Irán en la mira
La amenaza imperialista
16/11/2011
- Opinión
La AIEA acusó a Teherán de llevar adelante un programa nuclear destinado al uso militar. Mientras Ahmadinejad niega las acusaciones, Estados Unidos y Francia proponen endurecer las sanciones. Israel no descarta un ataque militar.
Luego de varios días de especulaciones, finalmente la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), dependiente de la ONU, entregó el informe sobre la situación de la República Islámica de Irán.
Como era de suponer, el informe fue negativo para Teherán. Sin embargo, el comunicado emitido el martes 8 de noviembre por la agencia no arroja ninguna conclusión definitiva, sino que “sugiere” que Irán estaría desarrollando armas nucleares.
Así, el texto indica, entre otras cosas, que “la Agencia Internacional de la Energía Atómica tiene serias preocupaciones sobre una posible dimensión militar del programa nuclear iraní”.
Tras conocer el informe, el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad rápidamente retó a Estados Unidos al decir que ese país “debe saber que para cortar la mano que ha extendido sobre el mundo no vamos a necesitar la bomba atómica”.
Además, Ali Ashgar Soltanieh, representante iraní ante la AIEA, destacó que el informe es “desbalanceado, no profesional y motivado políticamente”. En la misma dirección, el ministro de Interior iraní, Ali Akbar Salehi, se encargó de remarcar que el tema nuclear de Irán “es un caso totalmente político”.
Inmediatamente después de que la agencia diera a conocer el comunicado sobre la situación atómica de Irán, tanto el Imperio como Francia amenazaron a Teherán con profundizar las sanciones. “No podemos aceptar esta situación, que supone una amenaza”, Indicó Alain Juppé, canciller francés.
Quien también intimó con nuevas sanciones a Irán fue Alemania. Durante los días previos a que la agencia entregara el informe, el ministro germano de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, advertió que si el comunicado indicaba que Irán persigue el rearme nuclear, “prepararemos en Europa una nueva ronda de sanciones”.
Por otra parte, desde Rusia manifestaron que se opondrán a la aplicación de nuevas sanciones contra Irán. Gennady Gatilov, vicecanciller ruso, manifestó que “nuevas sanciones contra Irán serán vistas por la comunidad internacional como instrumento para el cambio de régimen en el país”.
Sin embargo, se supone que un posible intento de cambio de régimen por parte de Occidente y su aliado Israel no contaría con la ayuda de la OTAN. Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la OTAN, indicó que el organismo no tiene intención de intervenir en Irán.
La previa
Que Irán esté en la mira del Imperio y de Israel no es algo nuevo. Sin embargo, en los últimos tiempos, varios sucesos se fueron concatenando en la arena internacional y esto dejó en evidencia que los cañones apuntan directamente sobre Irán.
Las primeras acusaciones pertenecientes a este último cúmulo de sucesos recayeron sobre Teherán cuando la Casa Blanca denunció que el gobierno iraní estaba involucrado en el intento de asesinato del embajador saudí en Washington; cargo que Ahmadinejad desechó enfáticamente.
Si bien la acusación sobre Irán comenzó a perder fuerza con el correr de los días, lejos estaba la Casa Blanca de quedarse de brazos cruzados. Así, la cumbre del G-20 en Cannes resultó el lugar y el momento ideal para relanzar las intimidaciones contra Teherán, a pocos días de que la AIEA diera a conocer su informe.
En esa reunión, Barak Obama hizo referencia sobre la “amenaza continua” que representa el programa nuclear iraní. Además, destacó que tanto él como el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, acordaron en “la necesidad de mantener la presión sin precedentes sobre Irán para que cumpla sus obligaciones”.
Quien se encargó de continuar con las acusaciones sobre Irán fue Tel Aviv. En efecto, mientras el presidente israelí Shimon Peres anunciaba la posibilidad latente de un ataque militar sobre Irán, el premier Benjamin Netanyahu intentaba persuadir a su gabinete para que apoye un ataque a territorio iraní.
Durante la semana previa a que el comunicado de la AIEA viera la luz, el ejército israelí llevó adelante pruebas con un misíl de largo alcance capaz de albergar una ojiva nuclear. Cabe destacar que Israel no firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear y además posee entre 200 y 500 cabezas nucleares.
Mientras Irán reafirma que su programa nuclear tiene fines civiles y pacíficos, dos potencias a nivel de armamento nuclear, como Estados Unidos e Israel, insisten, descaradamente, en denunciar que el programa iraní está destinado al uso militar.
El Imperio hace sobre la República Islámica de Irán las mismas acusaciones que realizó en 2002-2003 contra Irak: la tenencia de armamento de destrucción masiva.
En el caso de Irak, el ataque psicológico que empleó Estados Unidos le dio luz verde para invadir y asesinar a Saddam Hussein; sin embargo, poco tiempo después la mentira había quedado al desnudo.
Irak y Libia son ejemplos recientes de la voracidad del Imperio y sus aliados. Estará en manos de la comunidad internacional evitar que continúen con su depredación mediante mentiras que ya ni siquiera les interesa “disimular”.
Agencia Periodística de América del Sur (APAS)
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