Perú: Elegir entre el narcoestado y la derecha conservadora

03/06/2016
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 kushinski keiko
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El domingo 5 de junio el Perú irá a votar en una sucesiva serie de elecciones con candidatos deplorables. Cómo se ha llegado a esta opción electoral. No es un proceso corto ni de pocos actores. La violencia de los años 80 y 90 polarizaron la sociedad brutalmente. La aplicación sin medida del modelo neoliberal, el terrorismo de Sendero Luminoso,  el militarismo del MRTA y la  represión ilegal e ilimitada llevaron al país a una tremenda confrontación de la cual salieron  perdedores la democracia, el movimiento popular, la izquierda y el Perú entero.

 

Fujimori, llámese Keiko, Kenji o Alberto, representan lo peor de la sociedad peruana y no es una exageración. La vinculación con el narcotráfico viene desde la dictadura fujimorista y continúa aún hoy a través de sus hijos y representantes. El Perú disputa con Colombia el triste primer lugar de producción de cocaína y el hijo de Fujimori, Kenji, está vinculado entre otras perlas al hallazgo de 100 kilos de este producto en la bodega de su empresa.  El narcoestado es la base de la extrema liberalidad del mercado en el país, donde todo se compra y todo se vende. La promoción de esta informalidad es parte de la campaña fujimorista donde, por ejemplo la policía entre ellas, recibe y aplaude la oferta de volver a trabajar en un sistema llamado 24 x 24, esto es 24 horas para la institución y 24 horas para el contratista privado, minando cualquier forma de respeto al propio espíritu de cuerpo que requiere una Policía Nacional. No hablemos del estado de derecho que para el fujimorismo es una blasfemia. Todo ello respaldado por la peor prensa de América Latina, donde hasta el uso de la palabra soberanía se ha vuelto tema de mofa o peor aún de persecución por pertenecer a la ideología “terrorista”.

 

Ante esta realidad no queda otra alternativa que votar por la derecha conservadora representada por Pedro Pablo Kuczinsky, hombre del Fondo Monetario, del cual no se espera nada más que respete por lo menos ciertas reglas del juego en el marco de derechos humanos. Este será un gobierno acorralado por la mayoría fujimorista de la Asamblea pero, de ganar, tendrá el respeto de haber derrotado al fujimorismo.

 

Triste proceso electoral donde, sin embargo, una izquierda fresca y nueva aparece bajo el liderazgo de una mujer joven con coraje e ideas. Verónika Mendoza representa la esperanza política de batallar por el espacio democrático donde primen las ideas y no el servilismo o el ejercicio de hacer trampa (hacer el avión como se llama en peruano) para lograr objetivos personales.

 

Votar en blanco favorece a Fujimori. Votar por Kuczinzky es la opción que queda para avanzar en la construcción de algún espacio democrático. Arrollados por el avance de la banca y los más tristes intereses antipopulares que han ganado en Argentina y Brasil y que ponen en entredicho al gobierno de Venezuela, el Perú continuará formando parte del grupo del FMI y nadando en la corriente antipopular. Ecuador y Bolivia quedan como los paladines de las nuevas propuestas en América del Sur. Son tiempos difíciles, no podemos darnos el lujo de perder la Asamblea en Ecuador y mucho menos el gobierno. Cada batalla por pequeña que sea debe ser ganada con el espíritu de combate y la solidaridad de nuestros pueblos. Cuidarse de los cantos de sirena del consumismo y del espíritu derrotista de los nuevos ricos. Esta es la tarea y por ella vamos.

 

Luis Varese ha sido representante adjunto del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Ecuador y funcionario de la ONU por 20 años.

 

 

 

 

https://www.alainet.org/pt/node/177892
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