La noche del 27 de septiembre en medios electrónicos circuló el siguiente mensaje que debemos leer con todas las reservas: “San Juan Chamula y ‘toda’ la comunidad Tzotzil declara la guerra al gobernador MVS.

Al concentrarse militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en San Juan Chamula declaran la guerra al gobernador MVC  (Manuel Velasco Coello) de no acatar lo siguiente:

Dan plazo al gobierno del estado hasta las 22:00 horas del día de hoy 27 de septiembre, para que liberen a sus compañeros detenidos, de lo contrario buscarán al presidente electo y a sus familiares para retenerlos y quemar sus viviendas. Retendrán a funcionarios de los tres niveles de gobierno, incluyendo a elementos de la Policía Estatal Preventiva y personas sospechosas en la cabecera municipal chamula, esto con la intención de realizar el intercambio por sus compañeros detenidos.

Advierten al gobierno del estado, que de hacer caso omiso a lo anterior tomarán acciones más radicales.

Por último, declaran la guerra al Gobierno, dirigido por Manuel Velasco Coello, amenazando que en San Juan Chamula y los municipios de la zona norte del estado no permitirán que gobierne el Verde, ya que cuentan con el apoyo de toda la comunidad Tzotzil, quienes están dispuestos a acompañarlos en todas las movilizaciones sin importarles el derramamiento de sangre, por lo que la ciudadanía debe tomar medidas de precaución en las próximas horas y días.”

De ser así, estamos frente a una confrontación del PRIísmo Chamula con el gobierno federal y estatal que no se había registrado desde la Guerra del Posh (aguardiente) en la década de 1950. En 2015, Chamula se pintó de Verde. Después de 82 años, el PRI perdió las elecciones municipales en Chamula. Los resultados desataron violencia y tensión en Los Altos, y la confrontación con los gobiernos federal y estatal. Durante el desalojo de la Autopista San Cristóbal-Tuxtla, la madrugada del 24 septiembre, fue abatido un policía y 7 resultaron heridos.  En Chiapas… De nos ser tal “declaración de guerra”, el mensaje es otra forma perversa de violencia. En Chiapas ningún incidente es menor.