ALBA y CELAC: integración para la Patria Grande

27/05/2012
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El presente artículo[1]intentará analizar y dar cuenta de diferentes perspectivas de integración para Nuestra América, haciendo especial énfasis en dos modelos contrarios a los intereses de Washington en la región: ALBA –Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América- y CELAC –Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños-.
 
Nuestro objetivo será mostrar la potencialidad de estas nuevas instancias de integración, que se contraponen a viejos esquemas –e iniciativas regionales anteriores-, tales como el Mercado Común Centroamericano, CLARICOM, MERCOSUR, Comunidad Andina, y ALADI. Para cerrar, intentaremos visualizar los desafíos de los Movimientos Sociales de nuestro continente en relación a dichas formas de integración.
 
ALBA vs ALCA
 
“Hace cuatro años, allá en Canadá, el gobierno de Estados Unidos logró que se aprobara, casi por unanimidad, lamentablemente, la propuesta del ALCA, un Área de Libre Comercio para las Américas, y Venezuela fue el único país que en solitario levantó esta misma mano para decir ¡no!, para decirle no a aquella propuesta, pero todos los demás gobiernos aprobaron la propuesta. Y fíjense lo que ha ocurrido, allá en Canadá se aprobó un artículo, un párrafo de la declaración que siempre se saca donde dice: ´Las negociaciones para un Área de Libre Comercio de las Américas deberán estar concluidas el primero de enero del 2005, y además el acuerdo o convenio deberá estar activado a más tardar el 31 de diciembre de 2005´. Amaneció el primero de enero de 2005 y el ALCA ¿dónde está? Ya viene el 31 de diciembre de 2005 y el ALCA ¿dónde está? Al ALCA, repito, la derrotamos los pueblos de este continente, y al ALCA hoy le tocó su entierro aquí en Mar del Plata, hoy enterramos al ALCA, en Mar del Plata se queda enterrado y bien hondo”.  Hugo Chávez Frías, Mar del Plata, 4 de Noviembre de 2005.
 
La caída del proyecto del ALCA para América Latina, en Mar del Plata 2005, significó un quiebre en la estrategia imperialista en nuestro continente. Allí, movimientos sociales argentinos -y de toda la Patria Grande- colmaron el Estadio Mundialista, en una jornada que tuvo como anfitriones a Hugo Chávez y Evo Morales. Fue un grito profundo, que dió por tierra, cuatro años después, el acuerdo de la Cumbre de las Américas de Canadá[2] –con el voto solitario, en contra, de Venezuela, ya que Cuba no fue invitada a la cumbre-, que intentaba sumir al continente en los designios de Washington durante el primer periodo de George W. Bush como Presidente de EEUU. Como antecedente de ese grito, además, podemos mencionar la realización de la I Cumbre del ALBA en La Habana, en Diciembre de 2004, con Venezuela y Cuba dando el puntapié inicial de un proceso de cooperación que luego se multiplicaría por su valoración humana y solidaria de la integración regional.
 
El propio Chávez explicaba, en su extenso discurso de Mar del Plata 2005, el inicio de este importante proceso de cooperación, al afirmar que la República de Cuba y la República Bolivariana de Venezuela hemos firmado un acuerdo: el ALBA, y estamos avanzando, Venezuela y Cuba hemos avanzado con paso firme, con mucha voluntad política, con mucha participación popular; necesaria la participación popular, con mucha voluntad social, con un gran esfuerzo en lo económico, hemos dado pasos firmes en la construcción del ALBA, en lo político, repito, en lo social, en lo económico, en lo tecnológico. Y créanme que Fidel Castro, que no cree en Dios, por supuesto, lo sabemos - yo sí creo en Dios, Fidel es ateo- pero Fidel Castro ¿saben qué nombre le puso a una misión cubano-venezolana?: “Misión Milagro”, porque en verdad me dijo un día por teléfono: ´Chávez, esto parece un milagro´”
 
La Misión Milagro, a cuyo nombre risueñamente el presidente venezolano hacía referencia en aquel momento, se ha convertido en una realidad incontrastable para los pueblos de nuestro continente. Así, luego de siete años de trabajo cotidiano, la misma ha realizado más de un millón y medio de operaciones oftalmológicas totalmente gratuitas en países del ALBA como Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia, pero también extendiéndose a Colombia, Guatemala, El Salvador, Argentina y República Dominicana, y  previéndose su próxima aplicación en nuevos países. La meta que el Gobierno Bolivariano se ha hecho es llegar a los seis millones de operaciones oftalmológicas para 2014, cuando se cumplan diez años de la misión[3].
                                      
En relación a esta temática, para el economista cubano Osvaldo Martínez la centralidad del ALBA tiene que ver con que “introduce la solidaridad y la cooperación en un escenario donde hasta entonces sólo existían los intercambios mercantiles y las ventajas comparativas de mercado, y entiende la integración, ante todo, como unión de acciones para resolver en lo más inmediato grandes déficits sociales acumulados en salud y educación, sin olvidar el comercio, las empresas conjuntas, la estrategia energética y la complementación productiva”[4].
 
Llegados a este punto también es interesante rastrear las intenciones del imperialismo respecto al propio ALBA tras los primeros años de la experiencia. Para el politólogo Atilio Borón, el papel que Venezuela juega al interior del ALBA es clave para entender la actitud de EEUU respecto a la Revolución Bolivariana. Así, Borón afirma que “luego de una serie de inevitables vacilaciones iniciales, la Revolución Bolivariana ha venido dando muestras de haber encontrado un rumbo de salida al neoliberalismo, rumbo que, digamos al pasar, sigue erizado de acechanzas y amenazas de todo tipo, como lo demuestra la crónica de estos últimos años. En efecto, EEUU no puede permitir que el ´mal ejemplo´ venezolano cunda en la región. Atacar sistemáticamente el analfabetismo, asegurar por primera vez el acceso a la salud de toda la población (…), auspiciar nuevas formas de cooperación como las entabladas con Cuba y otros países de la región, liquidar el ALCA y proponer en su lugar el ALBA, combatir ideológicamente al neoliberalismo, contrarrestar la influencia ideológica de los medios de comunicación controlados por el imperialismo, potenciar la capacidad de autoorganización de los sectores populares y someter la investidura presidencial y sus políticas a frecuentes plebiscitos para que sea el pueblo quien decida es completamente inaceptable para EEUU, un pésimo ejemplo que es necesario erradicar cuanto antes por cualquier medio, legal o ilegal, pacífico o violento”[5].
 
La idea de integración alternativa suele reforzar una potencialidad que el ALBA aporta: su razón de ser, en buena parte, ha sido el estrepitoso fracaso de los proyectos tradicionales –economicistas y neoliberales, claro está- de integración. Esto ha sido ilustrado por el propio Borón en otro trabajo, cuando afirma que “un breve repaso a la experiencia del NAFTA enseña que México, un país que previo a la firma del TLC en 1994 era autosuficiente y exportador de granos y oleaginosas, importa en la actualidad un 40% de lo que requiere el consumo interno; y las importaciones de arroz, maíz, trigo, soya, sorgo y carne de res se elevaron de manera extraordinaria”[6]. Frente a esto, el escenario de complementariedad económica que se plantea desde el ALBA, a través del denominado Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP), es ilustrativo: ¿cómo entender, sino, el intercambio solidario, por ejemplo, de petróleo venezolano por las enormes prestaciones cubanas respecto a la educación y la salud?.
 
CELAC vs OEA
 
“Llegar tan lejos nos ha costado esfuerzo, pero también sangre y sacrificio. Las metrópolis coloniales de antaño y las potencias imperiales de hoy han sido enemigas de este empeño. Han intentado desafiar el ideario de Simón Bolívar”. “
 
Raúl Castro, I Cumbre CELAC, Caracas, 2 de Diciembre de 2011
 
La creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, a fines del año pasado, ha sido una importante noticia para todos los analistas internacionales: se trata del primer organismo de características continentales -33 países, con una población global de 550 millones de habitantes y más de 20 millones de kilómetros cuadrados de superficie- sin la presencia de EEUU y Canadá, lo que marca un cambio trascendental respecto a la situación de Quebec que se analizaba en el primer apartado.
 
En el surgimiento de la CELAC, la responsabilidad de los países del ALBA ha sido crucial, a tal punto que la Cumbre de Caracas significó un resonante triunfo de los mismos frente a los constantes intentos de demonización –planificados y orquestados- desde Washington. La CELAC surge frente al caduco modelo de la mal llamada Organización de Estados Américanos (OEA), que ha sabido acumular un frondoso prontuario contra diversos intentos de transformación social en nuestro continente. Así, la OEA legitimó invasiones, y golpes de Estado en Nuestra América, llegando incluso a expulsar a Cuba de su seno en 1962 por el peligro que la isla constituía en cuanto a la “ofensiva subversiva de gobiernos comunistas, sus agentes y las organizaciones controlados por ellos”. La derrota de EEUU en Playa Girón, el 16 de Abril de 1961, tuvo como represalia una declaración de intento total de aislamiento hacia la isla -que se coronó luego con un bloqueo criminal que el pueblo cubano aún padece, luego de 50 años de su aplicación-.
 
Con el neoliberalismo “floreciendo” a escala mundial, la OEA dio lugar al lanzamiento de la Cumbre de las Américas, con su primer cónclave en Miami 1994, a solicitud del gobierno de Bill Clinton. El propósito de estas reuniones tenía un objetivo concreto: la aplicación del ALCA en nuestro continente. Así, luego se sucedieron en Santiago de Chile (1998) y en Quebec (2001), hasta llegar a Mar del Plata (2005), tal como hemos visto como anterioridad. En ninguna de ellas Cuba fue invitado. Luego de la rotunda derrota del 2005, EEUU siguió su estrategia avanzando en Tratados de Libre Comercio (TLC) con algunos países en particular: México, Colombia, Perú y República Dominicana.
 
Luego de la puesta en marcha de la CELAC, la última Cumbre de las Américas (Cartagena de Indias, Colombia, 2012) tuvo un ingrediente especial: 32 de 34 paises se mostraron en contra de la ausencia de Cuba en la reunión. Además, exigieron el cese del bloqueo norteamericano a la isla y el fin del colonialismo inglés sobre las Islas Malvinas, dos puntos que habían tenido tratamiento especial en el cónclave de la CELAC en Caracas. Sólo EEUU y Canadá se posicionaron contra ambos temas, en una clara derrota geopolítica para Obama, lo que llevó a varios analistas a afirmar que se había logrado un “consenso sin Washington”[7] en Cartagena.
 
Los desafíos del ALBA “reimpulsado” y los Movimientos Sociales, de cara a las elecciones en Venezuela
 
Para finalizar, haremos un breve apartado referido al reimpulso del ALBA y al papel de los Movimientos Sociales en ese esquema. La reunión de Febrero revitalizó a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, en el marco de una crisis internacional cuyo fin aún no se percibe. La revitalización cuenta con varios aspectos, entre ellos la propuesta de creación de un espacio económico (EcoAlba) para revitalizar iniciativas como el SUCRE –Sistema Único de Compensación Regional- y el Banco del Sur[8].
 
El papel activo de los Movimientos Sociales del continente en defensa de la perspectiva del ALBA debe ser reforzado. La Articulación Continental de Movimientos Sociales hacia el ALBA es un punto importante en ese sentido, que debe promover instancias de solidaridad con los países a los cuales el imperialismo viene hostigando continuamente (Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, entre otros). Sin embargo, la solidaridad no debe ser sólo “defensiva”, sino contener una defensa integral del ALBA -política, social y económica- y su construcción. Los Movimientos Sociales de todo el continente deben levantar estas banderas de integración solidaria como propias, para salvaguardar los enormes logros en políticas de salud y educación, entre otros campos.
 
En ese sentido, las próximas elecciones que tendrán lugar en la Venezuela Bolivariana serán importantes para garantizar la continuidad de un proyecto en el cual se siguen posando las miradas del mundo entero. El triunfo de Henrique Capriles Radonski en Octubre –algo que, a juzgar por las encuestas, parece improbable- significaría un golpe imposible de digerir para el ALBA y sus integrantes. Significaría un golpe, además, para los Movimientos Sociales no sólo de Venezuela sino de todo el continente, que ven en la Revolución Bolivariana una luz de esperanza en el marco de la crisis capitalista. La victoria de Hugo Chávez, en cambio, proporcionaría el respaldo necesario para avanzar con el ALBA y la CELAC como modelos de integración de nuestros pueblos, profundizando la perspectiva de derrota geopolítica de EEUU en su otrora “patio trasero”.
 

[1]Realizado para el primer número de la revista “La Cola del Diablo”,  publicación de estudiantes, graduados y docentes de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
[2]La propuesta del ALCA fue aprobada en Quebec, en Abril de 2001, en el marco de movilizaciones populares de miles de manifestantes contra el intento de zona de libre comercio a ser implementado desde Alaska hasta Tierra del Fuego.
[3]“Misión Milagro celebra su séptimo aniversario con una visión solidaria”. Prensa Vicepresidencia Venezuela, 09/07/2011. Vease online en: http://www.vicepresidencia.gob.ve/noticia.php?id=2794
[4]Martinez, Osvaldo. 2008. “La integración en América Latina”. Pág 11. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana
[5] Borón, A. 2008. “Socialismo Siglo XXI. ¿Hay vida después del neoliberalismo?”. Pág. 94, Ediciones Luxemburg. Buenos Aires, Argentina.
[6]Borón, A. 2008. “ALBA y TCP: Posibilidades y perspectivas”, en Martinez, Osvaldo. “La integración en América Latina”. Pág 107. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana
[7]En clara referencia al fin del denominado “Consenso de Washington” que, por ejemplo, tuvo su apogeo en el intento de implementación del ALCA al que se hace referencia en este artículo.
[8]El autor de este artículo ha desarrollado esto con más profundidad en “El reimpulso del ALBA”, Agencia Latinoamericana de Información, 13/02/2012. Véase online en: http://alainet.org/active/52741
 
 
- Juan Manuel Karg es Licenciado en Ciencia Política UBA e Integrante del Capitulo Argentina del ALBA de los Movimientos Sociales
 
https://www.alainet.org/pt/node/158218
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