Iniciativa del cinturón y Ruta de la Seda

08/08/2018
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
la_nueva_ruta_de_la_seda_640_x_320_-_elaboracion_marcos_santos_navis_consultores.jpg
Elaboración Marcos Santos
Navis Consultores
-A +A

¿Todos los caminos llevan a Beijing?

 

La Nueva Ruta de la Seda es el proyecto geopolítico y económico más ambicioso que el Presidente de China, Xi Jimping, puso a consideración de Rusia, Kazajistan y Bielorrusia en el año 2013, señalando que era necesario recuperar y desarrollar la vieja Ruta de la Seda por la que, por más de 1500 años, entre grandes períodos de auge y de crisis, transitaron mercaderes cargando mercancías entre Asia y Europa.

 

La “Ruta de la Seda”, según Ferdinand Von Richthofen (1877), hace referencia al conjunto de rutas comerciales que, atravesando desiertos, glaciales, ríos y lagos, hacían posible el intercambio de mercancías entre Asia Oriental y Europa, pasando por Asia Central, durante más de 15 siglos.  El producto más famoso y costoso de todos esos tiempos, hasta cuando llega la revolución industrial, fue la seda que se fabricaba en China bajo estricta reserva de procedimientos y técnicas.

 

https://www.navisconsultores.com/wp-content/uploads/2018/08/ruta-de-la-seda1-300x177.jpg

Fuente: https://historiacbu2.blogspot.com/p/mapas.html

 

La nueva Ruta de la Seda

 

La Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda, La Franja y la Ruta o, simplemente, la Nueva Ruta de la Seda, es el proyecto que, ya en plena marcha, propone conectar Europa, Asia Sur-Oriental, Asia Central y el Oriente Medio, sobre la base de la antigua Ruta de la Seda a la que se añadiría una ruta marítima paralela.  Involucra directamente a 65 países, el 60% de las reservas energéticas del mundo, el 70% de la población mundial y sería responsable del 55% del PBI mundial.  Se trata de una inversión multimillonaria, en la que China aportaría US $ 1.4 billones.  Según estimaciones del gobierno chino, se cree que este proyecto debería estar concluido en 2049, cuando ese país celebre los 100 años de la fundación de la República Popular.

 

La noción de “Franja” hace referencia a la construcción de un nuevo puente terrestre entre Eurasia y China, desarrollar corredores económicos de China-Mongolia-Rusia; China-Aisa Central-Asia Occidental; la península Indochina-China; China-Pakistan y Bangladesh-China-India-Myanmar. Es decir, una ruta de la seda de base terrestre aprovechando la infraestructura actualmente existente.  Mientras que la noción “Ruta” hace referencia a la ruta de la seda por el mar, inspirada en antiguas rutas comerciales marítimas de la costa de la China, las mismas que serán objeto de ampliación y extensión según sea necesarias. En resumen, la ruta incluye una red de puertos e infraestructura que conectan el Sur y Sudeste de Asia con África Oriental y el norte del mar Mediterráneo.

 

“La Franca y La Ruta”, entonces, es el “sueño chino” de un mundo con paz y cooperación, cuyo proceso de desarrollo es compartido, donde el mundo es mirado con una proactiva política exterior, lejos del perfil bajo de Deng Xiaping en materia externa, aunque con alta prioridad del desarrollo interno.  Xi Jimping va más allá, cuando dice que el “sueño chino es el significado interno de cumplimiento y el desarrollo del socialismo con características chinas… un mundo interconectado”[1]. Nada menos.

 

En general, el proyecto de la Nueva Ruta de la Seda, tiene dos ejes: el primero es una vía terrestre que unirá China con Pakistán, Afganistán, Turquía, Moscú, Kazajistán, Turkmenistán, Kirguistán, Uzbekistán, Tayikistán y Europa mediante los Balcanes hasta llegar a Paris; el segundo, busca llegar a América Latina, África y Oriente Medio, mediante una ruta marítima intercontinental.

 

Sin duda, es un gigantesco plan de transportes por tierra y por mar que cambiará la economía, el pensamiento y la cultura mundial convirtiendo a China, de cumplirse sus propósitos, en la principal potencia económica, tecnológica y militar hacia el año 2050. A diferencia de la Ruta de la Seda de hace 2 mil años, la propuesta china incluye una vía marítima para incluir a África y otra transoceánica para articular Sudamérica.

 

Por donde se le mire, estamos frente a un Proyecto de dimensiones globales sin precedentes, distintos a los que promovió occidente.  Acá están admitidos todo tipo de regímenes políticos, operadores públicos y privados que, en atención a las circunstancias, se basan en una lógica de mercado con sentido social y de equidad, donde todos ganen, lejos de la absurda lógica de concentración y competitividad perversas.

 

Sus objetivos mayores

 

Según el Plan de Acción (2015) de La Franja y La Ruta, el proyecto está abierto a todos “los países como a las organizaciones internacionales y regionales comprometidos con la iniciativa… (en un marco de) paz y cooperación, transparencia e inclusión, aprendizaje y beneficio mutuo… en todos los campos”, buscando generar climas de confianza política y un amplio proceso de integración económica y cultural en un área importante del planeta.

 

En ese marco, la iniciativa busca satisfacer múltiples objetivos chinos, pero el principal está asociado a la reafirmación del ascenso e influencia de China en el concierto internacional.  No solo es un objetivo interno, es sobre todo un objetivo internacional que busca plasmar nuevos escenarios y paradigmas de modelo de desarrollo en abierto desafío a occidente.

 

Queda claro, entonces, que China aspira a mucho más que su propio desarrollo, busca incidir en el devenir del mundo con exportaciones masivas de capital y mercancías, también de cultura y tecnología. China ha superado la fase de desconfianza en la inversión extranjera en su país y, de manera paralela, ha entrado con fuerza y amplitud a la fase de exportar capitales propios en todo el planeta, convirtiendo la Nueva Ruta de la Seda como su principal plataforma inductora.

 

El foro de la Franja y la Ruta

 

Entre el 14 y 15 de mayo de 2017, hace solo un año, se realizó el “Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional”, en Beijing.  Participaron 29 Jefes de Estado, entre ellos los presidentes de Rusia, España, Turquía, Argentina y Chile.  Asimismo, acudieron representantes de 130 países y de 70 organizaciones internacionales.  Destacaron de manera significativa, la participación del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres; el Presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim y la directora Gerente del FMI, Christine Lagarde.  Era obvio el interés y la expectativa que había generado el evento.

 

El presidente Xi Jinping, en su discurso de apertura, señaló que la iniciativa de la Nueva ruta de la Seda, no excluye a nadie ni es elitista, sino, al contrario, constituye una gigantesca red de infraestructura para “una enorme familia de coexistencia armoniosa” que, en su proyección, incluye al mundo entero.  En ese sentido, se ha aplaudido la expresión de interés del cono sur de Latinoamérica de formar parte de la Franja y la Ruta.  Particular dinamismo, en esa perspectiva, vienen tomando las iniciativas de Bolivia, Brasil, Argentina y Chile, mientras el Perú espera la mejor oportunidad para ser parte una vía interoceánica que una el Pacífico con el Atlántico.

 

Lo económico

 

Algunos analistas creen que la Franja y la Ruta es la versión contemporánea del “Plan Marshall” USA, destinado a crear las bases para un nuevo orden mundial bajo el liderazgo chino, dejando de lado el orden mundial liderado por EEUU.  Esta es una afirmación que formalmente los chinos rechazan, aludiendo a que el Plan USA era coercitiva y condicionante, a tal punto que excluyeron a los países que tenían vinculaciones con la URSS.  Mientras que La Franja y La Ruta se sustenta en “la cooperación abierta” entre todos los países involucrados, sin condiciones de adhesión política a Beijing y lejos de criterios de “seguridad nacional” con los que operó el Plan Marshall.

 

Se cree, por otro lado, que el Proyecto de Xi Jimping es una respuesta a la sistemática presión estratégica y arancelaria de EEUU en el comercio mundial por la cuenca del pacífico, pero sobre todo se coincide en señalar que el mandatario chino habría reaccionado a su exclusión del mega acuerdo comercial TPP (Acuerdo de Asociación Transpacífica) promovido por EEUU.  El proyecto de la Nueva Ruta de la Seda, siendo una revolución de la infraestructura del transporte transcontinental que incluye a AL, también cobra oportunidad y sentido en tanto recupera confianza con Rusia en un marco en el que las relaciones Moscú-Washington se deterioraban.

 

En la perspectiva económica, el proyecto chino configura una visión del comercio internacional distinta a la que controla occidente a través del FMI.  Mientras el primero supone una fuerte intervención del Estado, el segundo aspira dejar todo a las fuerzas del mercado, a la “mano invisible” que, de manera irremediable, va perdiendo credibilidad en el siglo XXI.

 

Lo geopolítico

 

La Franca y la Ruta, aun cuando proclama la paz como bandera, puede reactivar antiguas tensiones y guerras entre Japón, Rusia y la China del siglo XIX, a los que se agregaría la confrontación soterrada que libran EEUU, Rusia, China actual e India, en una abierta competencia por lograr posiciones ventajosas para sus intereses ideológicos y, cómo no, energético en Euroasia.

 

En ese juego, EEUU lo que busca es defender, en nombre de la democracia liberal, sus intereses en el planeta, asumiendo un rol protagónico con poder discrecional sobre el resto bajo una supuesta superioridad moral.  Por su parte, Rusia trata de establecer una democracia soberana para todos los pueblos que forman parte de una sociedad, de un país.  Mientras que China reclama para sí un rol del gran mediador y pacificador en el mundo, en cuyo propósito su principal herramienta es la diplomacia.

 

Como dice P. Khanna, “China está aplicando metódicamente su propio programa para llegar a ser la primera potencia mundial y recuperar su posición como Reino Medio. Al igual que la Unión Europea, convierte a sus Estados vecinos en provincias semisoberanas, sometiéndolos no por medios militares, sino a través de la expansión demográfica y la integración económica”.  Eso es, de manera fundamental, la Franja y la Ruta.

 

Lo financiero

 

Según las estimaciones chinas, la inversión prevista en el proyecto alcanza a 1.4 billones de dólares, de los cuales 300 mil millones ya están comprometidos en obras de infraestructura y financiamiento de comercio, 40 mil millones como aporte al Fondo la Ruta de la Seda para el desarrollo de infraestructura y 100 mil millones de aporte al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura.

 

Implicancias globales

 

  1. La Franja y la Ruta mejorarán la interconectividad de toda Eurasia, logrando ampliar la red vial y marítima (carreteras y autopistas modernas, ferrocarriles de alta velocidad, puertos y aeropuertos de grandes dimensiones), así como infraestructura energética (gasoductos y oleoductos), entre Asia Oriental, Asia Centra y Europa, la misma que se extenderá por Sudamérica con vías marítimas transatlánticas. Su principal beneficiario: los pueblos que verán crecer su comercio local e internacional.

 

  1. En el campo económico y financiero, China ha puesto en marcha sistemas de financiamiento nacional e internacional paralelo y altamente competitivos a los que ofrecen el FMI, el BM y el Banco Asiático de Desarrollo cuyas políticas se deciden en los EEUU. A diferencia de éstos, los entes financieros creados por China otorgan financiamiento en moneda local, hecho que favorece una relación horizontal y de mutuo beneficio.

 

  1. Un proyecto de esta envergadura, repercute en la geopolítica mundial, especialmente en occidente que ve con temor y alarma el avance chino en planos tradicionalmente bajo control de occidente, como son el financiamiento y el desarrollo tecnológico en sus más diversos campos de la sociedad china. Lograr una posición de dominio sobre Euroasia, que es lo que teme occidente, es sinónimo de acercarse al dominio global, según especialistas en geopolítica.  Por esa consideración, se cree que la iniciativa china es una amenaza a la hegemonía de EEUU y sus aliados de la OTAN.

 

 

 

[1] http://spanish.chinatoday.com.cn/eco/analys/conteFerdinand, 2016nt/2017-12/05/content_750851.htm

 

Fuentes consultadas:

 

Khanna, Parag. EL SEGUNDO MUNDO.  Imperios e influencia en el nuevo orden mundial.  Paidos Ediciones, 2009.

 

Valderrey, Francisco y Lemus, Daniel. L A NUEVA RUTA DE LA SEDA Y LA, DIPLOMACIA INTERNACIONAL DE NEGOCIOS. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, México. 2017.

 

Huntington, Samuel. CHOQUE DE CIVBILIZACIONES Y LA REONFIGURACION DEL ORDEN MUNDIAL. Cuarta Edición.  Paidos Ediciones, 1977.

 

https://es.wikipedia.org/wiki/Iniciativa_del_Cintur%C3%B3n_y_Ruta_de_la_Seda

 

http://www.atrio.org/wp-content/uploads/LA-VANGUARDIA-1-Nueva-ruta-de-la-seda-I.pdf

 

https://www.dw.com/es/xi-da-inicio-al-foro-internacional-sobre-nuevas-rutas-de-la-seda/a-38832451

 

 

https://www.navisconsultores.com/iniciativa-del-cinturon-ruta-la-seda/

 

https://www.alainet.org/pt/node/194603
Subscrever America Latina en Movimiento - RSS