Baltimore: Fragata Libertad trae a la memoria el origen de la visión confederal argentina basada en el desarrollo económico

20/06/2016
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Baltimore, una ciudad marítima de la costa atlántica de los Estados Unidos de América, fue visitada en estos días por la fragata “Libertad”, el buque escuela de la Armada Argentina la cual, en este viaje, volvió a recalar en un puerto de ese país de América del Norte después de casi una década y lo hizo en uno que tuvo una gran trascendencia en el proceso independentista del continente y en el caso argentino fue el origen del proyecto confederal basado en el desarrollo económico expuesto en su momento por Manuel Críspulo Bernabé Dorrego.

Baltimore fue el refugio de numerosos exiliados de América Latina que combatían contra el colonialismo español en la región y también de la casi ignorada circunstancia de que el argentino-oriental, como él se autodefinía, José Gervasio de Artigas, tuviese a ese puerto del estado de Maryland como la base de operaciones de la flota naval de corsarios de la entonces Banda Oriental al que recaló Dorrego cuando fue expulsado de la Argentina por el gobierno porteño en noviembre de 1816, fecha de la que están próximos a cumplirse 200 años.

En esa sede de desterrados, entre los que también se encontraban Feliciano Antonio Chiclana, Domingo María Cristóbal French, Pedro José Agrelo y Manuel Moreno, el hermano menor de Mariano Moreno, fue donde Dorrego elaboró sus “Cartas Apologéticas” y algunos otros escritos allí publicados en los que fue sentando las bases de su visión confederal para la Argentina siguiendo el ejemplo de la estructura de los EUA donde los entonces trece estados (hoy son 50) habían logrado un desarrollo económico que les permitía financiar un estado nacional.

Cuando diez años más tarde se debate la Constitución Nacional de 1826, donde predominó el unitarismo, Dorrego, en representación de la Provincia de Santiago del Estero, planteó, en sus discrepancias con la visión centralista porteña, dos cuestiones políticas básicas fundadas en razones de índole económica y social que tampoco coincidían con el esquema federal, triunfante décadas más tarde basado en la multiplicidad de estados provinciales, ni con la concepción del voto censitario que dejaba marginados a los sectores de menores recursos para la elección de autoridades.

"..Si se excluye a los jornaleros, domésticos asalariados y empleados también ¿entonces quién queda? Queda cifrada en un corto número de comerciantes y capitalistas la suerte del país. He aquí la aristocracia del dinero, entonces sí que sería fácil poder influir en las elecciones, porque no es fácil influir en la generalidad de la masa, pero sí en una corta porción de capitalistas; y en ese caso, hablemos claro, el que formaría la elección sería el Banco, porque apenas hay comerciantes que no tengan giro en el Banco, y entonces el Banco sería el que ganaría las elecciones, porque él tiene relación con todas las provincias. Señor, en el sistema representativo la mayor extensión que se pueda es la que hay que adoptarse, bastantes excepciones tiene la ley ¿para qué más?", dijo sobre esto último.

Claro que su visión Confederal difería claramente de caudillos como la del riojano Juan Facundo Quiroga cuando, entre otras cosas, proponía la desaparición de la provincia por el gobernada para ser fusionada con la de Catamarca, como así las de Corrientes, Entre Ríos y Misiones y las de Mendoza, San Juan y San Luis, entre otros casos, de manera tal de que cada una alcanzase su autosuficiencia económica y así poder aportar cada una al sustento del Estado Nacional.

El propio Quiroga se encontró, años más tarde, conque Juan Manuel de Rosas, retomando la idea confederal de Dorrego, incluyendo la fusión de provincias, en su “Carta de la Estancia de Figueroa”, el 14 de diciembre de 1834, sostuvo que el gobierno federal no debía financiar a las provincias sino que ello debía ser al revés y, como tal, le recordó que cuando se construyó la ciudad de Washington, en 1791, la misma fue financiada por los trece estados.

Como una muestra de que la visión estructural económica va más allá de la simple cuestión unitarios versus federales, es interesante observar que durante la Confederación Argentina fundada por Justo José de Urquiza, el país tuvo a su primer ministro de Economía, el unitario Mariano Fragueiro y seguidor de la “Primera Internacional Socialista” y autor de la Constitución Económica de 1853 anulada luego por Bartolomé Mitre, reclamaba a las provincias aportes para el Tesoro confederal pero sólo podían hacerlos Entre Ríos, Córdoba, Santa Fe y Mendoza ya que las demás carecían de recursos.

Precisamente fue Mitre el creador del sistema inverso por el cual la Nación aporta a las provincias mediante la Coparticipación Federal y los Aportes del Tesoro Nacional, entonces llamados Subsidios y Auxilios, poniendo fin al proyecto de desarrollo de las economías provinciales traído desde Baltimore entre cambios de ideas de expatriados, encuentros con corsarios y el apoyo de una ciudad que avalaba la independencia de América Latina y a la cual acaba de visitar la fragata “Libertad” en su regreso a los puertos de los EUA.

- Fernando Del Corro es periodista, historiador, docente en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.


 


 

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