Universidad para todo el pueblo mexicano
- Análisis
Los compromisos con la educación popular y la trascendencia de nuevos proyectos alternativos de formación por todo el país, nos llevan a la pertinencia sociocultural en la educación superior con sentido formativo popular y crítico para la vida, el trabajo y la lucha social frente al capitalismo.
Emergencia de un nuevo proyecto de educación superior
Para un nuevo proyecto de país es de suma importancia enfocar parte de los esfuerzos en nuevas formas de enseñanza y otras tantas maneras de llevar la educación superior por el territorio nacional, completando su sentido abarcador y de acceso a todo el pueblo mexicano en esto que es identificado como la palanca de una profunda revolución cultural.
Existen universidades por todo el territorio nacional, sin duda mucho han aportado y más seguirán aportando a las situaciones que se presentarán, no obstante, hay en ellas problemas estructurales que por lo pronto impiden un máximo despliegue. Ello tiene que ver con sus estructuras de poder y las inercias en que viven sobre sus requisitos de ingreso, sus infraestructuras, su concepción de la enseñanza, la distribución de sus recursos, sus propósitos de educación, sus ataduras al paradigma de educación burguesa, sus esquemas organizacionales, sus concepciones sobre la Universidad monopolio del saber “a la cual se asiste”, no la universidad que va al pueblo. Es decir, su insuficiente movilidad para desplazarse con rigor a todo el ámbito territorial, para atender a todas y todos aquellos cuyos sueños de estudio quedaron truncados bajo el sistema social, que por distintas causas son marginados o imposibilitados de estudiar; con ello en cierta medida a no encontrar mejores formas de un otro futuro para sí, su familia y su comunidad. En estas circunstancias incrementar su presupuesto y abrir más universidades o escuelas bajo el esquema conceptual de ampliar el margen, es una necesidad nacional sobre la base de la plataforma asentada del hacer universitario.
Es sabido que nuestra educación tanto en el plano superior como en otros tiene grandes problemas, que van desde:
El retraso en nuestras concepciones pedagógicas.
Así también ante los esquemas neoliberales a que ha estado sujeta la enseñanza del Estado.
La atmósfera de burocratismo, mercantilismo y relaciones de poder en que operan las grandes universidades del país a nivel nacional o estatal.
Igualmente, afectadas por la elitización de la educación tal cual se viene desarrollando.
La escasa importancia dada al tema de la deserción escolar, la crisis de la educación o a la crisis pedagógica.
La limitación de incentivos de mediano y largo plazo tales como las perspectivas de empleo y salarios para las y los profesionistas.
Entre tantas dificultades que padecen nuestros pueblos para consagrar mayores recursos humanos y materiales a esta labor. El sentido tradicional de los enfoques sobre la Academia, el Poder y sus formas en los esquemas dominantes en el campo universitario.
Sin embargo, sabemos a ciencia cierta que elevar cuantitativa y cualitativamente esta área retribuirá en mejoras sustanciales para el país siempre y cuando los esfuerzos se canalicen lo más certeramente posible.
Sería largo reseñar tantas realidades que circundan y dificultan el panorama formativo en el país, muchos de los cuales trascienden fronteras de corte económico, político, estabilidad social y de seguridad. Por ello de momento nos centraremos en esta sección, en la exposición de esta propuesta.
Existen varias cuestiones que dificultan o desincentivan la enseñanza superior, tales como la disminución de los salarios de profesionistas durante la era neoliberal, la desatención pública a la juventud y adultos en necesidad de estudiar, hasta el esquema represivo dentro y fuera del aula. En conjunto es requerido un nuevo modelo formativo en estos planos, una nueva política de educación en general y particularmente superior que se concentre en las prioridades profesionistas que nos hacen falta como pueblo mexicano.
Requerimos de planes que se aboquen a bajar los números rojos del rezago en esta materia: la insuficiencia de profesionistas para atender los problemas sociales, concentración de profesionistas en pocos estados (una buena parte en CDMX y Nuevo León)1. Así también la cantidad de graduados a nivel licenciatura dista de ser satisfactoria para afrontar las necesidades del país hacia una perspectiva social interesada en la solución de sus problemas.
La Universidad va al pueblo
De ahí la importancia inicial de enfocarse primeramente en estados como Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Hidalgo, Guanajuato, Michoacán, Zacatecas, Campeche, BCS, Chihuahua, Tabasco y Veracruz, debido a sus bajos índices de profesionistas, pero además por razones de abarcar un radio de acción que permita aprender y generar expectativas de operatividad para que paulatinamente se proyecte hacia todo el país.
Insistimos en que se debe abrir un escenario de formación social universitaria que cubra las urgentes necesidades de educación superior en todo el territorio nacional, en los barrios de las ciudades, en las costas, valles y sierras. Constituyendo comunidades universitarias al modo del antiguo Calmécac ahora para nuestros pueblos, en las poblaciones en que es fundamental afianzar la permanencia y arraigo de la población por la solución de tareas de cara a su desarrollo endógeno y armónico.
Merece una breve atención esta trascendental percepción de la educación universal con profundas raíces en la historia cultural de nuestro país; llamamos a recuperar nuestras raíces pedagógicas y todo cuanto nuestra historia y la historia universal abonan al terreno. Desde el Tlacahuapahualiztli como “arte de criar y educar a los hombres”, esto es en esencia, formar en los nuevos seres humanos la experiencia y herencia intelectual de las generaciones pasadas y actuales para la vida en comunidad.
De esta manera proyectamos el reposicionamiento del Telpochcalli al nivel bachillerato, el Calmécac en el plano de licenciaturas y el Tlamacachcalli para la formación de posgrado desde lo territorial. Este conjunto nos plantea la movilización social del pueblo mexicano como eje vinculante y participativo del proyecto. Particularmente el Telpochcalli es una propuesta en un segundo proceso, para abrir un sistema de bachillerato que forme a adultos mayores de 25 años en el territorio nacional, enfocados a su posible integración al sistema de universidad-pueblo del Calmécac como el eje de esta propuesta.
Ello para atender por fases, diversas áreas sociales, productivas, educativas, ecológicas, integradoras, culturales, tecnológicas, sicosociales, administrativas, políticas y humanísticas del pueblo mexicano.
En síntesis, es abrir la universidad al seno del pueblo, como una entre otras necesidades de solución a parte de las angustiantes demandas sociales en la materia educativa y de profesionalización de sus sectores, para que estos a su vez les contribuyan a otras grandes soluciones de sus problemáticas, a modo de una solución para más soluciones.
Consideramos de suma importancia para una verdadera inclusión social abrir licenciaturas en carreras de:
Desarrollo Local Sustentable. Con distintas menciones según la región y sus factores productivos en cada municipio, con posibilidades de trabajo de granja y cooperativista; para la formación de profesionales en el área de desarrollo de proyectos socio-productivos en el agro, el mar, riveras, bosques, valles, selvas.
Gestoría Social. Formación profesional de gestores y gestoras de la comunidad en atención a distintas demandas de corte social, político, cultural, indígena, económico, de las regiones, con capacidades en la resolución de conflictos.
Estudios Jurídicos. Formación de abogadas y abogados sociales enfocados a resolver problemas legales de su comunidad, colectividades y poderes locales.
Comunicación Social. Formación de profesionistas con manejo de medios de comunicación y herramientas comunicacionales al servicio de su comunidad o sector de trabajo que desmonten las tradicionales formas de desinformación y mediatización de manera objetiva en lo local.
Ecología. Protección del medio ambiente desde lo comunitario con conocimientos en derecho, salud ambiental, ecoturismo y técnicas de cuidado del medio ambiente.
Cultura. Profesionalización en el conocimiento de lo identitario culturalmente, aplicación, conservación y proyección de la cultura regional y local.
Psicología. Profesionistas para la atención de problemas en alcoholismo, desintegración familiar, drogadicción, estrés laboral, violencia en general, con especial atención en la violencia de género enfocadas a cada espacio territorial.
Administración y gestoría. Profesionistas de la administración para la solución de los problemas locales en el área, con capacidades para gestionar los problemas administrativos comunitarios.
Pedagogía. Contribuir a la formación de un nuevo tipo de profesoras y profesores integrados a su comunidad desde el pensamiento crítico revolucionario, para los distintos niveles educativos según las necesidades locales. Hacia un nuevo maestro y maestra-pueblo.
Sociología y ciencias políticas. Profesionistas integrados a la escena social de sus regiones, tanto para el servicio público, educación y el comunitario.
Con nuevos enfoques que profundicen el sentido cultural indígena, el lenguaje de género, la pedagogía política y la integración en distintos aspectos productivos locales desde el inicio de la carrera; es decir, que se consolide como un proyecto hacia lo local. Las anteriores serían propuestas para iniciar un primer ciclo (agosto 2019).
En una segunda etapa o ciclo (agosto 2020) se propone elevar la carga a carreras en ciencias del mar y el agro, mecánica, electrónica, turismo local y ecológico, construcción, diseño, sistemas e informática, con vertiente territorial indígena para las regiones que se requiera y vertiente de aldeas o ranchos productivos en torno a las ciencias enfocadas a la agricultura y ganadería.
Para una tercera etapa o ciclo (agosto 2021) se propone integrar carreras en medicina comunitaria, enfermería, minería, geología, artes plásticas, educación física, transportes, producción agroalimentaria, ingeniería de alimentos, derecho y lenguas indígenas.
El Calmécac con el arte de la Pedagogía política crítica
Proponemos una pedagogía libertaria, que será pedagogía política con sentido crítico, popular y revolucionaria. Para ello se propone avanzar, con la integración de Programas de estudio debidamente fundamentados en los conocimientos requeridos, que plasmen nuestra perspectiva de una educación popular, solidaria, colectivista, impulsora de las conciencias y propulsora de cambios en el hacer profesional y el compromiso con el pueblo mexicano.
Bajo esta pedagogía instructiva, crítica, revolucionaria y de movilización social, los Programas buscan destacar los valores del conocimiento en la trayectoria de las auténticas necesidades sociales de formación profesional frente a lo que el neoliberalismo y su individualismo de consumo nos dejó. En cada estudiante del pueblo hay la posibilidad del humanista, del profesional comprometido, del intelectual capacitado para hacer gestoría social, para liderar soluciones comunitarias, elaborar e impulsar proyectos del buen vivir comunitario, desplegar la información y comunicación desde abajo, para tejer la conciencia colectiva de su comunidad y en su medio de trabajo.
Tal plano se proyecta por una formación integral y multifacética, capacitación concreta, práctica continua, además de una especialización en determinada área. Así entonces esta formación será siempre en relación estrecha entre el trabajo y el estudio, entre la colectividad y la individualidad, en las condiciones y circunstancias particulares de la zona o región de trabajo, por tanto, como un proyecto amplio para cubrir un horizonte mayor al que actualmente se puede visualizar.
Concebimos una educación sustentada en las tradiciones pedagógicas de nuestros pueblos, donde la universidad va al pueblo, se asienta ahí y se hace pueblo, cambiando el sentido tradicional de esta, centrándose en su desarrollo local, profesional, cultural y sustentable. En esto mismo la apuesta está en una proyección de impacto económico hacia amplios proyectos de lo productivo, social, cultural, técnico, político y ecológico.
Por otra parte, se hará indispensable innovar las formas de evaluación haciéndose continuas y diversificadas en sentido de que constituyan fuentes fehacientes de los aprendizajes adquiridos, en lo escrito, oral, visual, exponencial, la reflexión, la práctica, lo tecnológico y los cambios en el ser social.
Operatividad de la Universidad-Pueblo
Tal universidad pueblo es de gran importancia que cuente con la eficacia que da el dotarse con sus propios reconocimientos, para asegurarse la no sujeción a otras voluntades burocráticas y de rejuegos desde los esquemas tradicionales. Sin embargo, en algunos casos cabe hablar de convenios con diversas universidades del país, que para determinadas áreas puedan ser garantes de la acreditación de varias carreras, con otros convenios en relación al intercambio de experiencias, docentes, estudiantes, proyectos, instalaciones, diplomados u otras formas de colaboración.
Por otra parte, es posible aprovechar el espacio e infraestructura del sistema de educación media y/o secundaria para que se asiente en una marcha sin detención por la necesidad de aulas, lo que es posible en operación vespertina. Esto ahorra ingentes recursos al Estado, que de otra forma tendría que retrasar el proceso por largo tiempo o erogar a otras instituciones con las inconveniencias de sujetarse a sus procesos internos, autonomías, restricciones, condiciones, manejos políticos, monopolios educativos u otras dificultades burocráticas.
En este sentido la infraestructura existente permite operar inicialmente para agosto 2019. Otros recursos de infraestructura operativa para su administración en proceso pueden facilitarse en los estados y CDMX en espacios de la administración pública en tanto se desarrollasen mejores condiciones.
De esta manera, crear infraestructura en las ciudades del país puede correr a la par de la apertura en 2019, con la finalidad de que dicha infraestructura se convierta en eje que aglutine sus procesos, es decir, como centros de enseñanza, investigación, y articuladores del conjunto de comunidades universitarias desplegadas en los cientos de ciudades del país, en sus 2464 municipios y las alcaldías de la ciudad de México.
Bajo este entendido, una de las potenciales tendencias es que esas estructuras se constituyan en áreas de atención especial de las carreras canalizadas a la formación en el desarrollo local sustentable y las de corte social organizador. No obstante la planificación de construcción paulatina de espacios a nivel municipal que funjan como comunidades universitarias sólidamente asentadas. La lucha de clases del pueblo mexicano nos plantea precisamente generar más medios que posibiliten avanzar y prepararnos política, científica, humanística y culturalmente frente a la oligarquía y el imperialismo.
Centro de Estudios para la Formación Popular
1 En la OCDE México ocupa el último lugar en profesionistas con licenciatura, además de contar con 1 médico por cada 348 habitantes.
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