Los súper héroes y la seguridad privada (segunda parte)

26/02/2012
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Un súper héroe sin súper poderes
 
En las décadas de los años veinte y treinta en Estados Unidos surgieron criminales muy poderosos. Alphonse Gabriel “Al” Capone, considerado el gánster estadounidense por excelencia, controlaba buena parte de la ciudad de Chicago a través del tráfico de bebidas alcohólicas, de personas y la prostitución, entre otros ilícitos. Muchas de estas acciones las concretó gracias al soborno de funcionarios y autoridades de Chicago. Otro caso harto conocido es el de John Dillinger, quien en los peores momentos de la gran depresión (1933-1934) ganó fama y fortuna robando bancos en Indiana, Dakota del Sur, Iowa, Ohio y Chicago. Otras celebridades dedicadas al crimen en esos años (1931-1934) fueron Bonnie y Clyde, quienes operaron sobre todo en el centro de la Unión Americana y que, por cierto, murieron en una emboscada encabezada por un ex Vigilante de Texas (Texas Ranger) de nombre Frank Hamer. Eran años difíciles, donde el bienestar social caía a causa de la crisis y los criminales operaban a sus anchas. Por lo tanto, se necesitaba alguien que restableciera la ley y el orden e hiciera frente a los criminales.
 
Tras el enorme éxito de Superman, Robert Kahn, mejor conocido como Bob Kane, junto con de Bill Finger y Jerry Robinson, crearon en 1939 a Batman.36 La empresa Detective Comics o DC Comics fue la que reprodujo las historietas del enigmático personaje. El nacimiento del nuevo súper héroe resultó de la petición a Kane, por parte de DC Comics, de que creara un caracter capaz de competir con Superman. Kane pidió a Finger que ventilara ideas sobre el particular, incluyendo una trama. Posteriormente Kane fue a DC Comics y presentó al personaje de Batman y sus características como si fueran una creación exclusiva.37
 
Al igual que en el caso de Superman, Batman tiene una identidad secreta, Bruce Wayne –mejor conocido en Hispanoamérica como Bruno Díaz–. Si bien ambos personajes luchan por la justicia y combaten el crimen, su perfil es completamente distinto, como lo exigía DC Comics. Así, Wayne es un millonario huérfano dado que un criminal asesinó, a sus padres cuando él era niño. Por eso Wayne decide, en palabras de Homero Simpson, vengar la muerte de sus progenitores combatiendo al crimen y la corrupción “de manera extravagante y poco práctica”.38
 
Bruce Wayne no tiene súper poderes. Es un millonario filántropo con amplios conocimientos científicos y detectivescos. También es extremadamente ágil en las artes marciales. Asimismo, la tecnología marca la diferencia en sus capacidades para enfrentar a la criminalidad organizada –y no organizada–. De hecho, las aptitudes científicas de Wayne le permitán crear instrumentos que le ayudaran en el combate a la delincuencia en ciudad Gótica, si bien no emplea arma de fuego alguna –sólo lo hizo una vez, cuando enfrentó a enormes criaturas a las que disparó con un revólver–. Poco a poco el personaje fue refinado por Kane y se le agregaron diversos accesorios como el cinturón, donde prácticamente porta un poco de todo para cualquier ocasión.
 
En 1940 Batman se empezó a publicar como historieta independiente, y en ese mismo año, a sugerencia de Finger,fue incorporado Robin, a fin de que el hombre murciélago tuviera un compañero con quien hablar. En 1943 aparece por primera vez el fiel mayordomo de Wayne, Alfred. Ya en los cincuenta, cuando empieza a declinar el género de súper héroes –aunque no así las historietas como tales– Batman irrumpe en la televisión con el célebre Adam West en el protagónico. Por cierto, en ese decenio surgió una controversia a la luz de los trabajos del psiquiatra germano-estadounidense Fredric Wertham, quien afirmó que la cultura de masas y en especial las historietas tenían efectos nocivos en los niños. Esta tesis, planteada en particular en su libro Seduction of the Innocent (Seducción del inocente), sugiere que por ejemplo Superman promovía el racismo y la supremacía blanca; que la “Mujer Maravilla” 39 era lesbiana y que Batman y Robin exhaltaban la homosexualidad, la pedofilia y la sodomía, puesto que vivían juntos, solos y compartían la misma cama –y “El joven maravilla” era menor de edad–. Wertham aseguraba que esta imagen de Batman y Robin como una feliz pareja gay, podría estimular la homosexualidad en los niños. 40
 
El impacto de los planteamientos de Wertham fue tal que se creo en el Congreso de Estados Unidos una comisión que hizo surgir a la Autoridad del código de la historieta (Comics Code Authority o CCA), la cual regularía los contenidos de las historietas. Así, las editoriales debían enviar a la CCA las historietas para someterlas a revisión. Si la CCA consideraba que se apegaban a las normas morales y las buenas costumbres, daba su aprobación y la historieta era publicada con el emblema “CCA”. Ciertamente la CCA asestó un duro golpe al género, lo que contribuyó a su declive. A causa de esta censura las historietas ya no se vendían en kioscos por temor a posibles represalias gubernamentales. Sin embargo, esta medida estimuló que en los años sesenta afloraran las historietas underground, alejadas del escrutinio de la CCA.
 
Si bien Batman se recuperó poco a poco de la censura, gracias, en buena medida, al resurgimiento del género en los sesenta y setenta, y con la trilogía en el cine a cargo de Tim Burton en los ochenta, la sombra de la duda sobre la sexualidad de “El caballero de la noche” sigue rondando. Sin ir más lejos, y para echarle más gasolina al fuego, George Clooney, quien encarnó a Batman en la película Batman y Robin dirigida por Joel Schumacher –por cierto, un sonado fracaso– afirmó en entrevista con Barbara Walters que él caracterizó a Batman como gay. “Portaba un traje de cuero y tenía pezones de cuero. Pude haber encarnado a un Batman heterosexual, pero preferí hacerlo gay”.41 Ciertamente la interesante propuesta cinematográfica de Christopher Nolan en Batman Begins y The Dark Knight (Batman comienza y El caballero de la noche), presentan a un hombre murciélago masculino, torturado, enamorado más humanizado pero en modo alguno gay. (The Dark Knight es considerada por los críticos como la mejor adaptación cinematográfica de todos los tiempos de un súper héroe de historietas).
 
Lo anterior no significa que no existan súper héroes homosexuales. Como ya se ha dicho, a cada época corresponde un súper héroe, o, por lo menos, una nueva adaptación que reproduce las inquietudes y necesidades del imaginario colectivo. Así las cosas, diversos especialistas coinciden en que si bien hay algunos rasgos de homosexualidad en Batman, no se trata de un caracter gay. En contraste, se considera que la película Xmen II sí presenta características homosexuales en sus protagonistas. Por cierto que Bryan Singer –que es homosexual– quien dirigió esa película y también Superman regresa, rechaza que Brandon Routh, el protagonista de ésta última, haga una caracterización gay del hombre de acero, contrario a la percepción popular.42
 
Spiderman, un súper héroe adolescente
 
La década de los sesenta se caracterizó en Estados Unidos –y el mundo– por el activismo de diversas organizaciones, en particular, las defensoras de los derechos civiles de las comunidades afro-estadounidenses, amén de las numerosas protestas que generó la participación de la Unión Americana en la guerra de Vietnam y el incremento en el consumo de estupefacientes, sobre todo en los jóvenes. Con este escenario era necesario concebir a un súper héroe apropiado.
 
Como ya se explicó en el caso de Batman, la CCA le asestó un golpe muy duro a la industria de las historietas, pese a lo cual Stan Lee se las arregló para crear una larga lista de súper héroes que, a grandes rasgos, cumplían con las exigencias de la censura y que incluían a “Los Cuatro Fantásticos”, Hulk y, desde luego, Iron-Man. Fue entonces que el titular de Marvel Comics pidió a Lee que creara un nuevo súper héroe.
 
“El hombre araña” fue una de sus más exitosas creaciones y al lado del dibujante Steve Ditko le dieron vida el 10 de agosto de 1962 (es decir, este año se cumplirán cinco décadas desde que el joven arácnido vio la luz). Lee creó el caracter de un adolescente, Peter Parker, quien reside en un barrio de Queens, en Nueva York. Hasta ese momento las figuras adolescentes eran una especie de accesorios del personaje principal –por ejemplo Robin–, por lo que Lee se propuso crear un súper héroe muy joven con todo lo que ello implicaba. Steve Ditko fue quien apartó al nuevo personaje de las imágenes clásicas de los súper héroes. Dotó al hombre araña de un vestuario muy singular al incluir una máscara cerrada y unos enormes ojos blancos –aunque el traje de Spiderman guarda algunas semejanzas con el de Superman. Desafortunadamente años después la sociedad de Ditko con Lee se disolvió debido a diferencias creativas.
 
Con todo, a principios de los setenta Lee hizo un enorme favor a la industria de las historietas. En 1971, el Departamento de Salud, Educación y Servicios Sociales de Estados Unidos le pidió que hiciera una historieta donde los riesgos que entraña el consumo de estupefacientes. Lee accedió y dedicó tres números de la historieta de Spiderman –96, 97 y 98– a los riesgos de las drogas. La CCA rechazó el contenido tras alegar que no estaba permitido exhibir en una historieta el consumo de estupefacientes en ninguna forma. Lee y Marvel Comics ignoraron la censura de la CCA y publicaron las historietas como estaban planteadas originalmente y el éxito fue tal, que Marvel Comics no sólo no fue sancionada, sino que la CCA flexibilizó los controles de contenidos y la censura que había mantenido hasta entonces.
 
Volviendo a la tipología de Spiderman, Parker es un huérfano que vive con sus tíos Ben y May. Tras la mordida de una araña radiactiva mientras asistía a una exhibición científica, Parker desarrolla súper poderes que incluyen fuerza y destreza. El joven Parker diseña un aparato que ajusta a sus muñecas mediante el cual puede lanzar una sustancia que crea telarañas. En medio de su juventud e inmadurez, Parker se disfraza de hombre araña y gana fama en los medios de comunicación y en cierta ocasión se topa con un maleante al que deja ir, y quien más tarde asesinará al tío Ben. El suceso marcará la vida de Parker, quien entiende que a pesar de poseer grandes poderes, no pudo evitar la muerte de su querido tío. En la escuela no lo pasa bien dado que es víctima del bullying. Sin embargo, consigue empleo de fotógrafo con el editor J. Jonah Jameson. Al paso del tiempo, Parker termina sus estudios en la preparatoria y asiste a la Universidad Empire State a la que van su mejor amigo Harry Osborn y Gwen Stacy, hija del jefe de la policía. Parker está enamorado de Gwen. Un día, cuando Spiderman enfrenta al siniestro “Doctor Octopus”, el jefe de la policía muere accidentalmente. Más tarde, el “Duende Verde”, en realidad el padre de Harry, mata a Gwen Stacy. Tiempo después, Parker corteja a Mary Jane Watson, que le había sido presentada por la tía May.
 
Luego Spiderman crece, se casa, se emplea como profesor, se une a otros súper héroes –Los vengadores
 
(The Avengers)–, vuelve a la fotografía y a la soltería, y eventualmente cumple el sueño de convertirse en científico. Claro que no deja de combatir a los delincuentes, pero posiblemente y, a diferencia de Superman y Batman, el Spiderman “adulto” perdió cierto encanto en las historietas dado que su principal atractivo, como ya se dijo, consistía originalmente en ser un adolescente que de manera abrupta se convierte en súper héroe y tiene que lidiar con los problemas típicos de los jóvenes y el dilema de hacer “buen uso” de sus súper poderes.
 
Los súper héroes y la seguridad
 
¿Qué aporte hacen los súper héroes a la seguridad de las ciudades, los países y/o el mundo? Ya se explicó que sus atribuciones y características héroes, se han modificado al paso del tiempo, a fin de ganar la atención de las nuevas generaciones, si bien ello responde no sólo a criterios de mercado y comerciales, sino a contextos políticos, económicos y sociales específicos. Por eso los enemigos a vencer han incluido a nazis, comunistas, drogas y otros tantos flagelos. Sin embargo, así como los súper héroes se han reinventado en la postmodernidad, también lo han hecho los villanos. Por lo tanto, de la misma forma que “un gran poder supone una gran responsabilidad”, a todo gran poder corresponde una amenaza proporcional.
 
Dicho esto, los súper héroes no han contribuido a crear entornos más seguros porque a cada “triunfo” suyo corresponde el revanchismo del súper villano derrotado o bien, el surgimiento de nuevos villanos y desafíos. Se trata, por tanto, de una problemática cíclica. El súper héroe sale bien librado de una encrucijada sólo para involucrarse en otra nueva aventura. Umberto Eco analizó, en el caso de Superman, lo frustrante de ser un héroe “sin adversarios” –dado que al final, siempre vence, aun cuando sus rivales como Lex Luthor, se reinventen. “A esto se añade que, por estrictas razones comerciales (explicables también mediante una investigación de psicología social), sus aventuras son vendidas a un público perezoso, que quedaría aterrado ante un desarrollo indefinido de los hechos que ocupará su memoria durante semanas enteras, y cada aventura termina al cabo de pocas páginas, de modo que cada episodio semanal se compone de dos o tres historias completas, cada una de las cuales expone, desarrolla y resuelve un particular nudo narrativo, sin dejar huella de sí mismo. Estética y comercialmente privado de las ocasiones básicas para un desarrollo narrativo, Superman plantea serios problemas a sus guionistas.43 Por eso el Superman de Bryan Singer experimenta una crisis existencial mientras que el Batman de Frank Miller envejece y el Spiderman de Sam Raimi –en particular, en la tercera parte de la saga– se revela como adolescente que transita a la adultez tratando de asimilar sus nuevos poderes, pero al mismo tiempo usándolos para fines personales.
 
Y es que esos dilemas son los que agobian a las sociedades en la postmodernidad: subsiste la búsqueda de identidad dado que todas las certezas que existían han desaparecido. Esa es, por supuesto, una fuente de inseguridad para las personas, por lo que no debe sorprender que los poderosos Superman, Batman y Spiderman sean presentados en la actualidad con rasgos como los descritos. ¿Qué es mejor para Superman? ¿Hacerse cargo de una familia de facto que ya posee o seguir su lucha contra los villanos,en el entendido de que, como explicaba Eco, éstos siempre existirán e incurrirán en fechorías –y Superman siempre los vencerá–? ¿Tiene sentido para Batman, ya cincuentón, arriesgar el pellejo frente a los maleantes en lugar de pasarla bien y dedicarse a correr autos y a las borracheras? ¿Y qué hay de Spiderman? Seguramente la ha pasado bien en su faceta de súper héroe, pero según las historietas más recientes es claro que quiere dedicarse a otras cosas.
 
En el fondo los súper héroes buscan acomodo en un mundo inseguro azolado por crisis económicas, conflictos armados, terrorismo, crimen organizado transnacional, guerras tecnológicas, el deterioro ambiental, etcétera. Además, por más nobles que sean sus intenciones, parece difícil que sus acciones conduzcan a un mundo estable y próspero.
 
De hecho pese a las –mayoritariamente– loables acciones de los súper héroes descritos, ello no se traduce en un cambio del statuo quo. Cuando mucho el quehacer de estos poderosos personajes conduce a una suerte de tregua en la que vencen a los villanos pero éstos se reorganizan y atacan nuevamente cada vez con mayor letalidad. Por lo tanto, pareciera que el vigilantismo característico de Superman, Batman y Spiderman no contribuye a la seguridad y, en cambio, les crea y recrea enemigos cada vez más poderosos y obsesionados con vencer a estos paladines de la justicia.
 
A propósito de la relación entre los cuerpos de seguridad pública y/o nacional y los súper héroes todo apunta a que debe ser muy frustrante fungir como guardián del orden público en el mundo de los súper héroes. ¿Por qué? Para empezar, las fuerzas del orden y los soldados llevan la peor parte cada vez que Superman, Batman o Spiderman enfrentan a algún villano. Rara vez se valora o reconoce el papel de los actores policiales y militares que tratan de cumplir con su trabajo al enfrentar a súper villanos que generalmente los matan sin misericordia. Aun cuando existe sobre todo en las historietas originales un acuerdo entre las autoridades y los súper héroes en el sentido de que éstos se subordinen a las leyes y apoyen las tareas de seguridad a cargo de las policías y las fuerzas armadas, en la práctica éstos últimos se tornan accesorios porque prácticamente en todos los casos la seguridad y la supervivencia de una ciudad, país o el mundo, generalmente depende de lo que haga o deje de hacer el súper héroe.
 
Es aquí entonces donde se percibe con mayor claridad el predominio del vigilantismo y de una especie de doctrina favorable a la seguridad privada, de manera que el culto al súper héroe es el culto a la seguridad privada porque los guardianes de la seguridad pública y/o nacional quedan muy mal parados. Tómese como ejemplo el caso de Batman. En las historietas originales, su trabajo hace ver muy mal a la policía de ciudad Gótica y, por lo tanto, el jefe de policía James Gordon se opone abiertamente a que el “El Caballero de la noche” interfiera en la procuración de justicia de la atribulada metrópoli. Gordon percibe que Batman está a lado de la ley pero no es sino hasta que el hombre murciélago lo convence de que deben trabajar juntos que sus temores se diluyen. Así, Batman es designado agente de la ley, y a pesar de encarnar a la seguridad privada y/o el mercenarismo, las acciones que emprende se entiende que son a favor de fortalecer la seguridad pública. Así, seguridad privada y pública van de la mano.
 
En las historietas de Frank Miller publicadas a partir de 1986 hay algunos cambios a esta constructiva asociación entre Gordon y Batman. Así, el Gordon de Miller trabaja en el Departamento de Policía de Chicago y es transferido a la corrompida policía de ciudad Gótica por su probada integridad y para hacer una limpieza en sus cuerpos de seguridad. Gordon, sin embargo, enfrenta a una maraña de intereses criminales tan agobiante que solamente la colaboración con Batman lo puede ayudar a cumplir con su compleja tarea. Por lo tanto “El caballero de la noche” no tiene nombramiento como agente de la ley y lo que es más: la relación que guarda con Gordon la mantiene en secreto por el bien de ambos. Aquí, la seguridad pública está muy dañada y básicamente depende de la seguridad privada, personificada en Batman.
 
Consideraciones finales
 
Afganistán, que hasta no hace mucho era el paraíso de las empresas de seguridad privada, ahora es una región que las excluye. El presidente Hamid Karzai decidió prohibirlas con excepción de las encargadas de resguardar las misiones diplomáticas en Kabul y alrededores. 44 Este tipo de decisiones se produce ante las diversas irregularidades de los cuerpos de seguridad privada que han venido operando en ese y otros países con notable impunidad en detrimento de los derechos humanos.
 
Sin embargo, la seguridad privada, ya como se dijo antes, llegó para quedarse y, por ejemplo, cuando se suscita una crisis por las acciones de los piratas somalíes en el Golfo de Adén; o cuando se produce un terremoto; o bien, cuando hay revueltas populares, el recurso más socorrido por parte de las autoridades en diversos países, es la seguridad privada. Y es que la cultura popular anglosajona en general, y la es-tadounidense en particular, han hecho su parte para generar un ambiente favorable y receptivo en torno a la seguridad privada. Según Jack Kirby –quien al lado de Stan Lee creó en los sesentas del siglo pasado a súper héroes como “Los Cuatro Fantásticos”, Thor, X-Men y otros más– los súper héroes son a la sociedad contemporánea lo que las leyendas de los dioses a las culturas de antaño.45 Es decir, de alguna manera se integran al imaginario colectivo sin ser “iguales” al resto de la comunidad.
 
Aunque parezca redundante, Superman, y Batman, y Spiderman no son parte de la policía, y ésta es la tónica en otros casos, como el de Sam Spade y Sherlock Holmes, muy eficientes y profesionales, pero que no pertenecen a la estructura de seguridad pública de las sociedades –lo que nuevamente podría sugerir la conclusión de que la seguridad privada es mejor y más eficiente–. El célebre Ernest Mandel, estudioso y crítico del sistema capitalista, refiere que desde principios del siglo XX las sociedades en el mundo tienden a la urbanización, lo que ha llevado a que proliferen tanto la criminalidad organizada como las normas encaminadas a garantizar el imperio de la ley. En principio, la aplicación de la ley y el mantenimiento del orden públicos son responsabilidad de las policías –y en muchos casos, de las fuerzas armadas– que, sin embargo, enfrentan varios problemas: están limitadas para actuar, dado que sus atribuciones las deciden otros –legisladores, tribunales, etcétera– y tienden a ser ineficientes justamente porque la ley les fija límites y ataduras. De ahí que sobre todo en las culturas anglosajonas se privilegie tanto a la seguridad privada, dado que, según sus defensores, puede combinar lo mejor de ambos mundos: la disponibilidad de individuos debidamente capacitados y hábiles más la libertad para actuar.46 Lo más escandaloso de la reflexión de Mandel es la sugerencia de que la seguridad privada puede actuar –y, de hecho, lo hace– fuera de la ley, porque son las leyes las que limitan las acciones de las policías por lo que, al seguir con este razonamiento, dichas normas son responsables de la ineficiencia de esos cuerpos de seguridad. Para decirlo de otra forma: en el sistema capitalista –y de conformidad con los planteamientos neoliberales–, entre menos normas e instituciones –e intromisiones por parte del Estado– existan, mejor funcionarán las cosas.
 
 
¿Esto significa que el éxito de los súper héroes estriba justamente en que no pertenecen a los cuerpos de seguridad de las ciudades y/o los Estados? O ¿acaso los poderes y/o habilidades que poseen les extienden un cheque en blanco para actuar como deseen? Lo que es más: ¿están los súper héroes por encima de la ley? Porque, ¿cómo podría una ciudad mantenerse segura si por alguna razón los súper héroes optan por delinquir? ¿Quién podría enfrentarlos y derrotarlos? ¿No sería mejor, en todo caso, que los héroes sean personas comunes y corrientes dedicadas a su trabajo aun en las condiciones más adversas?
 
 
Esa parece ser la conclusión a la que llega la Spiderman on ground zero (Spiderman en la zona cero), publicada en noviembre de 2001.
 
Puesto que el famoso arácnido es casi neoyorkino y siempre se le ha visto trepar diversos edificios en la ciudad, incluyendo por supuesto las Torres Gemelas, era natural que sufriera una conmoción ante lo sucedido el 11 de septiembre y que trabajara al lado de otros caracteres de Marvel Comics, como Hulk y el “Capitán América”, en apoyo a los “héroes genuinos”, esto es, los rescatistas y bomberos que trataban de proveer ayuda y remover escombros en el área devastada tras el colapso de los enormes edificios. Y es que, a final de cuentas, Spiderman no pudo impedir que Ben Laden y sus huestes perpetraran esos arteros ataques terroristas por lo que, lo menos que podía hacer era mostrarse solidario con las víctimas. Así, como se desprende de ese fatídico suceso, los súper héroes no son la respuesta –como tampoco, en términos más amplios, la seguridad privada.
 
Notas
 
 
1 Véase, por ejemplo, The World Bank Group (2008), The Mini Atlas of Human Security, Washington D. C., The World Bank.
 
2 Jasmin Guénette (2005), La production privée de la sécurité, Montréal, Les ëditions Varia, pp. 20-23.
 
3 Paul R. Verkuil (2007), Outsourcing Sovereignty. Why Privatization of Government Functions Threatens Democracy and What We Can Do About It, New York, Cambridge University Press, p. 1.
 
4 En México se viene produciendo una situación que debe ser analizada con cuidado: agentes y cuerpos de seguridad gubernamentales, por ejemplo, los que trabajan en la Secretaría de Seguridad Pública federal, han venido siendo contratados como escoltas, guardaespaldas, protectores de bienes inmuebles y valores por parte de la iniciativa privada. Este tipo de servicios también ha sido ofrecido desde 2008 al sector público. Véase El Universal (21 de diciembre de 2011), “Amplía SSP venta de servicios a la IP”, disponible en http://www.eluniversal.com.mx/primera/38409.html
 
5 En la mayor parte de los países capitalistas avanzados, la seguridad privada iguala o supera a las fuerzas de seguridad pública. Por ejemplo, en se calcula que por cada policía existen dos guardias de seguridad privada. En Canadá la proporción es de cuatro a uno. En Sudáfrica, con el fin del Apartheid y la pobre calificación de las corporaciones policíacas que hasta entonces habían operado para mantener el statu quo, la seguridad privada creció hasta superar al número de efectivos de la policía. Los ingresos globales de la seguridad privada, que en 1990 ascendían a 55 mil 600 millones de dólares, se estima que para el año 2010 eran del orden de los 202 mil millones de dólares, considerando que anualmente la seguridad privada experimenta un crecimiento del 8%, comparable solamente al de la economía china.
 
6 John S. Dempsey (2011), Introduction to private security, Belmont, Wadsworth, p. 3.
 
7 Esta disposición no aplicaba a los siervos.
 
8 Carlos Ortiz (2010), Private Armed Forces and Global Security, Santa Barbara, Praeger, p. 13.
 
9 La figura de los caza-recompensas es retratada en la película Jackie Brown de Quentin Tarantino al igual que en el episodio “Pasteles y persecuciones” de la 20ª temporada de Los Simpson, cuando Homero Flanders se convierten en bounty-hunters.
 
10 Hay claras diferencias entre los thief-takers y los caza-recompensas. En general, los primeros solían ser contratados por las víctimas de algún delito, mientras que los caza-recompensas se aboca(ba)n a buscar a fugitivos que no comparecieron ante la Corte violando los términos de su libertad condicional bajo fianza. Asimismo, a los caza-recompensas les paga(ba) la afianzadora. La similitud entre thief-takers y caza recompensas, es que ambos podían recibir recompensas de parte de las autoridades cuando atraparan a algún infractor o delincuente. La figura del cazarecompensas es legal y emana del célebre caso Taylor versus Taintor de 1873, ante el que la Corte Suprema de Estados Unidos dispuso lo siguiente: si una persona tiene bajo su custodia a una persona que ha sido liberada bajo la fianza pagada por aquél, entonces mantiene derechos sobre el infractor.
 
11 Charles Hitchen (2010), A true discovery of the conduct of receivers and thief-takers in and about the City of London; to the multiplication and encouragement of thieves, house-brakers and other loose and disorderly persons, London, Gale ECCO.
 
12 Gerald Howson (1971), The Rise and Fall of Jonathan Wild, New York, St. Martin’s Press. Posiblemente esa es una de las explicaciones de por qué Sir Arthur Conan Doyle creó en la ficción al escrupuloso, inteligente, incorruptible y bien portado detective Sherlock Holmes en 1887.
 
13 T. F. Banks (2002), The Thief-Taker: Memories of a Bow Street Runner, London, Dell.
 
14 David Ascoll (1979),Queen’s Peace: Origins and Development of the Metropolitan Police, 1829-1979, London, H. Hamilton.
 
15 John S. Dempsey, Op. cit., p. 7-8.
 
16 James Mackay (1997), Allan Pinkerton: The first Private Eye, New York, Wiley.
 
17 Philip H. Melanson (2005),The Secret Service, New York, Basic Books.
 
18 A quien, por cierto, nunca pudo atrapar.
 
19 Forrest Crissey (2008), The Romance of Moving Money: Brinks Incorporated, New York, Kessinger Publishing.
 
20 El Servicio Secreto de fue creado en 1965 a fin de revertir la falsificación de moneda en el país. En 1867 se expandieron sus funciones para incluir la detección de personas que buscaran perpetrar fraudes contra el gobierno. Así sus atribuciones incluyeron investigaciones dentro del Ku Klux Klan, el tráfico de personas, los robos del correo, los fraudes con tierras, y otras infracciones contra las leyes federales.
 
21 William R. Hunt (1990), Front-Page Detective: William J. Burns and the Detective Profession, 1880-1930, New York, Popular Press.
 
22 Chris Carson (s/f), “The History of Private Security”, en eHow, disponible en http://www.ehow.com/about_5418822_historyprivate-security.html
 
23 Mahesh K. Nalla (s/f), “Police: Private Police and Industrial Security –Scope of Security Work. Nature of Security Work, Legal Authority, Public vis-à-vis Private Police”, disponible en http://law.jrank.org/pages/1691/Police-Private-Police-Industrial-Securit...
 
24 Clint Eastwood lo retrata fielmente en la película Los imperdonables (Unforgiven) de 1992, donde Gene Hackman encarna a un desalmado alguacil, Little Bill Daggett.
 
25 John S. Dempsey, Op. cit., p. 7.
 
26 William C. Culberson (1990), Vigilantism. Political History of Private Power in America, London, Praeger Paperback, p. 2.
 
27 Robert M. Utley (2003), Lone Star Justice: The First Century of the Texas Rangers, San Antonio, Berkley Trade.
 
28 Herbert Asbury (2002), The Barbary Coast: An Informal History of the San Francisco Underworld, New York, Basic Books.
 
29 Rudolph W. Giuliani (Winter 2008), “The Resilient Society. A Blueprint for Homeland Security”, en City Journal, en http://www.city-journal.org/2008/18_1_homeland_security.html
 
30 Keegan Hamilton (June 1, 2011), “The (Alleged) Adventures of Phoenix Jones”, en Seattle Times, disponible en http://www.seattleweekly.com/2011-06-01/news/the-alleged-adventuresof-
 
phoenix-jones/
 
31 Chris Daniels (November 28, 2011), “Phoenix Jones to the rescue… again”, en KING 5, disponible en http://www.king5.com/news/local/Phoenix-Jones-to-the-rescue--again-13464...
 
32 Los súper héroes, sin embargo, no son un fenómeno exclusivamente estadounidense toda vez que en diversas culturas existen personajes dotados de determinadas capacidades –terrenales o no– y que se proponen, en principio, contribuir a la paz y el bienestar de las comunidades.
 
33 Citado por María José Lucerga Pérez (diciembre 2004), “Del uniforme del Capitán América al azul desnudo del Dr. Manhattan: ascenso y caída del súper héroe como principio de construcción identitaria”, en Tonos. Revista electrónica de estudios filológicos, número 8, disponible en http://www.um.es/tonosdigital/znum8/estudios/13-supertonos.htm
 
34 Es decir que existió una época previa que sobre todo se manifestó en tiras cómicas en los diarios donde vieron la luz personajes como Popeye, Mutt & Jeff, y Mickey Mouse. Entre 1933 y 1938 se produce la llamada era de platino cuando es creado el formato del libro de historietas.
 
35 Shirrel Rhoades (2008), A Complete History of American Comic Books, New York, Peter Lang, p. 21.
 
36 Tradicionalmente se ha reconocido solo la autoría de Kane, pese a que años después de crear Batman el propio Kane reveló que Bill Finger, un escritor de su estudio, hizo una cierta aportación a la configuración de “El Caballero de la noche”. Jerry Robinson fue el creador del Joker. Finger, por su parte, creó a todos los demás caracteres como al “Pingu%u0308ino”, el “Acertijo”, “Gatúbela” y hasta el eslogan del “dúo dinámico.”
 
37 Shirrel Rhoades, Op. cit., pp. 26-28.
 
38 La empresa Fox posee los derechos de la serie de Batman, por lo que el tema principal aparece a menudo en Los Simpson, dado que la corporación no tiene que pagar derechos por ella. Asimismo, en Los Simpson hay innumerables referencias a Batman, incluyendo una divertida parodia con Bart como Bruce Wayne, en Revenge is a Dish Best Served Three Times, el 11° episodio de la 18ª temporada de la serie.
 
39 Shirrel Rhoades dice que lo que realmente le molestaba a Wertham y a los censores era la fortaleza e independencia de la “Mujer Maravilla”, dado que ello podía favorecer a los movimientos feministas.
 
40 Fredrich Wertham (2004), Seduction of the Innocent, New York, Main Road Books; Shirrel Rhoades, Op. cit., pp. 57-67.
 
41 Shirrel Rhoades, Op. cit., p. 59.
 
42 Shirrel Rhoades, Op. cit., p. 65.
 
43 Umberto Eco (2007), Apocalípticos e integrados, México, Tusquets, p. 75.
 
44 Lucy Tobin (7 January 2012), “UK leads the world in prívate security industry”, en The Independent, disponible en http://www.independent . co.uk/news /bus ines s /anal y s i s -and- features/uk-leads-the-world-in-private-security-in-dustry-6286269.html
 
45 Citado por María José Lucerga Pérez, Ibid.
 
46 Ernest Mandel (1985), Delightful Murder. A Social History of the Crime Story, Minnesota, University of Minnesota Press.
 
 
María Cristina Rosas es profesora e investigadora en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.
 
etcétera, 27 de febrero, 2012
https://www.alainet.org/pt/node/156137
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