El “primer mundo” y sus instituciones feudales

02/06/2014
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Este lunes, luego de que el rey Juan Carlos I de España anunciara que abdicaba al trono en beneficio de su hijo Felipe, en las principales ciudades del país miles de personas se concentraron para exigir un referéndum donde el pueblo decida si quiere continuar con la monarquía o instaurar una república.
 
Primero fue el presidente Mariano Rajoy y luego el (ahora ex) rey Juan Carlos a través de un mensaje grabado. Tras 39 años, el monarca español dejó el trono en beneficio de su hijo Felipe. El argumento oficial fue la necesidad de que las “nuevas generaciones” asuman el mando, pero en los hechos es un intento por salvar a la monarquía del desprestigio en el que cayó los últimos años.
 
Por un lado las denuncias sobre malversación de fondos y fraude que involucraron a la infanta Cristina y su marido; por el otro, cuando en 2011 se dieron a conocer públicamente los gastos de la corona en el medio de la crisis económica, la imagen negativa de la familia real aumentó.
 
Fue así que se llegó a la abdicación de Juan Carlos y la enorme reacción popular. Ni bien se supo la noticia a través de distintos medios se empezaron a convocar manifestaciones en todo el país. Sindicatos, partidos políticos y miles de personas en las redes sociales comenzaron a exigir un referéndum para decidir si la monarquía debe continuar o, por el contrario, se debe instaurar un gobierno republicano.
 
Los borbones
 
La actual familia real española se remonta a 1317 cuando un hijo de Luis IX de Francia, Roberto de Clermont, se convirtió en el primer duque de Borbón bajo el nombre de Luis I de Borbón.
 
En 1700 un nieto de Luis XIV de Francia se convirtió en Felipe V y el primer rey de la dinastía Borbón en España. El reinado de esta familia se vio interrumpido entre 1808 y 1812 con la invasión por parte de Napoleón y la revolución liberal que dio origen a las Juntas de gobierno.
 
Nuevamente en 1868, cuando se inició el “sexenio democrático” la dinastía de los Borbón fue apartada del gobierno. Esa experiencia culminó con la Primera República Española (1873 – 1874) que fue derrocada por el golpe de Estado del general Martínez Campos que restituyó a la familia real.
 
Finalmente la última vez que España se quedó sin monarca fue en uno de los acontecimientos más conocidos y trágicos del siglo XX. La Segunda República española que se inicia en 1931 y culmina tras la sangrienta Guerra Civil (1936 – 1939) que desemboca en la dictadura de Francisco Franco.
  

El entonces príncipe Juan Carlos junto al dictador Francisco Franco


Si bien Franco excluyó durante años a la familia real del gobierno efectivo del país, nunca cortó sus privilegios y de hecho en 1969 nombró a Juan Carlos como su sucesor. Fue así que este se convirtió en rey en 1975 tras la muerte del dictador.
 
El hecho de ser el jefe de Estado durante la transición de la dictadura a la monarquía parlamentaria le valió pasar a la historia (oficial) como un rey democrático. Sin embargo no se dice que juró dos veces por los principios del movimiento nacional (franquista): una, en 1969, cuando Franco le designó sucesor en la jefatura del Estado; y otra, en 1975, en el momento de acceder a la corona. Tampoco se dice que, en consonancia con lo anterior, el rey no consideró oportuno jurar por la Constitución cuando esta fue aprobada.
 
No se recuerda que Juan Carlos, avaló que se impidiera presentarse a las elecciones de 1977 -las que dieron lugar al nuevo gobierno post dictadura que aprobó la Constitución- a los partidos que no renunciaran expresamente a la ideología republicana.
 
También se olvida el comunicado que la Casa del Rey emitió el 18 de julio de 1978: “Hoy se conmemora el aniversario del Alzamiento Nacional que dio a España la victoria contra el odio y la miseria, la victoria contra la anarquía, la victoria para llevar la paz y el bienestar a todos los españoles. Surgió el Ejército, escuela de virtudes nacionales, y a su cabeza el Generalísimo Franco, forjador de la gran obra de regeneración”.
 
Cuando el pueblo se levanta
 
Este pasado, ocultado por los grandes medios y los partidos que se vieron beneficiados de la “transición” impulsada por Juan Carlos (el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español), parece no ser tan difuso para las miles de personas que se manifestaron este lunes exigiendo el fin de la monarquía y la instauración de la Tercera República.
 
Además de fuerzas políticas como Izquierda Unida (IU) y Podemos, la tercera y cuarta fuerzas más votadas en las elecciones europeas del pasado 25 de mayo, la demanda de referendo obtuvo el apoyo de movimientos ciudadanos y los sindicatos. Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores (UGT), las dos principales centrales sindicales de España, plantearon la necesidad de reforma constitucional.
 
“Es necesario un nuevo consenso social y político para la reforma profunda de la Constitución y del modelo de Estado que debe ser sometida a la opinión de los ciudadanos”, expresó Comisiones Obreras en un Comunicado. “El pueblo debe decidir en referendo”, pidió Cayo Lara, coordinador federal de Izquierda Unida. “Los españoles tenemos derecho a decidir nuestro futuro, por eso queremos votar”, dijo Pablo Iglesias, líder de Podemos.
 
Particular mención merece el caso del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) cuya dirección saludo al monarca saliente y le deseó suerte al heredero. Sin embargo su juventud expresó en su cuenta de Twitter: “Es el momento de cambiar España. De dar voz a la ciudadanía. De lograr un cambio constitucional que construya un nuevo futuro #ReferendumYA”.
 
Es que además de su pasado nefasto, la familia real tiene muchos problemas en la actualidad. A los ya mencionados casos de corrupción se agrega el costo que supone para el Estado español sostener un grupo absolutamente parasitario.
 
El último año se destinaron de las arcas públicas 7.775.040 millones de euros para mantener a la Corona. Hasta el momento Juan Carlos se autoasignaba de esa partida 140.519 euros brutos como sueldo y 152.233 como gastos de representación mensual.
 
Este panorama, en una España donde el desempleo aumenta y los desalojos a quienes no pueden pagar su hipoteca se han convertido en un problema cotidiano, generó un fuerte rechazo social. Según la Coordinadora Republicana de Madrid esto se manifestó en “las elecciones al Parlamento Europeo del 25 mayo”, que “al igual que las municipales de 1931, han puesto de manifiesto el hundimiento de las fuerzas políticas que han apuntalado la Monarquía desde la Transición”.
 
Por este motivo sostuvieron que “la clase obrera y el pueblo trabajador no deben permitir la perpetuación en la Jefatura del Estado de una familia que derrocha lujos obtenidos saqueando las arcas públicas”.
 
Fue así que el lunes entre cientos de banderas republicanas, en la madrileña Puerta del Sol, durante la concentración convocada de forma espontánea se inició la recogida de firmas a favor de la consulta pública. La consigna más escuchada en Madrid, Barcelona, Málaga y todas las ciudades donde hubo manifestaciones fue: “¡España, mañana, será republicana!”.
 
Difícil será que esto suceda bajo el gobierno conservador del Partido Popular. Sin embargo, las nuevas experiencias políticas que emergen en Europa con una mirada puesta los movimientos de América Latina y la experiencia que han transitado en los últimos años abren una pequeña luz de esperanza. Habrá que ver que triunfa en la feudal España, si las renovación o la tradición.
 
Santiago Mayor – @SantiMayor
 
 
https://www.alainet.org/pt/node/86078
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