos. En cambio, prefirió hacerse el extraviado cuando los labriegos aceptaron el reto.
Primero lo invitaron el jueves frente al Panteón de los Héroes para tomar un tereré con agua de un arroyo cercano a un cultivo de soja en Puente Kyha. Como el ministro no apareció, en horas de la tarde los integrantes de la FNC fueron hasta la propia casa del secretario de Estado para ofrecerle fumigar su jardín y reiterar la oferta de tomar tereré del agua del mencionado arroyo. Sin embargo, al llegar a la zona un cordón de antimotines cerró el paso para impedir que los labriegos puedan llegar frente a la residencia del funcionario.
“Hasta acá pueden llegar. Es una medida para evitar desmanes”, justificó el comisario principal Édgar Caballero. Cuando se le explicó que el ministro Gattini considera que los venenos no son venenos y que por ello no debería tener problema para que su jardín sea fumigado, el jefe policial se limitó a ensayar una mueca amenazante para reiterar su negativa.
Debate “racional”
Al tiempo de tratar de mentirosos a los labriegos a través de la prensa, Gattini los instaba a salir de sus “trincheras ideológicas” para debatir de manera “racional”. Sus provocadoras declaraciones resultaban hasta insultantes. “Cuando habla por la prensa se cree dueño de la verdad y por qué no viene para ser fumigado”, se preguntó una joven.
Ante cada consulta sobre los casos de intoxicaciones por exposición a agroquímicos, el secretario de Estado se excusa alegando que no encontró ningún caso en Maracaná, tratando de omitir que la mayor parte de los cultivos de soja violan la Ley 3742 de Control de Productos Fitosanitarios, que prohíbe la fumigación terrestre a menos de 100 metros y las aéreas a menos de 200 metros de cualquier asentamiento humano, centros educativos, puestos de salud, templos, plazas, caminos y cursos de agua. También obliga a que el área tratada con agrotóxicos cuente una barrera viva de protección de al menos cinco metros de ancho y dos metros de alto.
Las mochilas prestas para empezar a fumigar el jardín de Gattini.
Gattini también ignora olímpicamente los casos de muerte por exposición a agrotóxicos como los de Silvino Talavera o Rubén Portillo. Del mismo modo, los numerosos estudios sobre malformaciones congénitas, abortos espontáneos y cánceres.
En el contacto telefónico con radio Ñandutí que fue transmitido por los altavoces en la manifestación, Gattini adujo que no pretende generalizar, pero reiteró que no existen casos registrados en los puestos de salud de Maracaná.
Esto último desató la risa de los labriegos, quienes tal vez ni siquiera esperaron en nivel de cinismo expuesto por el funcionario. Pero “Maracanape ko ndaipóri la puesto de salud nde tavyrón”, exclamó uno.
Paradoja
Los labriegos señalaron la paradoja de que en el campo se custodie a los sojeros para fumigar en contravención de las leyes ambientales, mientras en la ciudad no permiten que sea fumigada una persona como Gattini que dice que los agrotóxicos no son tóxicos.
La secretaria general de la FNC, Teodolina Villalba, explicó que el ministro les trató de mentirosos ante las denuncias de que los agrotóxicos dañan la salud humana, destruyen sus cultivos y matan a sus animales domésticos. Ante esto desafiaron a una comprobación empírica a Gattini, ofreciéndole un tereré con agua de un arroyo de Puente Kyha con la guampa, la yerba y el hielo incluidos. “Oipotarõ jaitykuáta avei chupe”, se ofreció uno de los manifestantes. “Que muestre que no tiene miedo al veneno”, retaron.
“Gattini, De Vargas, sojero rembiguái”, fue uno de los estribillos entonados con mayor fervor.
Como se hizo habitual, la policía sacó fotografías a los que filmaban y obstruyó los intentos de obtener tomas desde la vereda de la casa.
En el intercambio telefónico vía radial con la secretaria general de la FNC, redobló sus desafíos para otro día. Por supuesto que no, dijo de manera rotunda al ser consultado sobre si tomaría el agua ofrecida por los manifestantes.
Veneno para mosquitos y cucarachas
Entre sus “argumentos racionales” Gattini exponía razones inverosímiles como que los sojeros utilizan los mismos insecticidas que se usan en la ciudad contra los mosquitos y las cucarachas, citando la cipermetrina. Sin embargo, cualquiera sabe que en los cultivos transgénicos son utilizados “defensivos químicos” como el glifosato y el endosulfán, sustancias con mucho mayor letal.
“Nosotros venimos de manera respetuosa a ofrecerle fumigar su jardín, no como hacen ustedes que nos atropellan con antimotines, tractores y aviones para fumigarnos”, explicó la lideresa campesina. Sin embargo, el ministro declinó el ofrecimiento por la supuesta “actitud hostil” de los labradores.
“Gattini cobarde, mentiroso y sinvergüenza”, fueron algunos de los calificativos empleados por los agricultores que describen con mayor precisión la actitud exhibida por la autoridad de aplicación en materia agropecuaria.
La FNC también informó que en Táva Jopói fue detenido un profesor que estaba realizando inscripciones en una escuela. La organización señaló que este docente, identificado como Ricardo Peralta, denunciaba activamente los efectos de las fumigaciones realizadas al borde de las instituciones educativas.
Los labriegos rechazaron las migajas asistencialistas de programas como “Sembrando oportunidades” y reivindicaron un plan de desarrollo nacional que reactive la producción agrícola y fomente la industrialización utilizando para beneficio del país los recursos hidroeléctricos. También se reiteró la plena adhesión a la huelga general del 26 de marzo contra las políticas del gobierno antipopular y antinacional de Cartes.
Finalmente, la comunicación radial terminó con el compromiso de que el ministro debatiría sobre el tema con los campesinos en el día de gobierno que se realizó el viernes en Canindeyú. Sin embargo, no fue permitido el acceso a los miembros de la FNC al acto realizado en dicho departamento.
febrero 22, 2014
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