Señor:

Joe Biden

Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.

E.S.D.

 Señor presidente Biden:

Le escribe un campesino colombiano defensor de la Vida, con la esperanza que pueda leer esta carta y recibir lo que en ella me nace plantearle.

Recibe Usted su mandato en un momento crucial para la vida de la humanidad, para la vida del planeta; vida, hoy amenazada no solo por la pandemia del Covid 19, sino también por el hambre que sufren miles de millones de personas y políticas que no favorecen a las y los más desprotegidos.

Hoy señor presidente en el nombre del desarrollo se ejecuta la extracción indiscriminada e irracional de los recursos naturales, de nuestros bienes naturales que afecta la vida de nuestras selvas, ríos, montañas, nevados, llanos, mares y con ella la disminución y perdida acelerada de nuestra biodiversidad; todo esto trae afectaciones nefastas para la continuidad   armónica del ciclo vital. Urge impulsar políticas de conservación, prevención, cuidado de nuestros bienes naturales.

La salud es cada vez más precaria, dejó de ser un derecho para convertirse en un lucrativo negocio, muchas más epidemias aparecen, muchas más dolencias físicas, emocionales, espirituales nos afectan. Es momento de iniciar una sanación integral del cuerpo, la mente, el espíritu y la naturaleza en su conjunto y para ello un nuevo pensamiento un nuevo comportamiento.

En el nombre de la paz suenan tambores de guerra, NO son las armas las que nos salvan, es la pedagogía y la práctica del respeto, el reconocimiento del otro y la otra, es el acceso a una vida en condiciones dignas de igualdad lo que nos hará vivir en paz.

En el nombre de la Democracia se imponen bloqueos a países y sus pueblos, desconociendo que somos diferentes, tenemos cosmovisiones, culturas, credos, que nos hacen únicos, considero que la verdadera democracia es la libertad de los pueblos y países del mundo a dirigir sus propios destinos.

El Agua como elemento vital está siendo arrebatada a las comunidades, también contaminada y comercializada a precios exorbitantes, pero lo más grave: se está acabando, se está contaminando, la política debe ser: Agua para todas y todos, Agua para la vida.

La tierra está siendo concentrada en pocas manos, con un alto grado de implementación de monocultivos y éstos con alto uso de agrotóxicos   lo cual rompe los ciclos vitales como también las dinámicas culturales de las comunidades originarias, la cultura y tradición campesina. Esta debe retornar a la mano de las y los campesinos, de los pueblos originarios de todas y todos aquellos que la amamos y la cultivamos para garantizar el alimento y salud a la humanidad sin lugar a dudas la Agroecología como practica ayudará a erradicar el hambre del planeta con alimentos sanos.

Millones de mujeres en el mundo son maltratadas, explotadas, las niñas y los niños no tienen un futuro con el bienestar asegurado, los ancianos también son abandonados; hace falta que los organismos multilaterales con el importante apoyo de su país puedan ayudar más a alivianar esta problemática.

En las grandes ciudades la explotación laboral crece, los trabajadores y trabajadoras no son bien remunerados, esto hace que aumente aún más el desequilibrio; las corporaciones financieras, las empresas multinacionales deben disponer más de sus ganancias y con ellas invertir para resolver problemas sociales.

Ya terminando señor presidente; tiene Usted hoy la oportunidad con su investidura de reversar algunas de estas situaciones, impulsar decididamente la protección del medio ambiente y con ello proteger los derechos de la Madre Tierra, dinamizar y liderar una política de respeto a la autonomía y autodeterminación de los pueblos levantando los Bloqueos a  aquellos países que hoy son afectados por esta  política;  urge propiciar un clima de paz y estabilidad, un respeto mutuo entre las naciones del mundo. Urge fomentar el amor por la vida.

En sus manos está pasar a la historia como el presidente número 46 de esta poderosa nación, que contribuyó dentro de sus posibilidades a mejorar las condiciones de vida no solo para su país sino para el mundo.

Con mucho respeto.

German Bedoya

Campesino colombiano

Colombia, enero 20 del 2021