Las tensiones que afloran convocan al debate y a la movilización

08/10/2006
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En las últimas semanas, acompañando los avances sobre la impunidad y el impacto simbólico del primer procesamiento de militares y policías, entró en desarrollo un cambio en calidad en los ataques de la derecha contra el gobierno, la izquierda y los magistrados que actúan con apego a la Constitución y la Ley. Lo más destacable de la situación es que -pese a la audacia, mejor dicho al descaro- de las maniobras de la derecha, los hechos evolucionan en el sentido de la verdad y la justicia. No se detienen los procesos, ni hay vacilaciones en las organizaciones sociales y políticas que luchan contra la impunidad. Vale la pena detenerse en esta circunstancia. Después de su edición del día 21 de setiembre, plagada de manipulaciones y mentiras acerca de las víctimas de los asesinatos en Buenos Aires, ¿qué espacio le queda al semanario Búsqueda para presentarse como una expresión de prensa independiente? Si algo faltaba a ese semanario para tipificar una conducta desquiciada es el tratamiento dado a un episodio que ha enfrentado a su Secretario de Redacción con algunos funcionarios del INAU. A lo largo de una página entera se describe de manera fantástica un mundo de “persecuciones del que son víctimas los ciudadanos uruguayos” (…) “viviendo una situación de indefensión ante eventuales abusos de los cuerpos fiscales (DGI, BPS)”- que bien poco tienen que ver por cierto con los problemas de la infancia- “y lo que eso implica como avasallamiento de las libertades y como tremendas armas para atacar, neutralizar y acabar con cualquier tipo de disidencia”… Visto lo cual las autoridades del semanario “denunciaron la situación ante los organismos internacionales de defensa y promoción de los derechos humanos y la libertad de expresión”. ¡Cualquier parecido a la prosa de las derechas venezolanas o de los exiliados cubanos en Miami es pura coincidencia! También la agresión planificada en Canal 10 contra Rafael Michelini puede ser vista desde dos ángulos. Por un lado, mostró -ante un nuevo público- hasta dónde se puede llegar en materia de falta de escrúpulos. En ese sentido se constituyó como una prueba de fuerza de la derecha. Pero, al mismo tiempo el episodio deja instalada la cuestión de qué credibilidad puede tener un medio donde se llevan adelante ese tipo de operaciones. Los ataques desaforados de Sanguinetti a la política de derechos humanos del gobierno y las solidaridades coloradas con los Bordaberry plantean la cuestión de cómo los dirigentes pretenden reconstruir ese partido. ¿Adónde piensan llegar siendo el partido del autoritarismo y de la impunidad? En estos días, son demasiados los indicios que la derecha está perdiendo la cabeza. Eso siempre conlleva cambios y genera preocupaciones que debemos asumir. De hecho, los sectores más conservadores y autoritarios han “quemado” ante muchísimos uruguayos algunos instrumentos importantes desde los cuales intentan el control y manejo de la opinión pública. Se entregan piezas, ¿a cambio de qué? ¿Se ha logrado frenar la acción de la justicia? ¿Se ha logrado desalentar al movimiento por verdad y justicia? ¿Se ha logrado aislar al gobierno frenteamplista de sus soportes democráticos y populares? Es más, una parte de los medios de comunicación de la derecha ha dedicado espacio y energía para dividir o neutralizar la acción que, en varios planos, incluyendo la lucha por verdad y justicia, desarrolla el sindicalismo agrupado en el PIT-CNT. Tampoco en ese terreno la derecha ha conseguido avanzar un milímetro. En el Congreso que culminó ayer, la unidad obrera se fortaleció y las posiciones adoptadas refuerzan una línea de defensa clara de los intereses de los trabajadores, de la soberanía nacional y de la profundización de la democracia. Las relaciones con el gobierno popular son encaradas con inteligencia, con un punto de vista de independencia de clase, reconociendo, a la vez, las características sustancialmente distintas que, para los trabajadores, tiene un gobierno del FA con relación a los gobiernos anteriores. * Hace unos días, dando nuestra opinión acerca de un posible Tratado de Libre Comercio con los EE.UU., decíamos que para una parte significativa de las clases dominantes una alianza estrecha con los EE.UU. constituía una suerte de reaseguro, era visto como una garantía de protección ante los riesgos –reales o imaginados- de un cambio. De un cambio de signo popular y de justicia social que, justamente, el gobierno del FA representa. A partir del anuncio que no habrá TLC dentro de los marcos inadmisibles exigidos de un trámite acelerado, el llamado fast track, los ataques a Tabaré Vázquez por parte de los dirigentes de las Cámaras de Comercio, de Industrias y de la Asociación Rural se intensificaron. Finalmente, una parte importante de los empresarios convive mal con un gobierno que no está dispuesto a reprimir la acción de las organizaciones sindicales. Un gobierno que, por su base social, está ligado a la historia y a la realidad de hoy de las organizaciones sindicales y ha estado, por tanto, dispuesto a instalar en el país los Consejos de Salarios y a hacer que se respeten los derechos de los trabajadores. En síntesis, la derecha reacciona con vehemencia ante los lineamientos que aplica el gobierno en sus relaciones con los EE.UU., en su concepción de los derechos sindicales y en defensa de la impunidad. Un reacomodamiento político profundo está en curso. Para la izquierda resulta fundamental estar a la altura del desafío que levanta la derecha. La acción de gobierno debe ser acompañada, apoyada y, cuando corresponda, criticada por la fuerza política con la que se identifica. Eso requiere una dinámica de discusión e información que contenga los problemas más acuciantes de la actualidad y que ponga en manos del mayor número de ciudadanos los puntos de vista del Frente Amplio. Las tensiones que afloran convocan al debate y a la movilización. Si nos atenemos a lo que ha mostrado el 9º Congreso del PIT-CNT es razonable pronosticar que la izquierda uruguaya estará a la altura de los retos que lanzan los enemigos del cambio, las clases conservadoras y los políticos autoritarios. - Hugo Cores- PVP-567 Frente Amplio
https://www.alainet.org/de/node/117475?language=en
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