Para defensor de derechos humanos, votación en la Cámara fue un "teatro del horror"
- Opinión
El abogado Gladstone Leonel explica las próximas etapas del proceso de impechment.
Frente a la victoria de los sectores conservadores que dieron el “sí” al proceso de impeachment contra la presidenta brasileña Dilma Rousseff en la Cámara de Diputados, el último 17 de abril, el próximo acto de esta contienda tendrá lugar en el Senado nacional, donde se decidirá finalmente cual será el destino de la democracia en Brasil. Para analizar estos sucesos, desde Brasil de Fato entramos en comunicación con Gladstone Leonel, abogado constitucionalista, doctor en Derecho y pos doctorando en el área de Derechos Humanos en la Universidad Nacional de Brasilia (UnB).
Según el abogado, lo que sucedió el día 17 “pareció un teatro de horrores”. “Eso que parece que va a ocurrir, es algo que tiene un contorno de legalidad, pero no es legítimo. Y no es legítimo porque justamente no hay un juzgamiento que esté trayendo elementos concretos de una condena de una presidenta por crímenes de responsabilidad”, afirmó.
A continuación la entrevista:
Brasil de Fato - ¿Qué evaluación tiene sobre esos sucesos en la Cámara de Diputados?
Para que los compañeros internacionalistas de América Latina comprendan lo que está ocurriendo acá en Brasil es importante ilustrar un poco como fue ese proceso de votación. La verdad, se pareció con un teatro de horrores, porque una gran mayoría, o una parte de esa mayoría de la Cámara, que son 513 [diputados], juzgando una presidenta sobre la cual no hay un crimen cometido. Entonces, es una Cámara política, donde una gran parte de los diputados son procesados por corrupción, en alguna medida, y estaban juzgando a una persona, a una presidenta, sobre la cual no recaen crímenes. Me parece un poco surreal. Y sobretodo porque fue encaminado por un presidente del Congreso, Eduardo Cunha, que es un reconocido corrupto en Brasil y que está siendo procesado por tener cuentas en bancos de Suiza. Eso es muy grave porque compromete la credibilidad política de Brasil, de las instituciones. Se observó, la verdad, una condena política para que saquen al Partido de los Trabajadores (PT), que fue democráticamente electo por 54 millones de personas en 2014, hace poco más de un año. Entonces, me parece algo grave lo que ocurrió el día 17.
¿Cuál es tu impresión sobre relación los discursos que pudimos escuchar de estos 500 diputados?
Lo que me pareció es que los diputados, al momento de los discursos, deberían hablar al respecto de lo que está siendo procesada la presidenta, respecto al crimen de responsabilidad, conforme prevé la Constitución. Sin embargo, no fue eso lo observamos en el Congreso. Porque, incluso, hicieron discursos de odio, que remitían a las persecuciones durante la dictadura militar en Brasil, algo que no tenía sentido, que no traía fundamento para lo que se está intentando condenar a la presidenta. Estuvo claro que no se trataba de una condena o de sacarla por el crimen de responsabilidad, sino por una cuestión política del conservadurismo. Eso quedó muy claro en aquella votación.
Después de esta victoria de los sectores conservadores con el “sí” al impeachemnt, ¿cuáles son ahora los próximos pasos?, ¿cómo sigue ese proceso en Brasil?
Ese proceso sigue al Senado. El Senado debe autorizar la abertura o no del proceso de impedimento, del impeachment. Eso va a ocurrir si no me equivoco, la apertura del proceso, creo que en cerca de 20 días [alrededor del día 10 o 11 de mayo]. Es necesaria una mayoría simple del Senado para que se inicie el procesamiento. Cuando se inicie, me parece que va a ser aprobado, porque son 82 senadores y ellos necesitan 41 para abrir el impeachment. Creo que lo van a lograr. Una vez logrado eso, la presidenta tiene que ser apartada, tiene que ser alejada de su cargo, entonces ella sale del cargo – por hasta 180 días – y a lo largo de ese período va a asumir el vicepresidente Michel Temer. El gran problema es que Michel Temer es uno de los conspiradores, y también él está siendo procesado en la Operación Lava Jato, que tiene gran repercusión en Brasil. Es una persona sospechosa de que estaba conspirando contra la presidenta. Él va a asumir interinamente, hasta 180 días, y después de ese periodo, Dilma va a ser juzgada definitivamente. Y ahí es necesario que 54 senadores (dos tercios del Senado) voten favorablemente para el proceso de impeachment, para que saquen definitivamente a la presidenta. Así, Michel Temer se quedaría hasta el final del mandato [2018]. Es eso que parece que va a ocurrir, es algo que tiene un contorno de legalidad, pero no es legítimo. Y no es legítimo porque justamente no hay un juzgamiento que esté trayendo elementos concretos de una condena de una presidenta por crímenes de responsabilidad.
Como abogado y defensor de derechos humanos, ¿cuál es tu evaluación en relación a esto que está sucediendo en Brasil?
Bueno, yo estoy muy preocupado porque lo que estamos presenciando en Brasil es algo que no imaginábamos en una democracia consolidada. Observamos eso hace poco tiempo en Honduras y Paraguay, que son países importantes en América Latina, pero son más pequeños, tienen una importancia geopolítica más pequeña, económicamente tienen menos repercusión que Brasil, que es la séptima económica en el mundo. Entonces, es algo que asusta cuando observamos eso ocurrir en Brasil. El gran problema, como habíamos dicho anteriormente, es que este crimen que está intentado imponerle a la presidenta de la Republica, la ley brasileña no lo permite. Ella inició su mandato en el 2015 y las cuentas del 2015 aun no fueron juzgadas, entonces no hay como caracterizar un crimen de responsabilidad. Entonces están forzando un proceso que se parece si a un golpe parlamentario, y este golpe parlamentario compromete de una forma directa a la democracia en Brasil, y abre precedentes peligrosos para América Latina de una forma general. Y, caso ese gobierno golpista se consolide, creo que vamos a pasar un largo período con problemas, un largo período con posibilidades de pérdida de derechos, con el retorno a las políticas neoliberales que habían sido rechazadas en las votaciones de las elecciones del 2014. Entonces esa es la gran preocupación que hoy tenemos en Brasil.
Creo que es necesario convocar a la militancia, a los amigos, a los demócratas de América Latina, para que se organicen, para que denuncien lo que puede ocurrir frente a la falta de respeto a la democracia, al soberano pueblo brasileño que hizo una elección, una opción por una presidenta que está siendo sacada de una forma completamente ilegítima e ilegal, y eso todo bajo las miradas de las instituciones de Brasil.
22 de abril de 2016
Gladstone Leonel, abogado y defensor de derechos humanos: Foto: JusDH
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