La primera división

27/04/2014
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
1944 fue un año decisivo en la II Guerra Mundial. La Alemania nazi estaba acorralada por las fuerzas soviéticas en el Este, y las estadounidenses por el Oeste. Parecía inminente el segundo frente, la invasión a Francia ocurrió el 6 de junio. Once meses después tendrán que rendirse, Hitler se suicida.
 
Entre tanto, aquí se organizaban la Asociación Juvenil Venezolana (de AD), y la Confederación de Jóvenes de Venezuela (PCV), y la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV) es dividida por la derecha que forma la Unión Nacional de Estudiantes, con Caldera al frente. En cambio, el movimiento sindical hacía esfuerzos por unificarse. En febrero se instala la Comisión Organizadora de la Convención Obrera, aunque la presidía Augusto Malavé Villalba y lo acompañaban José González Navarro, Francisco Olivo, etc, dominaban los comunistas con Jesús Faría, Luis Miquilena, Manuel Taborda, Francisco J. Arrieti, Luis Felipe Ojeda. El PCV era mayoría en los sindicatos. En esos días viene Vicente Lombardo Toledano, presidente de la Central de Trabajadores de América Latina, su discurso en el Nuevo Circo fue un impulso a la unidad y combatividad de clase. También hablaron Andrés Eloy Blanco, Faría, el ministro Julio Diez, y Ramón Quijada, dirigente campesino.
 
El 10 de marzo se instala en el Nuevo Circo, con delegados de 150 sindicatos, de los cuales 106 dirigidos por comunistas y 44 por adecos. El 24 fue convocada la sesión de clausura en el Teatro Olimpia, donde debía elegirse la directiva de la nueva central sindical nacional, y ésta quedaría constituida. Llegado a este punto, los comunistas proponen que la directiva sea electa proporcionalmente, según sus fuerzas, mientras Quijada, por AD, propone que sea alguien independiente. Interviene Juvenal Marcano, se declara comunista y que siendo mayoría pueden decidirlo solos. Los sindicalistas de AD, después de acusar de comunistas a esa mayoría, se retiran, como lo habían acordado. Según versión de P. B. Pérez Salinas, en 1948 primer presidente de la CTV, también fue tema controversial un proyecto de acuerdo contra la revista “Selecciones” del Readers Digest.
 
En esa época estaba vigente la Constitución de 1936, cuyo artículo 32, inciso VI, establecía: “Se consideran contrarios a la independencia, a la forma política y a la paz social de la nación, las doctrinas comunistas y anarquistas; y los que las proclamen, propaguen o practiquen, serán considerados como traidores a la patria y castigados conforme a la ley”.
 
Imagínense ustedes esa disposición.
 
Ese mismo día levantan el acta de quienes se quedaron, y posteriormente, la Gobernación del Distrito Federal, dicta un decreto disolviendo la Convención e ilegalizando los 93 sindicatos y las tres centrales que permanecieron.
 
Políticamente, nadie le encontraba explicación, toda vez que el PCV apoyaba al gobierno del presidente Medina Angarita y AD era su más férreo opositor. Esta decisión generó una histórica polémica entre Rómulo Betancourt y Miguel Otero Silva.
 
¿Hubo influencia de la embajada de EEUU? ¿Fueron los sectores más reaccionarios del gobierno, incluidos militares, los que presionaron? Como sea, ha marcado la historia del sindicalismo.
 
Tales sucesos impidieron que se celebrara el 1º de mayo y estaba vigente el decreto del presidente López Contreras declarando el 24 de julio día de los trabajadores, en homenaje a Bolívar. Comenzó un largo proceso de lucha por la legalización de los sindicatos disueltos, y entre tanto, AD agrupaba la mayoría sindical, inesperadamente, con apoyo del gobierno.
 
Todos los esfuerzos posteriores por la unidad de la clase obrera fracasaron, ese período se alargó durante todos los años de la dictadura (1948-1958); derrocada, fue posible reunir un tercer Congreso de donde surge una CTV unitaria, con amplio predomino adeco. Esa unidad se rompió poco después. Y como es usual decirlo, pese a los esfuerzos hechos, sigue siendo una materia pendiente de la clase obrera venezolana que adolece de unidad y de conciencia de clase.
 
El jueves habrá otra celebración dividida, como se ha hecho, ¿inevitable?
 
9 yaracuyanas
 
Estuve en San Felipe en Semana Santa, y me traje estas breves impresiones:
 
1 No encontré hoteles ni posadas, estaban full. Nos salvaron Argenis y Gladys.
 
2 Tampoco había guarimbas ni nada parecido. Yaracuy es uno de los estados que no figura en el mapa del guarimbeo. Las pocas protestas son pacíficas.
 
3 La vialidad en buen estado, pero faltan señales advirtiendo curvas peligrosas, que las hay, en la carretera a Nirgua.
 
4 En la feria del buñuelo, en Cocorote, era más fácil encontrar churros que buñuelos. Pero lo mejor eran las arepas con chigüire.
 
5 Un mensaje que le transmito al gobernador Julio Heredia: una mayor atención al parque Leonor Bernabó, que, remodelado, podría convertirlo en otra atracción turística.
 
6 El mejor sitio para comer es el restaurante de granja Momento. Y para desayunos criollitos: búsquelos con Adelaida Martínez (96 años), en la calle 8 con Avenida 10. ¡Tiene 50 años preparándolos!
 
7 Los constructores de centros comerciales deben ignorar que en San Felipe no hay salas de cine y que un significativo porcentaje de la población, hace sus compras en los C.C de Barquisimeto.
 
8 Los aficionados al fútbol de duelo: a Yaracuyanos lo bajaron a segunda. Es un problema de billetes. Supongo.
 
9 Como hace unos 80 años, en estos días se celebran las Ferias de Mayo, en homenaje a San Felipe, patrono de la ciudad.
 
Apartando la amnistía que decretó el presidente Hugo Chávez, en la historia contemporánea no aparece otro antecedente. Cuando gobernaban los adecos (Betancourt y Leoni: 1959-1964) hubo centenares de presos políticos, y demandas de amnistía, particularmente en épocas de Navidad y ambos gobiernos fueron inflexibles, aunque hubo decretos parciales de sobreseimiento de juicios y de indultos. Quien la reclama hoy como condición para que el diálogo avance, es Henry Ramos Allup, secretario general de AD. ¿Qué pensaba él cuando se pedía una amnistía que favoreciera, entre otros a Pompeyo Márquez y a Teodoro Petkoff, a quienes se les acusaba de rebelión militar, pero no de la muerte de alguien? En AD hubo partidarios de esa ley, pero HRA era de la línea dura.
 
Vargas Llosa debió aclarar a cuáles estudiantes saludó, porque de los 2.600.000 universitarios, ni 3% participa en protestas.
 
Uno se pregunta si el rendimiento de Alex Cabrera en nuestra temporada, cuando ganó la triple corona y batió el récord de jonrones de Baudilio Díaz, estuvo estimulado por el uso de anabolizantes, como acaba de ocurrir en México, donde no podrá jugar nunca más.
 
Henri Falcón declara que “las protestas pacíficas y constitucionales no se pueden limitar”. Ningún derecho ciudadano es absoluto e ilimitado. El art. 68 contempla límites en “los requisitos que establezca la ley”.
 
 
https://www.alainet.org/pt/node/85139?language=es

Del mismo autor

Subscrever America Latina en Movimiento - RSS