Cuba vs Estados Unidos, ¿el fin de una era? (I)

21/12/2014
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Primera parte
 
Los contactos entre Raúl Castro (Cuba) y Barack Obama (E.U.) parecen destinados a pasar a la historia, como el inicio de la desintegración de un anacronismo de la Guerra Fría, siendo los primeros en montarse en un pragmático empeño para terminar con una mancha brutal del imperio en sus relaciones y aplicación de los derechos humanos -que tanto ponderan y “vigilan” en el Planeta- cebado  en el comúnmente hostil trato hacia el David que se atrevió con Goliat.
 
La explicación ofrecida por Obama el miércoles pasado es contundente: no tiene sentido continuar una política, que por más de cinco décadas no logra el objetivo de imponer cambios políticos y económicos en Cuba. Este análisis, que hace tiempo vienen haciéndolo muchos países y analistas, dentro y fuera del Continente, incluso motivo de vigorosas e implacables actitudes de todos los países –menos dos: Israel y el propio E.U.-  que vienen votando en la Asamblea General de la ONU, año con año, el fin del “embargo económico” de un gigante que domina los Océanos, vigilante implacable del cumplimiento de sus designios globales.
 
Junto a tal circunstancia, externa a su territorio, diversos sectores de la sociedad estadounidense vienen cambiando de opinión respecto al trato al país, que hace más de sesenta años decidió manejar sus destinos, al lado del Imperio que le utilizó para todo, incluso como lupanar para su clase poderosa económica y política.
 
En teoría, para que se reinicien relaciones diplomáticas, Castro no bajará la guardia exigiendo el fin del embargo, lo que fue expresado por él así: "esto no quiere decir que lo principal se haya resuelto. El bloqueo económico, comercial y financiero que provoca enormes daños humanos y económicos a nuestro país debe cesar". (1)
 
Para que ello ocurra y Obama pueda actuar, solo quedaría por resolver la postura de la clase política vinculada al exilio cubano -la antigua del senador Bob Menéndez de Nueva Jersey y la moderna de sus asociados de Florida, Marco Rubio y de Texas, Ted Cruz. Ellos siguen negados a cualquier variación que "subsane" al gobierno cubano. Otros, desde los empresarios y agricultores hasta las nuevas generaciones de cubano-estadounidenses en Florida, la meca del exilio, la idea de una estrategia distinta a la hora de vincularse con La Habana, viene ganando terreno y animadores.
 
Pero la decisión de Obama, como la de Castro, tienen otras razones y búsquedas que merecen comentario. En el Imperio, como en la Habana, diversos elementos se conformaron en el tiempo, para llegar a este momento político que permite, a ambos, apoyarse para establecer cambios, que pueden ser históricos, no sólo para la destruida relación bilateral Washington vs La Habana, sino hacia el resto del Continente.
 
Obama consideró, el deterioro de la salud de Alan Gross, el “contratista–espía” estadounidense, apresado y condenado a 15 años de prisión por delitos contra el Estado cubano. “Su liberación estuvo en el centro de la discusión entre la Habana y Washington, poniendo apremio a la vieja idea de Obama, de introducir cambios en la política hacia la isla”. (BBC-Londres). La probabilidad de que Gross falleciera en Cuba sería una traba difícil de superar para la Casa Blanca, que hace más de un año, autorizó contactos secretos (Canadá y el Vaticano, dos cancillerías con cierto ascendente sobre La Habana). (2)
 
Washington intentó no hacer ver que, el “rescate” de Gross por razones humanitarias, se produjo a cambio del de tres patriotas-espías, condenados en EE.UU. y que La Habana propuso como “moneda de cambio”. Pero así fue, empatando el evento con el cumplimiento de una liberación que Cuba buscó afanosamente y que al fin se logra; entregando, además, a un espía estadounidense, aprisionado en los años 90 (nombre no difundido aún), y que sirve al imperio para rebajar críticas al evento, sobre todo, a lo anunciado en Estados Unidos. Gross fue pretexto para The New York Times, presentara, iniciando en octubre pasado, una serie de editoriales, en que propone fin al embargo y cambio de rumbo en la relación bilateral Cuba-E.U. (3)
 
En las nuevas generaciones de cubano-americanos hubo afinidad con las expresiones de Obama, junto a voces ampulosas que critican que éste "recompense a los Castro”: Por ello, en la comunidad cubana (Florida y Nueva Jersey los dos principales centros del exilio), muchos recibieron los anuncios con alivio y hasta con alegría. Quizá no como en la Habana, en donde la propuesta de Obama  -establecer  relaciones entre Cuba y EEUU- y la noticia de la liberación de los 3 detenidos cubanos en EEUU, (Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Gerardo Hernández) causaron júbilo y fiesta.
 
Las reacciones de hijos de exiliados juegan con sondeos de opinión que muestran cómo, en los últimos años, la mayoría de cubano-estadounidense se oponen a la “política del embargo” y esperan corrección de tendencia diplomática. Es un cambio generacional, en la medida que viejos exiliados van muriendo, hijos y nietos disminuyen la pasión, ante sucesos ocurridos en los sesentas del siglo pasado, que definieron a sus familias, pero tienen menos que ver con sus contextos como estadounidenses de origen cubano.
 
Sin duda que Castro y Obama consideraron -desde sus ángulos de visión- a los corporaciones económicas presionando a Washington, para relajar el embargo, que les impide hacer negocios en Cuba, los mismos que otros países y empresas aprovechan y dan fisonomía a la economía cubana, particularmente a la turística. La Cámara de Comercio de E.U. considera que se pierden US$ 1.200 millones en negocios sin hacer con Cuba, debido a las leyes del embargo. Los que mayormente pierden oportunidad de negocios, son los productores agrícolas del medio oeste estadounidense.
 
Se menciona que un factor económico que da fuerza y puede haber influenciado la decisión por parte de Obama, fue el que las acciones de las empresas de cruceros con base en Florida, hayan visto subir sus acciones en un promedio del 3%, apenas se hizo el anuncio.
 
Cuba, como la mayor de las Antillas es un país con variados atractivos que para la industria turística, ofrece un inmenso potencial de desarrollo, así como muchas áreas de la economía cubana, que se sostienen por la tenacidad de su pueblo y gobierno, pero que requieren de cambios tecnológicos para superar la atrofia que hoy sufren.
 
Seguramente el rompimiento del embargo y la negociación sana e inteligente en muy diversos rubros de la producción cubana con el exterior, podrán mostrar que el empuje de esa nación -que fue capaz de resistir un embargo tan conscientemente sostenido por el imperio, más de medio siglo- logrará remontar su situación actual y su juventud será la impulsora de esas nuevas condiciones, que fortalezcan con nuevos recursos propios y prestados su vida interna, personal, familiar y social. (Continuará). 
 
California E.U. 21-Dic.-201
 
Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com
 
Notas
 
https://www.alainet.org/pt/node/166348

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