35 Años de la Fundación EBERT en Honduras

01/09/2017
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Representante, Joaquín Schluetter, Coordinadora, Jennifer Erazo
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 “Sin conciencia ni verdad no podemos ser libres”
Juan Almendares Bonilla, ex rector de la UNAH

“No se puede renovar la política renunciando a la memoria”
Natalie Roque, historiadora


El pasado 24 de agosto de 2017, se cumplieron 35 años de la presencia de la Fundación Friedrich Ebert en Honduras.  En 1982, Honduras retornó a la democracia (¿elecciones?)  después de más de 17 años de gobiernos de facto. Era la culminación de una década perdida en lo económico, social, político y cultural, reflejado en la crisis financiera y las violaciones sistemáticas de los derechos humanos. Pero también, un periodo caracterizado por la creciente polarización ideológica regional, la presencia de la contrarrevolución nicaragüense y el uso del territorio nacional como santuario apoyado por EEUU para derrocar al gobierno sandinista.

En esta década de los 80s, la EBERT apostó a la defensa de los valores y principios de la democracia, protección y defensa de los derechos humanos, reivindicación de las conquistas laborales de las organizaciones gremiales y apoyo a las luchas campesinas por el acceso a tierra y servicios de apoyo por el Estado.

En los 90,s con la vigencia de los programas de estabilización económica y ajuste estructural, fue evidente el acompañamiento de la Fundación al debate sobre la reformas propuestas y sus impactos negativos en la población más vulnerable, derechos adquiridos, la organización social y política y la vigencia de modelos y enfoques alternativos al ajuste neoliberal.

Estuvo cerca de las familias afectadas por el huracán Mitch y en los esfuerzos del gobierno y demás actores sociales en la reconstrucción nacional y combate a la pobreza, principalmente en el fortalecimiento de la organización comunitaria. Con la vigencia del CAFTA-RD, la Fundación apoyó los espacios de diálogo entre actores diversos y las propuestas de organizaciones campesinas, pequeños productores, grupos de mujeres, organizaciones ambientalistas y defensoras de derechos humanos, en especial la defensa del derecho a la alimentación y la búsqueda de objetivos de soberanía y seguridad alimentaria, contrario a la dependencia alimentaria promovida por el Tratado y los gobiernos, que después de más de 10 años ha convertido al país es un importador neto de alimentos y supeditado a la ayuda alimentaria de gobiernos y países.

Es de destacar el apoyo y aporte de la Fundación en los temas del aseguramiento y protección social de los y las trabajadoras, defensa del acceso universal a la salud y educación, y fortalecimiento de las organizaciones y grupos de interés social, como respuesta a los embates del modelo neoliberal y sus políticas de privatización y exclusión.

Con el golpe de Estado (junio-2009), las acciones de la Fundación EBERT han estado de lado de las organizaciones defensoras de derechos humanos, con la denuncia de las violaciones sistemáticas de estos derechos por los órganos del Estado, la defensa de los principios de la democracia participativa y equitativa. Ha servido de espacio para la Academia en sus propuestas y planteamientos de modelos alternativos frente al modelo de corte neoliberal instaurado, cuyas características fundamentales son la venta del territorio nacional, privatización de los servicios públicos (salud, educación, aseguramiento social, energía eléctrica, agua potable, vivienda, etc.), violencia y represión generalizada, más impuestos, más deuda, corrupción, autoritarismo institucional y político, control de la prensa mediática y  la generalización de la mentira como política de Estado.

Pero también, a lo interno, la EBERT ha acompañado a organizaciones LGTBI en la demanda y defensa de sus derechos, grupos juveniles y de mujeres y las acciones de partidos y organizaciones políticas progresistas; estos últimos, sin valorar aún el aporte de la Fundación al cambio social y político, y la construcción de escenarios conjuntos en democracia. También a la Academia, en la celebración de foros, eventos, talleres, investigación, y divulgación de la revista Nueva Sociedad, como órgano de consulta y estudio de un pensamiento independiente, progresista y alternativo.

A nivel regional, se han abordado temas estratégicos y comunes con la red regional Fesamericacentral. Entre estos temas destacan: a) el extractivismo, b) las maras y pandillas, c) narcotráfico y política; d) corrupción generalizada; e) las migraciones; f) inseguridad alimentaria.

Uno de los programas exitosos de la Fundación, ha sido el de Agentes de Cambio, donde más de 250 jóvenes emergen con nuevos liderazgos e ideas, que se incorporan a organizaciones sociales y políticas como genuinos representantes de pueblo, en la defensa de sus derechos y conquistas. Son agentes de cambio formados para transformar el país con ideas, acciones, propuestas y trabajo.

Este 35 aniversario del trabajo de la Fundación Ebert en Honduras, coincide con el año político en el país, donde hondureños y  hondureñas concurrirán a las urnas para elegir nuevas autoridades de gobierno.  Pero también, con mayor demanda de fondos en otras regiones, donde solo Alemania espera recibir cerca de 1,2 millones de inmigrantes, lo que se reflejará en una reducción del presupuesto asignado a la Oficina de la EBERT en Honduras y en otros países de Latinoamérica, de por si el más bajo de estos países, ya que la oficina en Honduras cuenta con tan solo cuatro (4) empleados nacionales, que supuestamente serán despedidos para atender a los refugiados.

Felicidades al equipo de la Fundación en Honduras, sobre todo a Doña Silvia que cumple también 35 años de trabajo continuo; ella es la Fundación Ebert en el país, tal como lo expresara la coordinadora de programa de la FES, Jennifer Erazo. Igualmente, urge un pronunciamiento de líderes de partidos políticos y organizaciones progresistas, gremiales, grupos étnicos y ambientalistas, campesinos, organizaciones de mujeres, grupos de interés, etc., para que el trabajo de la Fundación no se debilite al pretenderse recortar su presupuesto y despedirse a los empleados.

Tegucigalpa, DC, 31 de agosto de 2017





 





 

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