Crisis:

Hora de cambiar el orden de posguerra

29/09/2008
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Hace ya tiempo que el orden económico y político de posguerra quedó superado y se ha mantenido sólo por conveniencia de los que así se denominan países desarrollados. Hoy tal parece que ya no lo pueden seguir sosteniendo y que tampoco están dispuestos a sacrificarse por quien hasta ahora los ha capitaneado. El alcance que todo ello tiene se aprecia claramente en el discurso que pronunció el todavía presidente de Estados Unidos en la sesión de apertura de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Como si no ocurriera nada y en su país no existiera una debacle financiera, Bush repitió sus monsergas contra el terrorismo, el tráfico de drogas y la proliferación nuclear, a la vez que insistía en sus embestidas verbales contra Rusia, país que frustró las expectativas estadounidenses de ampliar sus dominios sobre Georgia, incluyendo Osetia del Sur y Abjasia. De las invasiones de Estados Unidos a Irak y Afganistán y de la ampliación de la guerra en este último país, arrastrando a Pakistán, y del lavado de dinero del narcotráfico en bancos estadounidenses Bush no dijo una sola palabra.

Después que los sucesivos gobiernos de Estados Unidos de los últimos treinta años han buscado desprestigiar a las distintas entidades que conforman el aparato de las Naciones Unidas y han obstaculizado la acción de los Secretarios Generales que no acataban todas sus exigencias, el mandatario del norte descubrió que la ONU y los organismos internacionales son “más necesarios que nunca” y hay que “fortalecerlos”.Nunca antes Estados Unidos había aceptado reformarlos siquiera para que realmente sirvan a todos y no estén condicionados a los intereses de un solo país.

El Secretario General de la ONU, el surcoreano Ban Ki-Moon pronunció un discurso a favor de un “liderazgo mundial” que no definió y agregó que “veo un peligro de naciones mirando hacia dentro, en lugar de mirar hacia un futuro compartido”.Luego dijo que “Vemos nuevos centros de poder y liderazgo, en Asia, América Latina y en el mundo emergente”.Advirtió que “En este nuevo mundo, nuestros desafíos son los de la colaboración más que la confrontación” y sostuvo que “las naciones ya no pueden proteger sus intereses , o avanzar en el bienestar de su pueblo, sin la asociación con el resto”.

América Latina

Y el mundo emergente al que aludió Ban Ki-Moon habló claro. El primero en hacerlo fue el ex canciller nicaragüense Miguel d’Escoto, presidente de la Asamblea, quien en la víspera de la inauguración afirmó: "Los mismos propulsores de un liberalismo extremo cambian su discurso al menor indicio de que su poderío económico puede peligrar y de que sus ciudadanos pueden sufrir los mismos padeceres que hacen sufrir a otros". Al inaugurarse el período de sesiones fueron los presidentes de Brasil y Argentina los que también hablaron claro.

Lula fue categórico:”Las indispensables intervenciones del Estado, contrariando los fundamentalismos del mercado, demuestran que ha llegado el momento de la política” y formuló afirmaciones como las siguientes:”la economía es algo demasiado serio para que quede en manos de especuladores”,”hacen falta mecanismos de prevención y control y de total transparencia de las actividades financieras” y remató:”Los organismos económicos supranacionales carecen de autoridad y de instrumentos para cohibir la anarquía especulativa. Debemos reconstruirlos sobre bases totalmente distintas”.Agregó que un nuevo mecanismo debe surgir en “espacios multilaterales legítimos y confiables, sin imposiciones”.

La Presidenta argentina Cristina Fernández apuntó que así como las pasadas crisis financieras de América Latina fueron bautizadas como “efecto caipiriña” o “efecto tequila”, la estadounidense debería llamarse” efecto jazz” y ambos mandatarios destacaron la importancia de la creación de la Unión Sudamericana de Naciones, UNASUR, que en su reunión de Chile respaldó al gobierno legítimo del Presidente Evo Morales y reiteraron ese respaldo. UNASUR se volverá a reunir en el marco a la Asamblea General para analizar lo que ha sucedido en Bolivia en el diálogo gobierno-opositores.

Lo reseñado es expresión de una voluntad política en el segmento más importante de América Latina, ya que a los países sudamericanos se están agregando los centroamericanos y caribeños, porque en su área geográfica no hay alternativa.

No al “Plan Grande”

Al dar a conocer su plan para enfrentar la crisis, Bush dijo que “el plan es grande, porque el problema es grande” y tan grande es todo, que quería que le dieran 700 mil millones de dólares para que él y el secretario del Tesoro, que dispondría del dinero, hicieran lo que se les ocurriera, tal como lo fueron haciendo hasta llegar a la situación actual. Según el mandatario el riesgo de no hacer nada era más grande que el de su plan y , sin aceptar que ya no tiene credibilidad, ofreció que “a la larga recuperaremos mucho dinero”. Ni McCain estuvo de acuerdo en darle tanto poder y dinero a una sola persona.

Y aunque algunos medios estadounidenses intentaron dar la impresión de que había acuerdo entre la Casa Blanca y los demócratas, Harry Reid ,líder de la mayoría demócrata en el Senado, afirmó que el gobierno quería que le aprobaran su proyecto sin debate y que “eso no sucederá”,mientras el republicano Richard Shelby, miembro de la Comisión de Banca dijo que la propuesta “no es ni viable ni general”.Uno de los puntos más cuestionados es el relativo a lo que se le pagará a los ejecutivos de las empresas que el gobierno “rescatará”,los que con toda certeza ya tienen sus cuantiosas ganancias a buen recaudo.

Los que ven en esto una edición estadounidense del Fobaproa tienen razón, como también los que más al sur, en Chile, lo comparan con lo que se llamó la “deuda subordinada” surgida cuando la dictadura pinochetista compró la cartera vencida de los bancos sin fijar ni la fecha ni la forma en que éstos pagarían, eso se fijó en los gobiernos posteriores y en muy buenas condiciones, cuarenta años plazo. El plan de Bush se parece más al pinochetista.

Tampoco en Europa hubo entusiasmo por el anuncio de la Casa Blanca. Algunas agencias noticiosas titularon sus notas diciendo que los países del Grupo de los 8 aprobaban el plan, pero los más importantes de ellos se mostraron cautelosos. El viceministro de finanzas japonés estimó que su país no tenía necesidad de lanzar un plan similar y otro tanto dijeron sus pares de Francia, Gran Bretaña y Alemania. Las consultas entre gobernantes de los países de la Unión Europea apuntan a que darán una respuesta conjunta.

A lo dicho por Cristina Fernández y Lula en la Asamblea de la ONU hay que agregar lo manifestado después por el Presidente de Francia Nicolás Sarkozy, quien es a la vez presidente de la Unión Europea. El mandatario francés declaró que “No podemos gobernar el mundo del siglo XXI con las instituciones del siglo XX” e instó a ampliar el Consejo de Seguridad y el Grupo de los 8,los 13 o los 14,incorporando a países del mundo emergente como China, India, Sudáfrica, México y Brasil.

Eso es justamente lo que señala la cabeza de esta nota: el orden político y económico de posguerra ya caducó.

- Frida Modak, periodista, fue Secretaria de Prensa del Presidente Salvador Allende.
https://www.alainet.org/pt/node/130051
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