Peor de lo mismo

28/07/2008
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La actitud de García y el contexto que rodeó su Mensaje a la Nación, dicen más que su discurso ante el Congreso. Llegó al Legislativo, y se fue, en carro blindado, flanqueado por militares y policías, las calles desiertas de gente. Nada de carro descubierto o caminata a pie: sabía bien del malhumor popular. Hubo mensaje encriptado: la banda militar interpretó “Retorno Vencedor” –de Aída- pieza que impuso Fujimori desde su reelección el 95 y que desde Paniagua se desechó. Y claro, lo recibió el impresentable Congreso de los Torres Caro y Espinoza, presidido por la dupla de Javier Velásquez Quesquén –operador de turbios enjuagues en Lambayeque y experto pescador de tránsfugas- y Alejandro Aguinaga, el medico de cabecera y “caserito” del reo Fujimori en su celda de lujo, gracias a la muñeca negociadora del mismísimo Alva Castro en el fundo Barbadillo.

Una verdadera hemorragia (¿o diarrea?) de cifras quiso ocultar la ausencia de respuesta a las demandas sociales de un pueblo cada vez más crispado por la inequidad y el abuso.

Volvió a repetir que la inflación viene de afuera, generada por el alza del petróleo y los alimentos que se usan para biodiesel. Olvidó mencionar a su amigo Bush, promotor del biodiesel y la invasión de Irak como el inicio de esa brutal espiral alcista, al afectar a uno de los principales proveedores mundiales de petróleo. Olvidó también su responsabilidad en darle la espalda a Venezuela que –como lo hace con Centroamérica y el Caribe- podría vendernos petróleo más barato, pagando sólo el 40% del precio en dinero, financiando en plazos el resto o con productos nacionales (como arroz, frijoles, confecciones) que podrían generar mercados y mejores precios para nuestros productores agrarios. Como todos notamos, el tema de la unidad Latino o Sudamericana estuvo totalmente ausente, a pesar de que –ante la crisis económica de los EEUU, el comercio intraregional crece notoriamente en áreas tan importantes como confecciones, con mayor valor agregado que lo que vendemos a EEUU.

Pasó por agua tibia su propia responsabilidad en el tema de la inflación: la politica monetaria y fiscal impuesta. Reconoció que la economía crece al 9% pero la demanda al 13%, es decir, que se emite –vía crédito bancario y de consumo para ciertos sectores- moneda que acentúa la inflación. Pero no anunció ninguna medida y hasta se vanaglorió de que hoy estemos importando del extranjero 60% más que el año pasado, especialmente bienes de consumo, lo que hace crecer la economía de otros países pero no la nuestra. A ello agregó un impresionante rosario de anuncios de obras públicas y de servicios, acompañadas de millonarias cifras, sin referir de dónde saldría el dinero pues se negó a cualquier reforma tributaria (que paguen más los que ganan más) y, otra vez, obvió su compromiso electoral de aplicar un impuesto a las sobreganancias mineras que podría haberle dado y darle más de 5 a 6 mil millones de soles anuales al país, desde hace 2 años. Así que la inflación seguirá su curso, golpeando a los más pobres y favoreciendo a los más ricos y las transnacionales que nos exprimen.

¿Compensación ante la inflación? Ni aumento de sueldos y salarios, ni regulación de precios y tarifas estuvieron en el discurso. ¿Política de seguridad alimentaria? Ni una palabra, como tampoco la promoción al agro que produce pan llevar, de más crédito del Agrobanco o de seguridades a las comunidades campesinas y nativas amenazadas con ser disgregadas en función de la explotación de nuestros recursos naturales por las transnacionales. ¿Y la Amazonía, que acaba de realizar un Paro el 8, 9 y 10 de Julio, y sus demandas? Ni las recordó.

De los Derechos Humanos, a pocas semanas del hallazgo macabro de las fosas de Putis, con centenares de cuerpos (incluyendo niños y mujeres), de la reciente apertura del juicio contra el Comando Rodrigo Franco o del histórico juicio por crímenes de lesa humanidad de su socio Fujimori: ni la tos. Como ocurrió con su famosa cruzada anticorrupción anunciada el año pasado y la desaparecida Oficina Nacional Anticorrupción y la Dra. Lizarraga que se esfumaron antes del año.

Si sumáramos sus cifras, resultaría que los beneficiarios de sus programas y políticas son más que toda la población del Perú. Pero cuando miramos las cifras vemos como se manipulan las cosas. El caso del SIS basta como ejemplo: los beneficiarios aumentan de 3.5 millones a 8.7 millones, casi 2 veces y media, pero el presupuesto no sube en correspondencia. Asi se recarga un servicio con más obligaciones sin el dinero correspondiente, como ocurre con Essalud. Y encima, García parece haber sustituido a los profesores por los médicos como el punto de sus ataques, anunciando que buscará alargarles la jornada laboral que cumplen porque es un privilegio, confundiendo a la gente.

En resumen: viene peor de lo mismo. El gobierno no tiene soluciones ni respuestas a las demandas sociales. Este Congreso no parece servir para canalizar salidas y cambios, como hemos visto en nauseabunda componenda. Nos toca decidir si toleramos esto o nos organizamos para cambiar de rumbo al país y recuperamos el Perú para los peruanos. El futuro está en nuestras manos.
https://www.alainet.org/pt/node/128908
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