¿Una ciudad integrada e incluyente o desintegrada y excluyente?
Dos modelos opuestos en Quito
11/02/2014
- Opinión
Todas las elecciones tienen un significado especial. Algunas más que otras. Hay elecciones en las cuales se enfrentan modelos o visones de mundo totalmente opuestas. La elección del 23 de febrero en Quito, representa la disputa entre dos modelos de país, dos modelos de ciudad, dos modelos de hacer política, dos modelos de ver la vida.
Augusto Barrera representa la visión humana de Quito, reivindica la historia del Quito que pone énfasis en el progreso social, en la inclusión, en las obras pensando en el desarrollo humano, en los derechos fundamentales del ser humano, en el ser humano. Representa la tradición de una ciudad que se forjó pensando en agua potable y alcantarillado para todos, una ciudad tolerante, respetuosa de la pluralidad y la diversidad, con una población consciente de que una capital se construye desde el respeto político. En eso se ha jugado Barrera en estos cuatro años, en construir el bienestar de los quiteños y quiteñas. Y a eso han apuntado las obras realizadas en vías, en salud, en saneamiento, en espacios públicos, en educación, en cultura, en parques. Son decenas de obras que apuestan al bienestar y los derechos de quiteños y quiteñas.
El otro día un amigo que estuvo vinculado con el gobierno de Rodrigo Paz me decía que, junto a Paz, Augusto Barrera es el alcalde que ha hecho más obras. El problema es que no ha sabido mostrarlas. Pero además, tal vez ha sido el único alcalde con un proyecto integrado de ciudad en el que Norte, Centro, Sur y Valles son parte de la misma ciudad integrada e integradora, dejando atrás la visón de aquella ciudad dividida y fragmentada. Pero, por la propia característica de Augusto, también muy quiteño, no ha querido vanagloriarse con las obras que hizo. Lo importante es hacerlas no hacer show. Claro que en el mundo de hoy, la comunicación, a veces incluido el show, es necesaria para que la gente reconozca lo que se ha hecho.
Augusto Barrera representa además el Quito respetado y reconocido a nivel internacional. El Quito capital de UNASUR. El Quito admirado por su cultura y su historia. Cuando uno viaja por América Latina toma una mayor conciencia del respeto a Quito como ciudad volcada hacia el ser humano y el reconocimiento a una gestión que proyectó a la capital ecuatoriana internacionalmente.
Mauricio Rodas representa la antítesis del Quito volcado hacia el desarrollo humano, es la mirada de un Quito privatizado, privatizador y privador, en el que los espacios públicos, el agua potable, el alcantarillado, la limpieza, no son para todos si no para los que pueden pagar, en el que las luminarias están por encima del bienestar general. Es un proyecto de ciudad desintegrado y desintegrador en el que Norte, Centro, Sur y Valles son entes separados estratificadores, que tendrán los servicios según puedan pagar. Es el modelo mexicano, que ha desintegrado un país, trasladado a una ciudad. Es el modelo social cristiano, que propone agua potable y calles limpias para quien pague, los que no pueden pagar que tomen agua cuando puedan y si se enferman por tomar agua no potable mala suerte. Si se enferman por vivir en la basura también mala suerte. Es un modelo de ciudad que desintegra la convivencia, hace añicos la tolerancia. Un modelo en el cual ese Quito humano, de profundas convicciones cívicas, incluyente, se transformaría en un Quito violento y polarizado como otras ciudades.
Como él mismo cuenta en su currículum, Mauricio Rodas no ha gestionado nada en su vida, Su labor más destacada es haber desarrollado asesorías para algún Ministerio del gobierno Federal en México, así como para algún gobierno estatal y municipal en ese país. Un país atomizado, fragmentado como consecuencia de la aplicación del modelo que quiere ahora aplicar en Quito. Además fue fundador y ex Director General de Fundación Ethos (Centro de Investigación en políticas públicas para América Latina con sede en México), promotora del pensamiento neoliberal y financiada por sectores de la derecha económica y política mundial. Significaría el ostracismo de Quito a nivel internacional, la pérdida del respeto construido en años.
Hace algunos años, luego de una larga conversación con José Mujica en Montevideo, Augusto Barrera, me destacaba la inmensa humanidad del actual Presidente de Uruguay. Ni uno imaginaba que sería presidente ni el otro que sería alcalde. Años más tarde los dos electos, Pepe me decía que aprendió mucho de Quito en aquella conversación y que solo los que tienen un compromiso tan grande, como Barrera con Quito, pueden hacer una gestión que incluya a todos.
Sin duda, el 23 optamos entre dos modelos de ciudad, que finalmente son dos modelos de país. Los quiteños y quiteñas decidirán si quieren seguir construyendo un Quito integrado, integrador e incluyente o tomar un atajo e ir a un Quito desintegrado, desintegrador y excluyente.
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Kintto Lucas
ExVicecanciller de Ecuador 2010-2012. Embajador de Uruguay para Unasur, Celac y Alba en 2013. Actual Director de Mediaciones -Observatorio Latinoamericano de Medios del CIESPAL.
https://www.alainet.org/pt/node/83105
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