Esperanza y cinismo

18/01/2009
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A los colegas, Miguel Badillo y Ana Lilia Pérez, director y reportera de las revistas Contralínea, Periodismo de Investigación y Fortuna, Negocios y Finanzas, al primero por su arbitraria detención y a ambos por su valentía y profesionalismo.

Estados Unidos y el mundo estarán este martes en el vértice de una transición que como nunca se presagia además de sustancial, vital, -y vital viene de vida-, con el cambio de mando en la poderosa nación en el que el entrante presidente, Barack Obama representa la esperanza de un cambio por y para la paz y el saliente, George W. Bush el cinismo, puesto que ante sus crímenes todavía en su discurso de despedida de la Casa Blanca se atrevió a defender su “legado” que bien puede resumirse en guerras y crímenes, que como dicen los propios estadounidenses: “que nos han llenado de horror y vergüenza”, mientras el país y el mundo se hunden en la más grave depresión, como consecuencia de su desastroso gobierno de 8 años.

En inspiración plena de Abraham Lincoln, Barack Obama realizó un simbólico viaje hacía el poder, en recuerdo de aquél que llevó al héroe de Illinois al Capitolio; ahora, el afroestadounidense también oriundo de ese estado, lo hizo de Filadelfia a Washington. Antes de iniciarlo, como en el histórico que duró 12 días entre las gélidas tierras, el de este sábado de un solo día, el que será 44 presidente de Estados Unidos, pronunció un discurso en que se resume la esperanza pero también el repudió al gobierno que afortunadamente termina.  

Al llamar Obama a los estadounidenses a unirse en una "nueva declaración de la independencia", lo hizo en sentido de liberarse al fin de la intolerancia, de la estrechez de miras, del prejuicio y de la ideología, actitudes siniestras todas, que fueron signos del mandato de Bush.

“Lo que necesitamos hoy es una nueva declaración de independencia, pero no sólo de nuestra nación, sino en nuestras propias vidas para liberarnos de la ideología y la mediocridad; de los prejuicios y la intolerancia racial; para sacar lo mejor de nosotros y dejar de lado nuestros bajos instintos”.

Textual son las palabras que dirigió desde la 30th Street Station de Filadelfia, cuna de la independencia norteamericana hace más de 200 años, en el viaje a la Union Station, a casi un kilómetro del sitio, el Capitolio de Washington, donde jurará como el primer presidente afroamericano este martes.
 
El jueves 15, el saliente Bush, en su último mensaje, se dedicó a defender lo indefendible: su mandato, al afirmar que siempre actuó por el bien de su nación tomando como argumento, que fue el de toda su catastrófica administración, al terrorismo.
 
Bush, no sólo se conformó con proteger su mandato sino que se atrevió a advertir  que los terroristas aún quieren volver a atacar al país y por ello pidió a sus compatriotas que jamás deben "bajar la guardia". Defendió su “legado” y enumeró lo que considera sus logros durante sus ocho años en el poder, el más importante, según él, evitar que haya vuelto a repetirse un atentado en suelo estadounidense tras los ataques perpetrados el 11 de septiembre de 2001, que dejaron casi 3.000 muertos en Nueva York, Washington y Pensilvania, sin referirse a la tesis que sustenta el autoatentado.

"Estamos en días difíciles, y nos esperan días difíciles por delante. Nuestro país está en guerra. Nuestra economía está en grandes dificultades. Y hay mucho trabajo por hacer para restaurar la paz y promover la prosperidad". Son las palabras de la esperanza de Barack Obama quien mañana se convertirá en presidente de Estados Unidos Sus compromisos son: terminar las guerras con Afganistán e Irak, la configuración de una nueva diplomacia basada en el respeto a los pueblos y las naciones, el restablecimiento de una economía sana, el cierre de la ignominiosa cárcel de Guantánamo y sobre todo el respeto de los derechos humanos.

Nadie llorará la despedida de George Walter Bush, como dijo la diplomacia europea, por el contrario, sus propios conciudadanos en manifestaciones previas al cambio de mando, sobre la Avenida Pensilvania, aseguraron: “No vamos a permitir que Bush se vaya sin pagar sus crímenes de guerra”. “Es obsceno el gasto militar que hemos desperdiciado en Irak mientras el país se hunde en la depresión y cada mes se destruye medio millón de empleos”, exigiremos al gobierno entrante de Barack Obama la designación de un fiscal independiente para iniciar una investigación criminal contra Bush y su vicepresidente, Dick Cheney, por los crímenes perpetrados, las detenciones ilegales y las torturas practicadas en la prisión militar de Guantánamo. “No vamos a dejar que Obama permita a Bush irse sin pagar por sus crímenes”, insistieron.

Es la diferencia de una administración que se va envuelta en los crímenes y el cinismo y la de la esperanza que llega para, según su compromiso, fortalecer la convivencia humana en el respeto mutuo entre las naciones y la humanidad toda. Que así sea.

- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor mexicano. 
www.fapermex.com, www.clubprimeraplana.com.mx

https://www.alainet.org/pt/node/131889
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