A Francisco, el Papa, se le abrió un gran el debate

14/03/2013
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Al Papa, apenas elegido, se le abrió un gran debate por sus declaraciones como Cardenal Bergoglio contra las mujeres, contra la población LGBTI y por su papel en los años de la dictadura (1976-1983). Miembros de la Institución eclesiástica de Argentina, inclusive el Nuncio, por acción o por omisión,  apoyaron la dictadura.
 
Al nuevo Papa se le atribuye una compleja personalidad, difícil de captar y de definir. Compleja y hasta contradictoria. Cabalgan facetas muy particulares: persona de una teología conservadora al estilo Juan Pablo-II-Benedicto XVI, en dogma y en las cuestiones relacionadas con la vivencia de la sexualidad. Pero abierto y arriesgado en la práctica de la doctrina social. Como Juan Pablo II, sabe para qué sirve el poder eclesiástico. Hombre de decisiones, ojalá no se deje apabullar por la curia del Estado de la Ciudad del Vaticano, es decir, por esos cardenales y monseñores que se encargan de hacer vigente aquella afirmación de sabiduría popular: “El Papa reina pero NO gobierna”.
 
En ese minúsculo Estado, no pudieron poner orden Juan Pablo II y Benedicto XVI, más preocupados por condenar la Teología de la Liberación y las teologías progresistas, que por desarraigar  la corrupción de cardenales y monseñores, dentro y por fuera de las murallas vaticanas. La situación se degeneró de tal manera que estalló y se globalizaron los escándalos, de distintos tipos, ya muy conocidos.
 
Hay unanimidad, en diferentes autores y columnistas, en reconocer que en su vida privada y personal, es una persona sencilla, austera, sobria y enemiga de la pompa, que tanto adoran muchos, muchísimos sacerdotes, obispos y cardenales. Caminaba por las calles con zapatos bien usados. En lugar del carro de lujo, utilizaba el transporte común. Abandonó el Palacio arzobispal, para vivir en un apartamento sencillo y pequeño. Bajo un sobretodo negro ocultaba los colores episcopales y cardenalicios, en sus recorridos callejeros. Se alaba su capacidad de dialogar y atender a las y a los excluidos y de expresarles gestos humanitarios.
Los políticos argentinos fueron varias veces blanco de la retórica filosa del sacerdote, que los ha acusado de no combatir la pobreza y querer enquistarse y lucrarse en el poder”(1).
En ese contexto, ha sido “Voz de los sin voz” ante gobernantes y políticos, hasta el cuasi enfrentamiento. Su cardenalato coincidió con el gobierno de los Kirchner, blanco de sus denuncias, de diferente índole.
 
“Bergoglio reúne en sí dos rasgos que no siempre van juntos: es un conservador extremo en materias dogmáticas y posee una marcada sensibilidad social. Es lo que en la política argentina se conoce como un conservador popular,...
 
Los jesuitas formados por Bergoglio siguen una línea dogmática tradicional, pero “hacen la pastoral de fin de semana con los pobres. Les infundió una visión sacramentalista, acrítica y muy asistencialista”, añade un sacerdote que lo conoce bien. “Cultiva el bajo perfil. Está honestamente preocupado por los pobres, vive su espiritualidad. Es encantador, conquistador, muy austero, lleva siempre el mismo traje viejo, anda con zapatos gastados, viaja en colectivo y en subterráneo”, escribióHoracio Verbitsky, historiador y escritor argentino, uno de sus críticos, en 2005, cuando fue papabile (2).
 
Oscar Campana, argentino-porteño, en texto del 14 de marzo, así lo define:
 
“Su austeridad personal, indiscutible, siempre ha convivido con una decidida y sostenida búsqueda del poder, primero en su congregación, luego en la Iglesia argentina y universal. Bergoglio es un estratega y un político, como hace mucho no había en nuestra Iglesia. Pero parece que ahora todas las virtudes se reducen a una sola, olvidando que los pecados capitales son siete…
 
No obstante los antecedentes, no habría que descartar que una figura tan lejana al ceremonial y al protocolo, y consciente de la necesidad de ponerle fin a los escándalos (financieros, sexuales, políticos) continuados desde hace tiempo en la Iglesia universal y en Roma, sea capaz de imponer un cambio de rumbo en muchos temas sensibles” (3).
 
Como Benedicto XVI, soltó algunas de esas frases que marcan historia y crean no solamente conflictividad, sino enorme desprestigio.
 
 
Contra las mujeres
 
“Las mujeres son naturalmente ineptas para ejercer cargos políticos", refiriéndose a la candidatura presidencial de la Senadora Cristina Fernández.
 
"El orden natural y los hechos nos enseñan que el hombre es el ser político por excelencia; las Escrituras nos demuestran que la mujer siempre es el apoyo del hombre pensador y hacedor, pero nada más que eso".
 
En sus polémicas declaraciones, el arzobispo de Buenos Aires agregó que "hay que tener memoria; tuvimos una mujer como Presidente de la Nación y todos sabemos qué pasó", refiriéndose a la ex presidente Estela María Martínez de Perón (4).
 
Tales apreciaciones y otras llevaron a la Presidenta Cristiana Kirchner a afirmar: “Nuestro Dios es de todos, pero cuidado que el diablo también llega a todos, a los que usamos pantalones y a los que usan sotanas". (Héctor Torres colocó los renglones en negrillas).
 
Varias organizaciones de mujeres, incluyendo católicas, han emitido mensajes rechazando la teología anti-femenina del Cardenal-Papa. No inician en buenos términos las relaciones.
 
 
Contra la comunidad LGBTI
 
Se opuso rotundamente, con garbo de cruzado, al matrimonio igualitario para homosexuales y lesbianas. El texto siguiente es una síntesis de su postura.
“A las Monjas Carmelitas de Buenos Aires, 22 de junio de 2010.
Queridas hermanas: Les escribo estas líneas a cada una de Ustedes que están en los cuatro Monasterios de Buenos Aires. El pueblo argentino deberá afrontar, en las próximas semanas, una situación cuyo resultado puede herir gravemente a la familia. Se trata del proyecto de ley sobre matrimonio de personas del mismo sexo. Aquí está en juego la identidad, y la supervivencia de la familia: papa, mamá e hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones... Aquí también está la envida del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra. No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una "movida" del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios... Afectuosamente, Jorge Mario Bergoglio s.j.”. (5)
Dios no escuchó a las carmelitas contemplativas que seguramente fueron más que fervorosas en sus oraciones y plegarias, porque la Ley fue aprobada. ¿Qué concepción tenía o tiene el ex cardenal, de la oración?
 
Activistas de organizaciones LGBTI ya han levantado su voz de alarma y de protesta de lo que les puede esperar bajo este Pontificado.
 
La Dictadura y la Eclesiástica de Argentina
 
Hay un hecho histórico innegable: nuncio, obispos y sacerdotes apoyaron la Dictadura Militar (1976-1983), guardaron silencio cómplice, no tuvieron la valentía evangélica de denunciar al mundo lo que pasaba en Argentina e igualmente grave, no tuvieron entrañas de misericordia para ofrecer solidaridad a las víctimas. En ese contexto, Bergoglio ocupó cargos de alta responsabilidad. Por dos periodos fue provincial de los jesuitas, y muy joven, a los 36 años. Luego sería obispo-arzobispo-cardenal y Presidente de la Conferencia Episcopal. Vivió las consecuencias d la Dictadura y le tocó, directa o indirectamente el debate, aún no cerrado. Aún más, con razón o sin razón, llevará ese estigma a lo largo de su Pontificado.
 
Documentos de diferente índole ya le han dado la vuelta al mundo católico y más allá, abriendo el debate sobre la actuación de Bergoglio bajo la Dictadura. Varios autores sostienen su responsabilidad. Por ejemplo el historiador y escritor Horacio Verbitsky, en artículos y en su historia sobre la Dictadura, que lleva por título “El silencio”.

 
El 10 de abril de 2005, en  “Página 12”,  escribía Horacio Verbitsky: “El eventual papa argentino que mencionan especialistas y agencias noticiosas volcaría todo el peso del Vaticano en contra de la revisión de los crímenes de la dictadura. Bergoglio es la personalidad más avasalladora y conflictiva de la Iglesia argentina en décadas, amado y execrado por igual, como testimonia la dividida Compañía de Jesús. El secuestro de cuatro sacerdotes, la distinción académica a Massera y los manejos económicos de la USAL. ¿Es posible un Pontífice de Guardia de Hierro?” (6). Bergoglio sonaba como papabile y recibió 40 votos, en el Cónclave del 2005, pero pidió a sus electores que dieran esos votos a Ratzinger (2).

 

“En su libro Iglesia y dictadura, editado en 1986, cuando Bergoglio no era conocido fuera del mundo eclesiástico, Emilio Mignone lo mencionó como ejemplo de “la siniestra complicidad” eclesiástica con los militares, que “se encargaron de cumplir la tarea sucia de limpiar el patio interior de la Iglesia, con la aquiescencia de los prelados”, Verbitsky (7).
 
Título del artículo de Hans Hansen, el 13 de marzo de 2013:  “El nuevo papa ha sido cuestionado por entregar a dos sacerdotes a manos de la represión. Los testimonios apuntan a Bergoglio en violación a los DD.HH y muestran su complicidad con la Dictadura Militar Argentina”.
 
“... Al nuevo Pontífice se le menciona un poderoso vínculo con el entonces jefe de la Armada trasandina, Emilio Massera, ya que Bergoglio cuando integraba la plana mayor de la Universidad del Salvador, le otorgó al militar el título de “doctor honoris causa”... (8).
Bergoglio se defiende
 
En su libro autobiográfico "El Jesuita", publicado en 2010, Bergoglio rechazó las acusaciones en su contra.
 
MundoBBC Mundo en su celular
 
Pérez Esquivel: "El Papa no tenía vínculos con la dictadura"
 
 Jueves, 14 de marzo de 2013
 
El activista argentino de los derechos humanos Adolfo Pérez Esquivel, ganador del premio Nobel de la Paz en 1980, negó que su compatriota, el cardenal Jorge Bergoglio, recién elegido como Papa, tuviese vínculos con el régimen militar que gobernó a Argentina entre 1976 y 1983, como han señalado algunos críticos del nuevo pontífice.
 
En declaraciones a BBC Mundo, Pérez Esquivel dijo que "hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero Bergoglio no".
clic "A Bergoglio se le cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la congregación de los Jesuitas. Pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía", añadió Pérez Esquivel.
 
"No hay ningún vínculo que lo relacione con la dictadura", aseguró el activista a BBC Mundo.
 
El debate seguirá tan fuerte y agrio, que Martin Bedrossian,en elPeriódico Pachakutiq, del 14 de marzo de 2013, tituló su artículo:Habemus Papam Criminalis.
 
Posiblemente también se reabrirá el  debate sobre las alianzas de la institución eclesiástica católica con las cúpulas militares y policiales, en diferentes países, y ante todo en aquellos, como los de América Latina, víctimas de las dictaduras de viejo y de nuevo cuño.  Hay un hecho inaudito: las diócesis especiales para la Fuerza Pública, sostenidas con dineros públicos. ¿Qué hacen obispos y sacerdotes, metidos en los cuarteles y vestidos a lo militar,  con grados e insignias militares? ¿Como es posible que haya seminarios especiales para las vocaciones militares y policiales?
 
Bogotá, jueves 14 de Marzo de 2013
 
 
Fuentes.
1.       José Vales, Corresponsal de El Tiempo en Buenos Aires, marzo 14 de 2013.
2.       Artículo: Jorge Bergoglio, según Verbitsky, enviado por : James Viera, blackmatrya@hotmail.com
3.       Oscar Campana, texto vía internet
6 y 7. Del mismo artículo ya citado en la nota 2.
 
Héctor Alfonso Torres Rojas, licenciado en Teología y Sociología.
 
https://www.alainet.org/pt/node/74531
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