El dedo en la llaga

Si le va mal al campo, le va mal a Colombia

01/08/2010
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El editorial ¿Es la hora del campo? del periódico “El Colombiano” (julio 28)  ,  los coqueteos y elogios del excandidato  Gustavo Petro al Presidente electo Juan Manuel Santos y su equipo de Gobierno  “..dentro de su proyecto político”..se fundamentan en la falsa ilusión de que …”cesó la horrible noche” no solo para nuestras patrióticas gentes del sector, sino también para nuestros consumidores nacionales.

No tienen en cuenta la negra historia del MinAgricultura que ha fracasado, en propiciar el autoabastecimiento de nuestras necesidades alimenticias y las de la agroindustria nacional, precisamente con las imposiciones de Washington. Se agudizará la ancestral dependencia de las orientaciones a toda la política agropecuaria y alimentaria por parte del imperio. Se trata de la continuidad de la misma política, con distintas caras.

Las solas importaciones de 10 millones de toneladas anuales que nos deja la administración de Álvaro Uribe, constituyen de por sí una gran vergüenza y catástrofe nacional. Un país que no produce sus alimentos mínimos esta condenado a depender de quien se los venda. Es la más absurda política impuesta al país y aceptada por todos estos gobiernos genuflexos a las imposiciones y migajas del país mas impositivo del mundo. A las malas con sus bases militares o a las buenas con el TLC impuesto por sus negociadores y aceptado sumisamente por los nuestros.

Todo para favorecer los 7 grandes monopolios que controlan el sistema productivo, de procesamiento, distribución y venta directa de su “comida rápida,  chatarra, transgénica y frankestein¨.

Y de paso el proyecto de presupuesto nacional baja el menguado cupo del Minagricultura en un 15%. Queda dependiente de los préstamos, no para fomentar la producción nacional de alimentos, sino para continuar engañando al país con políticas frustradas que lo que han hecho es incrementar nuestra dependencia de la producción cuestionada en los mismos E.U.(Ver libro y película Food Inc de críticos estadounidenses independientes).

Empiezan a movilizarse los arroceros del país reclamando precios rentables y la eliminación de las importaciones y el contrabando del grano que entra a competir deslealmente con el producto nacional. Los maiceros de Córdoba reclaman el cese de la importación de cuatro millones de toneladas del grano que perfectamente se pueden producir en esa región, la más fértil de Colombia, con el necesario apoyo estatal.

Los lecheros reclaman precios rentables para sus 6.500.000 litros anuales, amenazados por la desprotección gubernamental ante las imposiciones de los TLC con la Unión Europea, E.U. y Canadá que en el solo 2011, arrasaran la producción de un mes y en pocos meses mas harán desaparecer este sector como ha ocurrido con los trigueros y maiceros con importaciones masivas que han quebrado a centenares de miles de productores de todo el país.

También los cafeteros preparan sus baterías. La desastrosa política con el grano ya nos tiene en el quinto puesto en el concierto mundial después de Brasil (33%), Vietnam (13%), Indonesia (6.5%) y Alemania que revende 10 millones de sacos anuales. Y como si fuera poco nuestros productores deben soportar la competencia desigual de la traída al país anualmente de mas de 800.000 sacos (legales y de contrabando) de café de malísima calidad para mezclas para el consumo nacional. El Gobierno debe garantizar precios rentables a los productores, eliminar las importaciones, financiar totalmente los altos costos de los controles de broca y roya y facilitar abonos y fertilizantes a los productores de café “enviciado” con esos químicos, para recuperar nuestra producción ancestral.

Salvar el campo, es salvar a Colombia. Con una política agropecuaria y alimentaria nacional, patriótica, que emplee a 10 millones de colombianos, podemos salir de esta “horrible noche”, con soluciones auténticas para nuestra soberanía y defensa de lo nuestro, que no se vislumbra por ninguna parte, con los amos norteamericanos, que solo les interesa sus negocios y el bienestar de sus multinacionales financieras y comerciales.

Medellín, agosto de 2010.

Anexo

Por la salvación agropecuaria y alimentaria

Resúmen de tesis presentadas en conversatorio con los afiliados al Sindicato de Trabajadores de Solla, SINTRASOLLA, el sábado 31 de julio de 2010, en Bello, Antioquia. Ponente: Hernán Pérez Zapata, Asociación por la Salvación Agropecuaria y Alimentaria de Antioquia.

1.- Sobre el problema nacional y agrario.

2.-  La crisis agropecuaria y alimentaria en E.U. y en el mundo. La imposición de modelos de producción y alimentación por parte de E.U. a Colombia en los últimos 100 años.  Implicaciones de la eliminación de la producción de alimentos en Colombia. Casos del trigo y el maíz. Apertura económica. Tratados de Libre Comercio, TLC, con E.U. y otros países.

3.- Hacia un programa por la Salvación Agropecuaria y Alimentaria de Antioquia y Colombia.

1.- SOBRE EL PROBLEMA NACIONAL Y AGRARIO

Las luchas por la defensa de la soberanía y autodeterminación nacional han llevado a caracterizar a Colombia como una sociedad neocolonial y semifeudal  producto de la creciente intervención y dominación de los Estados Unidos, EU, en los asuntos internos de nuestro país y la existencia de rezagos feudales en el campo.

Las intervenciones de EU comenzaron en 1903 con la toma de  Panamá. Siguió con la presencia de la Misión Kenmerer en 1923 en la organización del Banco de la República, como un satélite de la Reserva Federal de E.U. Posteriormente, con la opresión y saqueo en la Zona Bananera del Magdalena. El Gobierno Colombiano realizó la mas grande masacre de trabajadores el 6 de diciembre de 1928, en Ciénaga, en defensa de los intereses de la multinacional United Fruit Company.

Esa intervención en nuestro país se acelera después de la II Guerra Mundial. En 1950 aparece la Misión Currie del Banco Interamericano de Reconstrucción y Fomento, BIRF. Aparecieron los Planes de Fomento y Desarrollo impuestos por el país del norte, que no eran mas que planes de endeudamiento externo. Con el denominado Grupo de Consulta de París, numerosas entidades financieros de E.U. y otros países reinician un hipotecamiento paulatino de la economía al capital financiero internacional. Para 1960 la deuda externa era de 235 millones de dólares. Actualmente sobrepasa los 51.000 millones de dólares. Todos los programas del MinAgricultura desde su creación en 1949 han sido orientados por E.U. para servir a sus intereses y los de sus multinacionales financieras y comerciales.

Entre esos programas podemos señalar los del Punto Cuarto en 1952, el Plan de Fomento para Colombia de la Misión Currie en 1953, los planes decenal (1960-69) y los cuatrienales de desarrollo desde 1970 hasta el presente. La Reforma Agraria Integral, los Programas de Desarrollo Rural Integrado, DRI, y los Planes de Alimentación y Nutrición, PAN, que se orientaron a traer los excedentes agrícolas de E.U. y a acabar con la producción nacional de trigo, cultivo del que nos autoabastecimos mas de 200 años. En 1966 importábamos 120.000 toneladas y nuestra producción era de 160.000 toneladas. Hoy, escasamente producimos 30.000 toneladas en Nariño. Importamos anualmente 1.500.000 toneladas de éste, uno de los cuatro productos mas importantes para nuestra alimentación nacional y del mundo entero, con el maíz, el arroz y la papa.

Algo similar al trigo ha ocurrido con un cereal de la trascendencia del maíz, con la apertura económica. Nos abastecimos durante mas de 5.000 años, desde que los indígenas procedentes de centro América nos trajeron el grano. Se iniciaron las importaciones en 1991. Actualmente importamos mas de cuatro millones de toneladas de maíz amarillo y blanco. La producción nacional se reduce considerablemente. Solo nos queda la zona de Córdoba y pequeños lotes de maíz tradicional en distintas regiones de la nación.

El año pasado sobrepasamos la importación de mas de 10 millones de toneladas de alimentos que perfectamente podemos producir en el país, solucionando el problema del empleo rural y urbano y creciendo nuestra capitalización rural y urbana. Mas del 50 % de nuestra dieta alimentaria es importada. Es una auténtica vergüenza nacional. Estamos en el reino de la estupidez mas grande.

Esta es la prueba reina del fracaso de todas las políticas agropecuarias del Estado Colombiano en los últimos 60 años. Esta es la prueba reina para sustentar que el TLC con E.U., en las condiciones que ha sido impuesto por el imperio, profundizará la hecatombe de la nación y el pueblo Colombiano, así como las bases militares que se instalan para la protección de la inversión y saqueo estadounidense a nuestro país y amenazar con la guerra a países vecinos.

2. La crisis de la producción y alimentación en E.U. y en el mundo.

La historia de la producción agropecuaria en los E.U. en los últimos cien años presenta características sumamente aberrantes con el modelo de desarrollo que se ha impuesto en Colombia, ahora que nos preparamos a conmemorar los 100 años de la agronomía y demás carreras profesionales e intermedias del sector agropecuario.

Se ha entrelazado una cadena de control monopolista que va desde las fincas fabricas, el procesamiento y distribución de esos productos hasta las cadenas de supermercados, restaurantes y hoteles que influyen muy generalizadamente en la forma como se alimentan los consumidores de E.U. y el mundo globalizado.

La denominada “comida rápida, chatarra y frankestein” a los precios mas bajos se ha extendido por todos los E.U. y ahora con la globalización neoliberal, por todo el mundo.

Se desarrolla un uso intensivo de la tecnología con métodos antinaturales con las denominadas agriculturas química y transgénica. Se desarrolla en los últimos 20 años la denominada agricultura orgánica que tiene la circunstancia de basarse parcialmente en los nocivas agricultura química y transgénica.

El uso intensivo e inadecuado de fertilizantes, pesticidas, antibióticos, aceleradores del crecimiento, entre otros, se ha identificado como causal de enfermedades catastróficas como el cáncer de todo tipo, las cardíacas, respiratorias, intestinales, obesidad, diabetes y otras enfermedades generalizadas y agudizadas con la forma privada como se maneja la alimentación monopolizada y la salud pública.

Solo interesan las superganancias de las siete grandes multinacionales que controlan el negocio. Son las mismas de las grandes estafas de las pirámides de Wall Street. Son las mismas beneficiarias de las condiciones favorables para ellas que el Gobierno de E.U. impone a Colombia y al mundo, con sus Tratados de Libre Comercio, TLC y las mismas para proteger con las invasoras bases militares en Colombia.

En el caso de la obesidad, alrededor del 70% de la población estadounidense tiene sobrepeso, especialmente las nuevas generaciones. Este problema de salud pública le cuesta a los consumidores mas de un billón de dólares anuales, cifra que supera las superganancias del sistema productivo y alimentario de las siete transnacionales que los controlan con el apoyo de los altos subsidios del Estado a la agricultura y la ganadería. Lógicamente que esos astronómicos costos de la obesidad y demás enfermedades no son pagados por los monopolios sino por los trabajadores y consumidores de E:U.

Investigadores de la U. de Arkansas, citados por los críticos independientes del sistema de producción y alimentario en el reciente libro “FOOD Inc” proyectan que si se alimenta un niño con el mismo sistema utilizado para los denominados “pollos broiler”, un infante podría pesar 147 kilos cuando complete los dos años de vida. Es decir, seria un monstruo.

Todas estas aberraciones recaen sobre los trabajadores agropecuarios y los mismos productores nacionales de los E.U., con la primacía del interés privado de la máxima ganancia por parte de los monopolios.

Eso es lo que pretenden trasladarnos a Colombia y demás países sometidos por E.U. con los TLC y sus bases militares en Colombia, favorables a esos pocos  monopolios interesados en acabar con nuestra producción nacional de alimentos y someternos a las importaciones de los mismos, con su alimentación con la misma “comida rápida, chatarra y frankestein”.

Se cumple la predicción del finado dirigente del proletariado antioqueño y colombiano, Felipe Mora, cuando afirmaba en sus frecuentes exposiciones en Medellín, que con la política de libre importación, los norteamericanos vienen por todo, por el sudor y la sangre de los pobres y por la platica de los ricos.

3. Un programa por la salvación agropecuaria y alimentaria

Toda esta problemática de la producción agropecuaria y la alimentación de los trabajadores y el resto del pueblo Colombiano nos lleva necesariamente a plantear la necesidad de un programa de lucha por la defensa de lo nuestro: nuestra soberanía, trabajo, producción y recursos nacionales.

Desde 1998 constituimos en Ibagué la Asociación Nacional por la Salvación Agropecuaria, que ahora proponemos que se le agregue lo Alimentario, con la mira puesta en enfocar nuestros esfuerzos por una producción nacional limpia para tener una alimentación sana para los trabajadores y el resto del pueblo y la nación Colombiana.

El Programa aprobado en 1999, en Ibagué,  por mas de 100 organizaciones rurales continúa vigente. Se basa en el rechazo a las masivas importaciones agropecuarias que perfectamente podemos producir en Colombia con el necesario apoyo del Estado.

Tanto EU como la Unión Europa, UE, y los países mas desarrollados del planeta no solo han basado su alimentación en su propia producción, sino que han ofrecido un decidido apoyo a su producción en el campo. En E.U. la comandancia de su independencia del dominio inglés, impuso desde hace ya 220 años, los subsidios y apoyo de servicios estatales a todo el proceso productivo, a la investigación, los distritos de riego, las vías, la electrificación, la extensión y el fomento, para abastecerse de sus necesidades alimenticias nacionales. El problema agropecuario se ha declarado como un problema de soberanía y seguridad nacional.

Es exactamente lo mismo que tenemos que asumir, como ha ocurrido con Europa y demás países desarrollados del mundo. Si no hay progreso en el campo, no lo hay en la ciudad. Y si falla la economía agropecuaria y alimentaria, falla la nación entera. Estamos ante el mas grande reto en nuestro país con la defensa de nuestro agro, nuestra alimentación sana y su contribución decidida al progreso generalizado de la nación como una patria autónoma e independiente en el concierto de las naciones del mundo.

El Estado debe garantizar investigación para desarrollar una producción limpia, para una alimentación sana. Se debe garantizar a los productores pequeños, medianos y grandes una rentabilidad a su esfuerzo. Ello se logra con créditos baratos y asistencia técnica avanzada. La producción debe tener garantizado un precio de sustentación que sea garantía para la supervivencia del productor, del campesino, del indígena, de los trabajadores agrícolas y en última instancia de los consumidores mismos.

El Estado debe financiar a las Universidades y contar con Instituciones de investigación, educación y extensión del conocimiento mas avanzado para solucionar eficiente y ecológicamente los problemas de la producción para contar con una producción sana. En vez de una agricultura y ganadería envenenadas, con unos productos con tóxicos que afectan el consumo y la vida de la sociedad, debemos con la experiencia universal del hombre y la investigación del conocimiento mas avanzado, ponerlo al servicio de los problemas técnicos de todo tipo que limitan esa producción limpia y alimentación sana.

Problemas como los de precios rentables para los arroceros del Tolima, Huila, Llanos Orientales y demás cultivadores nacionales deben ser solucionados por un MinAgricultura al servicio del progreso nacional. Deben eliminarse las importaciones del cereal y fomentar esa producción del grano, básico en nuestra alimentación.

Los maiceros de Córdoba deben ser atendidos igualmente con precios justos para contar con una producción rentable y extenderla por todo ese territorio que podrá abastecer las necesidades nacionales, sin importar un solo grano ni de E.U. ni de ningún otro país, así como ha ocurrido en mas de 5.000 años que nos autoabastecimos de este grano básico para nuestra alimentación directa o esencial para industrias como las de concentrados balanceados para la nutrición sana de animales.

El Estado necesita retomar el fomento de la producción de otros cereales básicos para nuestra nutrición como el trigo que se puede cultivar en todos los climas del país. Ya hemos tenido experiencias investigativas nacionales que nos permiten reivindicar que Colombia puede producir, con el apoyo del Gobierno, todo el trigo que necesitamos.

Igual ocurre con todo el resto de nuestra producción de papa, de fríjol, de hortalizas, frutales y toda esa amplísima gama de productos agrícolas y pecuarios, esenciales en la dieta alimentaria y el desarrollo de la agroindustria nacional.

Ante los graves peligros de las agriculturas químicas, transgénicas y orgánicas, basadas en la muerte, el Estado debe reivindicar la producción ecológica productora y transmisora de energía vital sobre la base de una producción natural, limpia, para la nutrición sana de los consumidores nacionales.

A los productores cafeteros se le debe garantizar un precio justo para el mejor café suave del mundo. Se deben eliminar las importaciones legales y de contrabando de mas de 800.000 sacos anuales que compiten con nuestra producción nacional introduciendo cafés de pésima calidad para el consumo nacional. Se deben financiar totalmente los altísimos costos de los controles de la broca y la roya y suministrar a precios cómodos los abonos y fertilizantes para las plantaciones “enviciadas” con esos químicos, para recuperar nuestra posición internacional que del segundo puesto pasamos al quinto exportador mundial después de Brasil (33%), Vietnam (13%), Indonesia (6,5%) y Alemania que anualmente reexporta 10 millones de sacos.

Los lecheros que producen mas de 6.500 millones de litros anuales soportan difíciles condiciones con la superproducción, los bajos precios pagados por las procesadoras, la importación de lactosueros, el rompimiento de las exportaciones a países vecinos como Venezuela y las amenazas de los TLC con la Unión Europea, E.U., Canadá y otros países, que para 2011 reemplazarían la producción nacional de un mes y en pocos años llevarían a este importante sector de la economía a su virtual desaparición como en los casos del trigo y el maíz.

Los paneleros, los bananeros, los productores de oleaginosas y demás producción agropecuaria destinada a la alimentación de los Colombianos y a aún a la exportación, debe estar en el orden de prioridades de una política de salvación del campo, el sistema alimentaria, la soberanía y el trabajo nacional, para beneficio de los Colombianos. Con los demás productores agropecuarios deben enfrentar deudas impagables que deben ser condonadas por el Estado, ante las irresponsables políticas de importar 10 millones de toneladas anuales de productos que han quebrado la producción nacional y cambiar el ultrajante programa de Agro Ingreso Seguro a los mas grandes potentados del país con fines politiqueros y clientelistas, a favor de las grandes mayorías de productos pequeños y medianos que han soportado los embates de las importaciones y la violencia irracional imperante en el campo.

Tenemos un gran desafío por delante, no solo en Antioquia, sino en toda Colombia. Hemos dicho que SIN MAÍZ NO HAY PAÍS, con base en las consignas de las luchas de los campesinos y demás productores mejicanos, contra el TLC con E.U. y Canadá que los han invadido con los maices transgénicos estadounidenses y arruinado no solo la producción de su país, sino el genoma del grano que ha sido básico mas de 10.000 años en la patria de los mejoradores de las plantas que originaron el precioso grano.

Pero si esto es cierto, con esa consigna también lo es, que sin producción agropecuaria nacional no tenemos país, ni trabajadores, ni consumidores para hacer una patria libre y democrática, para beneficio de las grandes mayorías del pueblo y la nación Colombiana.

Lecturas recomendadas:

1.       Weber Karl (editor) y otros. Food Inc. How industrial food is making us sicker and poorer, and what you can do about it. Participant media, Public Affairs, New York. 2010. Pp-321. Igualmente Food Inc, película resúmen del libro del mismo nombre. Duración 95 minutos.

2.       Gore, Al. Película An inconveniente truth. A global warning. Previene sobre el cambio climático y su amenaza a la humanidad.

3.       Aydon Cyril. Historia del hombre. 150.000 años de historia de la humanidad. Editorial Planeta. Barcelona, España. Pp 1-507.

4.       Pérez Zapata, Hernán. Sin Maíz no hay País. Santa Marta, noviembre 24 de 2009. Pp 1-100.

5.       ________________(coautor y editor) y otros.. 80 años de la lucha y masacre en las bananeras. Dic. 6 de 2008. Ciénaga, Magdalena

- Hernán Pérez Zapata

Salvación Agropecuaria y Alimentaria Antioquia

https://www.alainet.org/en/node/143183
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