Europa: La crisis impulsa el cambio político

17/05/2010
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Los efectos de la crisis por que atraviesa la economía mundial se están haciendo sentir también en el plano político, como lo están indicando los resultados de las recientes elecciones en Alemania y Gran Bretaña, pero no son los únicos, aunque allí no se han realizado todavía las elecciones, en España y Francia podría pasar lo mismo.
 
La más afectada hasta ahora es la Canciller alemana Angela Merkel, quien aparecía como la gobernante europea más firme en el cargo y que el domingo pasado perdió las elecciones regionales del Estado de Renania del Norte-Westfalia y con ello perdió la mayoría en el Bundesrat, la Cámara Alta. La Unión Demócrata Cristiana, CDU, perdió diez puntos en relación a los comicios regionales de 2005 y quedó empatada con su rival tradicional, el partido Social Demócrata.
 
La crisis griega, en la que Alemania aprobó los planes de rescate y se convirtió en el primer contribuyente en el marco de la Unión Europea, se unió a los problemas que ya existían en la coalición de partidos que encabeza la CDU, lo que obligará a Merkel a buscar acuerdos con los social demócratas, que así recuperan protagonismo.
 
En otros países se dan situaciones similares. En España el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tenía prácticamente perdida la reelección, pero el escándalo “Gürtel”, que afecta al neofranquista Partido Popular, acortó la distancia. La crisis ha llevado a ese país a una situación un poco menos grave que la griega y Zapatero está anunciando medidas extremas para enfrentarla
 
El recorte salarial de este año ascenderá a 3 mil 100 millones de dólares y para el próximo año se congelarán las pensiones, excluyendo a las mínimas y no contributivas. También se rebajarán los salarios de los funcionarios en un 5 por ciento y estas y otras medidas sólo significarán una disminución del 2 por ciento del déficit fiscal a fines del próximo año.
 
A otro que no le va nada de bien es al presidente francés Nicolás Sarkozy, que a poco más de la mitad de su mandato enfrenta una desaprobación del 69 por ciento, lo que obviamente no es un buen pronóstico para ser reelegido el 2012. Pero el caso más contundente fue el del ahora ex-Primer Ministro británico Gordon Brown.
 
 El ocaso laborista
 
Cuando Gordon Brown asumió el cargo de Primer Ministro el año 2007, sucediendo a Tony Blair, el partido Laborista ya venía cuesta abajo. Blair había sido una suerte de encantador de serpientes que llamó la atención al hacer suya la propuesta de Anthony Giddens de promover una tercera vía, que daría trabajo a los que estaban en condiciones de hacerlo y seguridad a los que ya no podían hacerlo.
 
Este, que debía ser el modelo para el siglo XXI se convirtió en un enunciado muy popular que nunca se concretó. Blair era un hombre carismático, que ganó con mayoría absoluta en 1997 y en 2001 obtuvo un triunfo similar, pero ya en el 2003 las cosas empezaron a cambiar por algunos casos de corrupción y escándalos sexuales, a lo que se agregó la participación en la invasión a Irak y en la guerra provocada en ese país y después en la de Afganistán.
 
Aún así, Blair ganó la elección de 2005, aunque con un porcentaje más bajo. En las elecciones municipales siguientes el laborismo sólo obtuvo el 26 por ciento de los votos y los conservadores lograron el 40 por ciento. Las encuestas indicaban que si se hubieran realizado elecciones generales los conservadores habrían obtenido el 35 por ciento y los laboristas el 32.
 
Las presiones sobre Blair aumentaron, pero no renunció al cargo. Incluso enfrentó un escándalo final cuando se descubrió que el laborismo cobraba por recomendarle a la reina personas merecedoras de un titulo nobiliario, facultad que tienen los partidos. Los agraciados pasan a formar parte de la Cámara de los Lores.
 
Aunque Blair fue interrogado en dos oportunidades por la policía en relación a ese asunto, algo inédito, tampoco dejó el cargo ni cumplió su promesa de traspasárselo a Brown, sólo lo hizo cuando como Primer Ministro superar el record de permanencia en el puesto que había establecido su antecesora Margaret Thatcher.
 
En consecuencia, la llegada de Brown al cargo no fue en las mejores condiciones y además, le correspondió enfrentar la crisis que ya se avizoraba en tiempos de Blair, lo que fue otro de los motivos que impulsaron a éste a cumplir la promesa que le había hecho a quien fuera su ministro de Finanzas, al que le legó también los problemas que se crearon por la participación de Gran Bretaña en las guerras de Bush.
 
 El reformismo y la tradición
 
La nueva combinación de gobierno parece una contradicción. Los conservadores y los reformistas liberal-demócratas no constituyen, a simple vista, una alianza que pueda producir el cambio en el país y da la impresión de que los electores le tuvieron miedo al cambio y por eso no le dieron más votos al partido de Nicholas William Peter Clegg,conocido cono Nick Clegg.
 
El partido Liberal-Demócrata o Demócrata-Liberal, surgió hace unos 20 años o un poco más, como un desprendimiento del partido Laborista, al que consideraban muy conservador. No fue una división significativa de ese partido, pero los que tomaron la iniciativa fueron parlamentarios muy activos que incluso realizaron una gira internacional, que incluyó México, para dar a conocer a otros partidos el surgimiento de la nueva colectividad.
 
En esta elección, Clegg se convirtió en una figura muy popular, se lo comparó con Barack Obama y el diario inglés The Guardian dio diez razones para respaldar el parecido. En su campaña, Clegg hizo pública una carta a los electores señalando que después de 65 años de laboristas y conservadores turnándose en el poder y desilusionando a los electores, era el momento de algo diferente.
 
En una sociedad con tantas tradiciones como la inglesa, hablar del cambio no es fácil porque éste pudiera incluso referirse a la monarquía, que ha sido tan criticada en los últimos años pero que al final de cuentas es uno de los atractivos turísticos del país y no sólo eso, porque los británicos son los primeros en abarrotar las calles cuando la reina pasa en su carruaje.
 
Talvez eso explique mejor que las críticas al sistema electoral el por qué pese a la popularidad ganada, los Liberal-Demócratas sólo obtuvieron 59 escaños en el parlamento, 20 menos de los que les habrían correspondido en un sistema electoral proporcional, lo que no hace una gran diferencia en el resultado total de la elección.
 
Entonces, un muy renovado conservador como David Cameron, así lo definió la revista The Economist, será el nuevo Primer Ministro y la figura más popular a nivel nacional e internacional, Nick Clegg, será su Vicepremier, en un marco también inédito: es la primera vez en 70 años que hay un gobierno de coalición en Gran Bretaña, el último fue en 1940, cuando los laborista apoyaron a Churchill.
 
Y esto es parte de las interrogantes que se plantean. En medio de una crisis económica y financiera como la actual, con una opinión pública interna que rechaza las guerras en que está inmerso ese país ¿qué significan la renovación conservadora y el cambio liberal-demócrata?
 
En lo internacional, el asunto no sólo tiene que ver con si participan más o no en la Unión Europea o en las guerras de Estados Unidos, también incluye a nuestros países. El nuevo Ministro de Relaciones Exteriores William Hague sostiene, dice la BBC, que pondrá más énfasis en “los países donde está la acción económica” Asia y América Latina.
 
- Frida Modak, periodista, fue Secretaria de Prensa del Presidente Salvador Allende.
https://www.alainet.org/pt/node/141525
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