Una retórica violenta del gobierno chileno
- Opinión
Las declaraciones de las autoridades de Chile y las provocaciones planificadas desde altos niveles de autoridad en contra de Bolivia, implementadas en las últimos días, son la señal más evidente de la derrota histórica que sufre el gobierno de Santiago y los sectores oligárquicos de ese país que han manejado sus relaciones exteriores, frente a la demanda del derecho boliviano a una soberana salida hacia el Océano Pacífico que, en una primera instancia, ha conseguido que el Tribunal de Justicia Internacional de La Haya se pronuncie asumiendo su competencia para tratar este diferendo entre países miembros de la comunidad mundial.
No solamente están las maniobras militares realizadas hace algunos meses en el norte de su territorio o los abusos a los transportistas, comerciantes y ciudadanos bolivianos interfiriendo el ”libre tránsito”, sino hechos muy recientes como la de obligar a retirar una bandera boliviana izada en un inmueble consular en Antofagasta, la invasión de policías chilenos a territorio boliviano para “rescatar” camiones de contrabandistas detenidos por autoridades bolivianas o la presencia de una delegación encabezada por el ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, en las cercanías de los manantiales del Silala, aguas que pretende controlar como si fueran de rio internacional.
La demanda ante La Haya sostiene que las autoridades chilenas a lo largo de todo el siglo XX y principios del XXI han manifestado públicamente su disposición a dialogar y buscar soluciones al enclaustramiento marítimo boliviano y por tanto corresponde ahora que cumplan estas promesas y manifiesten su disposición para abrir una mesa de diálogo al respecto bajo la determinación que asuma el Tribunal Internacional hasta el próximo año.
Violentas declaraciones
Además corresponde recordar las palabras de la presidenta Michelle Bachelet indicando que la detención de siete funcionarios de Aduana y dos militares bolivianos en “territorio chileno” se debió a que estaban robando nueve camiones. Resulta incoherente plantear que nueve personas estén robando nueve camiones que transportaban millonarias mercaderías y que esos nueve camiones estén transitando en una zona inhóspita y lejanísima de los centros de comercio chileno o boliviano.
Por otra parte, de manera amenazante y agresiva el ministro Muñoz manifestó que irá preso todo boliviano que ingrese ilegalmente a su país o ejerza actos de soberanía, en una clara manifestación de xenofobia y odio a ciudadanos de un país vecino, como ocurrió hace varios meses con ciudadanos peruanos en las ciudades chilenas. Esto significaría desconocer la realidad socio-histórica del vínculo de familias y comunidades a ambos lados de la frontera y de la existencia en las poblaciones fronterizas y en las ciudades del norte chileno de más de treinta mil trabajadores, comerciantes y empresarios bolivianos, muchos que cuentan sólo con carnet de identidad. ¿Los detendrá el ministro Heraldo Muñoz?
En varias oportunidades sectores importantes de trabajadores, intelectuales, organizaciones sociales de Chile se han pronunciado a favor de la demanda boliviana y actualmente sufren la presión y persecución en medio de la crisis y debilidad del gobierno. Inclusive cuando el presidente de Bolivia Evo Morales Ayma visitó Santiago de Chile se produjo una concentración multitudinaria manifestando su solidaridad con la posición boliviana y con las gestiones de Morales.
Paciencia indígena de Morales
Morales Ayma realizó una paciente relación con las autoridades chilenas durante los últimos once años. Invitó en 2006 al presidente Ricardo Lagos a su posesión, tuvo muy buenas relaciones en el primer gobierno de Bachellet e incluso con el conservador Sebastián Piñera, sin embargo cuando solicitó que se cumplan las agendas establecidas bilateralmente recibió una respuesta agresiva y dilatoria que lo obligó a recurrir a tribunales internaciones.
Con la presidenta Bachellet acordó en 2006 llevar adelante una Agenda de 13 puntos, de los cuales el punto 6 estaba referido directamente al tema del diálogo bilateral sobre el asunto marítimo desde una perspectiva constructiva, aspecto que fue sistemáticamente soslayado por el gobierno chileno y obligó a Bolivia a recurrir al Tribunal de La Haya.
La gestión de las relaciones internacionales de Bolivia se llevó adelante con cautela, dignidad y soberanía y de manera diferente a las gestiones pasadas de las relaciones exteriores bolivianas que fueron conducidas por grupos de las oligarquías locales vinculadas a las oligarquías chilenas. Además Morales se ha inscrito en la perspectiva de la integración de los pueblos y países de la región en la Patria Grande, los que han manifestado su solidaridad con Bolivia y su deseo de una solución al conflicto particularmente en los cónclaves de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
- Eduardo Paz Rada es sociólogo boliviano y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.
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