Intercambio desigual en el texto y las pláticas de la OMC

20/07/2008
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Ginebra, 18 de julio.- En las negociaciones en la OMC que se inician este 21 de julio, cabe esperar que los países desarrollados, en particular, los Estados Unidos y la Unión Europea, vayan a ejercer presión sobre los países en desarrollo de rendirse ante sus demandas o bien ser culpados del fracaso de las conversaciones.

La Representante de Comercio de EUA [USTR, de aquí en adelante] en los últimos días ya volvió a preparar el terreno diciendo que los EUA están dispuestos a hacer concesiones, pero que el éxito de la reunión Mini-Ministerial de Ginebra dependerá de si Brasil, India y China (entre otros) están dispuestos a abrir sus mercados.

¿Ginebra Julio 2008 será una repetición de la reunión de Ministros del G4 de Potsdam de junio de 2007, cuando los EUA y la UE se refirieron a Brasil y a la India como los culpables de no querer liberalizar sus mercados a los productos industriales importados?

En ese momento, el Ministro de Relaciones Exteriores brasileño Celso Amorim contra-argumentó que el "tipo de cambio" era injusto - que los dos principales países desarrollados miembros de la OMC, quisieron darse a cada uno una "zona de comodidad" en no tener que tomar ninguna obligación importante en la agricultura, mientras seguían insistiendo en muy altas reducciones de aranceles industriales en los países en desarrollo.

Desde entonces, el término "el tipo de cambio" ha llegado a ser de uso común cuando se comparan los compromisos de los países desarrollados frente a los países en desarrollo, así como de la situación en la agricultura frente a NAMA y otras cuestiones.

Un análisis de los últimos proyectos de textos en agricultura y de las modalidades de NAMA de los Presidentes de comité (de fecha 10 de julio de 2008) muestra que el "tipo de cambio" sigue siendo desigual.

El texto de agricultura sigue proponiendo que a los EUA se les permita reducir su apoyo total doméstico (ATD) que distorsionan el comercio a un rango de entre 13-y-16.4 mil millones de dólares. Los EUA han indicado en las conversaciones agrícolas en la OMC que podría considerar la parte superior de ese rango (que está cercano a los $ 17 mil millones que ya había ofrecido en Potsdam). Incluso si se ofrece el punto medio, o el número más bajo del rango, este sigue siendo significativamente más alto que el de 7 mil millones de dólares que informó de su efectivo ATD en 2007 o los 11 millones de dólares en 2006. Por lo tanto, hay una gran cantidad de "agua" entre los permitidos y el nivel real de ATD.

El año pasado, los EUA explicaron que si se aplicara el nivel ATDS ofrecido, habían aplicado en los últimos nueve años, tendría que hacer recortes reales en 5 a 7 de esos años. Lo que dice la USTR es sólo parcialmente cierto. En los últimos cinco años, los Estados Unidos aplicaron un ATD por encima de los $ 17 mil millones (1999, 2000, 2001, 2004 y 2005). Pero los EUA no puso de manifiesto que, al inicio del periodo de ejecución de la Ronda Uruguay, ATD el nivel estaba muy por debajo - $ 7 mil millones. El documento de simulaciones de ayuda interna a la agricultura (JOB (06) / 151 de fecha 22 de mayo de 2006) preparado por Canadá, pone de manifiesto que la ATD aplicada por los EUA fue de US $ 7.7 mil millones en 1995, $ 7.1mm en 1996, y $ 7 mm en 1997. Y después, se disparó hasta $ 15.1mm en 1998, $ 24.3 mm en 1999, $ 24.1mm en 2000, $ 14.9 mm en 2000, $ 10.2 mm en 2003, $ 18.6 mm en 2004 y $ 19.7mm en 2005.

Por lo tanto, una oferta de un tope de $ 16 mm millones o incluso de 13 mm de dólares no refleja una disminución especialmente cuando se compara con los niveles de 1995-1997 de hace una década, y también aparece una gran cantidad de "agua", en comparación con el nivel de $ 7 mm de 2007.

Por lo que respecta a la UE, el texto de la Presidencia propone que permitiría que su ATD se reduciría en un 75-85% para un rango de 16,5-27,6 mil millones de Euros. La UE ha ofrecido un nivel permitido de ATD de 33 mm de Euros. Pero esto está muy por encima de lo que ya ha previsto en su reforma de la PAC (Política Agrícola Común), según la cual ATD sería 26.8 mm de euros en 2008 y una cifra de 12 millones de euros en 2014 (estimado por el G20 en una declaración reciente).

En septiembre de 2007, en una reunión de la agricultura en Sala E (la llamada oficialmente Sala Verde), la UE indicó que mantendría su posición de ofrecer un recorte de 10 puntos porcentuales más que los EUA. La UE espera que esto signifique un recorte en más de 80%, o un nivel permitido de ATD de 22 mm de Euros.

Esto es aún mucho mayor que el estimado 12 mm de Euros en 2014, cuando el período de aplicación de los compromisos de Doha podría terminar (es decir, si la Ronda se completa en 2008). Por lo tanto, todavía existe una gran cantidad de "agua" para sentirse cómodo.

 Tanto la UE como los EUA está desplazando sus subsidios desde la caja ámbar y azul hacia la Caja Verde, donde no hay límites y que las disciplinas son lo suficientemente laxas para permitir que el apoyo distorsionador al comercio se lleve a cabo, como han demostrado estudios recientes (UNCTAD-India 2006; Marita Wiggerthale 2007)., a pesar de que se supone que los apoyos de la Caja Verde no falsean distorsionan mínimamente al comercio. Por consiguiente, las reducciones en la ATD permitida o incluso en vías de aplicación, no significan mucho o nada si las subvenciones continúan en otra forma, y permiten que se mantengan o crezcan la producción y las exportaciones.

Sin embargo, a cambio, los EUA y la UE han pedido a los países en desarrollo que se avengan a la fórmula suiza para la reducción de los aranceles de acceso a mercados de bienes industriales -no agrícolas- (NAMA) y acepten un coeficiente de 18, mientras que los países desarrollados tendrían un coeficiente de diez. Esta propuesta no está lejos de las cifras del el último documento de NAMA, en la que el Presidente propuso un rango de entre 7-9 para los países desarrollados y tres rangos para los países en desarrollo, en los que el rango medio es entre 21-23, que es similar a la flexibilidad media de exención de reducción del 5% de las líneas arancelarias o el beneficio de un 50% para la fórmula de recortes del 10% de las líneas arancelarias.

Es difícil para la mayoría de la gente a entender el significado o las consecuencias (por ejemplo, en términos del porcentaje de reducción de aranceles) de los distintos coeficientes de la fórmula suiza para sus países o de sus líneas arancelarias. Los factores a considerar incluyen las tarifas iniciales (que difieren de un país a otro y de un producto a otro), los coeficientes utilizados, y la fórmula en sí. No es de extrañar que no sea fácil para los funcionarios de los países en desarrollo explicar al público la razón por la que creen que las demandas que se les está haciendo, por parte de los países ricos, son demasiado onerosas.

 En la fórmula suiza, el recorte obligatorio será sobre el arancel inicial más alto. Por lo tanto, la fórmula está sesgada contra los países con aranceles más elevados. Y como en general, los países en desarrollo tienen aranceles más altos que los países desarrollados, por tanto, para un mismo coeficiente de recorte, los países en desarrollo que tienen que realizar mayores reducciones. Además, para cada línea arancelaria o nivel arancelario promedio, entre menor sea el coeficiente, mayor será el corte. Si el actual promedio de aranceles de los distintos países son conocidos, es posible calcular los efectos de la aplicación de diferentes coeficientes en ellos.

Así, son muy ilustrativos los resultados de un ejercicio de la aplicación de un coeficiente de 8 en los EUA y la UE, y de un coeficiente de 22 en los países en desarrollo. muestra resultados interesantes. El promedio de aranceles industriales consolidados de la UE es de 3,9%. La aplicación de un coeficiente 8 a esto lo reduciría a un arancel de 2,6%, lo que indica una reducción de 33%. Si el mismo coeficiente 8 se aplica a la tarifa media de EUA del 3,2% significaría un recorte de 29% a un nuevo nivel arancelario de 2,2%. Japón tiene un promedio de 2,3% de aranceles y la aplicación de un coeficiente 8 reduciría a un arancel1,7% o un 22% de recorte.

En promedio, los tres principales países desarrollados miembros de la OMC tendrían que reducir su promedio de aranceles industriales consolidados en tan sólo un muy modesto 28%, en caso de que se les aplique un coeficiente de 8.

Por otra parte, si un coeficiente de 22 se utiliza para un país en desarrollo como Brasil que tiene un arancel medio del 31%, habría una reducción de los aranceles promedio de 58% (de 31% al 13%). Para la India, con arancel medio del 34%, la reducción sería del 61% (de 34% al 13%). Para Indonesia, con un arancel medio del 36%, la reducción sería del 62% (de 36% a 14%). El promedio de corte de estos tres países es entre el 58- y - 62%. Así, los países en desarrollo que tienen mayor promedio arancelario tendrían que realizar aún mayor porcentajes de reducción.

En otras palabras, el rango de coeficientes propuestos por la Presidencia se traduciría en que muchos países en desarrollo tengan que reducir sus aranceles industriales en más de dos veces los índices de reducción de los principales países desarrollados. Pero incluso, suponiendo algunas flexibilidades para los países en desarrollo (que no se debe suponer ni ejercer, ya que esto es un mandato del Trato Especial y Diferenciado), esta cifra sigue siendo aproximada ya que las flexibilidad son tan estrechas, especialmente cuando se ven limitados por el valor del comercio. Y estoa es una clara violación al principio de la No Reciprocidad Plena (LTFR) (es decir, que los países en desarrollo se comprometen en menores obligaciones, que los países ricos).

Un intento de la Presidencia para explicar estas desigualdades a través de las complejidades de las definiciones de LTFR no ha tenido éxito. El proyecto ha sido muy duramente criticado por la mayoría de los países en desarrollo. La propuesta del Presidente, en los hechos significa un trato especial y diferenciado a la inversa, esto es, aplicable para los países desarrollados en lugar de para los países en desarrollo.

Con el fin de que el principio de No Reciprocidad Plena deba ser respetado, el porcentaje de recorte de los países en desarrollo tiene que ser inferior a la de los países desarrollados. Si la proporción es de dos tercios, luego entonces la de los países en desarrollo debe ser un recortar promedio de 19,4%, en comparación con el 28% de los tres países desarrollados. Un país con una media actual de aranceles industriales del 35% requeriría un coeficiente de 140, a fin de alcanzar una reducción de 20% de la tarifa promedio a 28%. Los países que ahora tienen una tarifa promedio de más del 35% requerirían de un coeficiente superior a 140 para lograr una reducción del 20%.

El hecho de que un alto coeficiente de 140 provoque risa en la actual atmósfera de las negociaciones de Doha revela el alcance de altos niveles de falta de transparencia y ofuscación que existe en las negociaciones de NAMA, en el que la confusión y las dificultades que implican la fórmula suiza han enturbiado el debate sobre las obligaciones que se les pide a los países que se comprometan.

En anteriores rondas, las negociaciones sobre recortes de aranceles industriales se llevaron a cabo principalmente sobre la base de porcentajes de reducción. Y para la agricultura, ya sea en la Ronda Uruguay o en las presentes negociaciones, los términos de las negociaciones también han sido en porcentajes de reducción. Hubiera sido mucho más fácil y transparente la realización de las negociaciones NAMA en los términos usuales, i. e. los porcentajes de reducción que deberían llevar a cabo diversas agrupaciones de países.

Por ejemplo, incluso si se quiere mantener el principio de "mayores reducciones a los aranceles más elevados", la formula de reducción de los niveles arancelarios consolidados utilizada en la agricultura podría haber sido utilizado en NAMA para hacer que el porcentaje de recortes de países desarrollados y en desarrollo sea más transparente. En la agricultura, se ha acordado que los países en desarrollo tendrían reducciones de dos tercios de las tasas de los países desarrollados, que es coherente al menos con una definición estricta de LTFR.

Los países desarrollados deliberadamente no han querido hacer público las comparaciones de las ofertas y demandas en NAMA, en términos de porcentaje de reducción. También se han resistido comparar los "niveles de ambición" entre el NAMA y la agricultura. Esto se debe a que las desigualdades en estas propuestas de NAMA de los países desarrollados se volverían mucho más evidente - no sólo dentro de los resultados de NAMA, sino también en comparación con lo que estos países están ofreciendo en la agricultura.

Las demandas de los países desarrollados y de la Presidencia en el texto NAMA de Julio 2008 también son desequilibradas en comparación con la agricultura – donde la oferta de los EUA en la ayuda interna sería sólo se reduciría un poco, y la oferta de la UE sería la de reducir sus tarifas un promedio de 50% (y con efecto inferior al que tendría si se tiene en cuenta a los Productos Sensibles).

Este doble desequilibrio - en primer lugar, con NAMA en sí mismo, y en segundo, entre el NAMA y la agricultura - es lo que constituye una parte de "la desigualdad en el tipo de cambio". Existe un significado aún mayor para el intercambio desigual sobre la mesa de negociaciones. A los países en desarrollo ni siquiera se les debería pedir "pagar" por los esfuerzos de los países desarrollados en la agricultura, incluso si estos esfuerzos fueran realmente para reducir las distorsiones (subsidios, aranceles y barreras no arancelarias) en su agricultura.

Esto se debe a que los países desarrollados tienen décadas gozando de una importante concesión de la exclusión de la agricultura de las normas del GATT del decenio de 1950 porque los países desarrollados la agricultura no habían sido capaces de competir. Se les permitieron alto subsidios agrícolas y restricciones cuantitativas a los países desarrollados, aunque éstos fueron prohibidos o muy restringidos para los productos industriales.

Luego, en la Ronda Uruguay, hubo un "tipo de cambio" (incluso más grande que la que ahora se está negociando en las conversaciones de Doha), contratado entre el Norte y el Sur - que el Norte acordó modificar la ruta y regresar la agricultura a las normas del comercio multilateral, y el Sur acordó tratar cuestiones no comerciales (en particular, servicios, propiedad intelectual y las medidas de inversión), bajo el ala y las normas de la OMC.

Posteriormente resultó que tantas lagunas se le han hecho al Acuerdo sobre la Agricultura que los países desarrollados no tuvieron que emprender la liberalización cuando se aplican sus compromisos de la Ronda Uruguay, y fueron capaces de imponer aranceles elevados, e incluso aumentar sus subvenciones internas.

 El propio acuerdo de la Ronda Uruguay reconoce que su Acuerdo sobre la Agricultura es sólo un punto de partida, y además mandata que tienen que llevarse a cabo negociaciones sobre la agricultura, para continuar con los "asuntos pendientes" de la Ronda Uruguay. De este modo, además de la eliminación de las distorsiones en los mercados agrícolas de los países desarrollados en el programa de la OMC, y negociaciones sobre esto se realizaba, también existía o no espacio para el lanzamiento de una nueva Ronda de negociaciones.
 
Los parámetros de estas negociaciones agrícolas - como continuación del proceso de reforma - se ha establecido en el artículo 20 del Acuerdo sobre la Agricultura de los tratados de Marrakech. Los cuatro parámetros establecidos en el tratado son los siguientes: "(a) la experiencia que a la fecha de aplicación de los compromisos de reducción, (b) los efectos de la reducción de los compromisos en el comercio mundial en agricultura, (c) las preocupaciones no comerciales, TRATO ESPECIALES Y DIFERENCIADO PARA LOS PAÍSES MIEMBROS EN DESARROLLO, y el objetivo de establecer un sistema comercial agrícola equitativo y orientado al mercado y LOS DEMÁS OBJETIVOS Y PREOCUPACIONES MENCIONADOS EN EL PREÁMBULO DEL PRESENTE CONVENIO, y (d) qué nuevos compromisos son necesarios para alcanzar los mencionados objetivos a largo plazo (el ÉNFASIS es nuestro).
 
Y el quinto y sexto párrafos del preámbulo en relación con los países en desarrollo, estipulan: "Habiendo convenido en que, en cumplimiento de sus compromisos sobre el acceso a los mercados, los países desarrollados Miembros deben tener plenamente en cuenta las necesidades y condiciones particulares de los países en desarrollo Miembros, estableciendo una mayor mejora de las oportunidades y las condiciones de acceso para los productos agrícolas de especial interés para estos Miembros, incluida la plena liberalización del comercio de productos agrícolas tropicales tal como se acordó en la Revisión Intermedia (de la Ronda Uruguay), y para los productos de particular importancia para la diversificación de la producción ante el crecimiento de los cultivos ilícitos de estupefacientes.

"Tomando nota de que los compromisos en el marco del programa de reforma debe hacerse de modo equitativo entre todos los Miembros, teniendo en cuenta las preocupaciones no comerciales, incluida la seguridad alimentaria y la necesidad de proteger el medio ambiente, teniendo en cuenta el acuerdo que el trato especial y diferenciado para el desarrollo a los países es un elemento integrante de las negociaciones, y teniendo en cuenta los posibles efectos negativos de la aplicación del programa de reforma en países menos adelantados y los importadores netos de alimentos a los países en desarrollo.”

 Es significativo que la Ronda Uruguay no mandató nuevas negociaciones sobre la reducción de los aranceles industriales. NAMA se añadió a la agenda de Doha como un "extra", principalmente por la demanda de los países desarrollados, y a pesar de las objeciones de varios países africanos. Por lo tanto, hay mucho para justificar el argumento de que la eliminación de distorsiones de la agricultura y se establecer una "gran mejora de las oportunidades y las condiciones de acceso para los productos agrícolas de especial interés para ellos (los países en desarrollo) Miembros" es la principal prioridad del programa de trabajo de Doha, y la liberalización de los aranceles industriales es un tema que es inferior en el orden del día, ni siquiera cuando el mandato de la Ronda Uruguay se concluyó con la firma del Tratado de Marrakech y sus acuerdos anexos.

El NAMA 11 ha propuesto que existan al menos una diferencia de 25 puntos entre el coeficiente para los países desarrollados y el coeficiente para los países en desarrollo. Por ejemplo, si el primero es 10, este último podría ser 35.

 En Potsdam, cuando Brasil y la India indicó que el coeficiente de 18 para los países en desarrollo era demasiado bajo, y que la cifra más razonable para poner sobre la mesa fuera de 30 a 35, los EUA y la UE de forma airada reprendieron a los dos países en desarrollo por esos "ridículos" números.
 
Otro aspecto del tipo de cambio entre la agricultura-NAMA es la denuncia de los países en desarrollo como Brasil, India y Sudáfrica de que en los últimos meses y semanas las negociaciones agrícolas se han centrado en dar cabida a las sensibilidades y preocupaciones defensivas de los países desarrollados (por ejemplo, en temas como los productos sensibles y la limitación arancelaria), mientras que en las negociaciones de NAMA las ya de por sí limitadas flexibilidades para los países en desarrollo se han reducido aún más (por ejemplo, la cláusula contra la concentración).
 
Mientras tanto, el desequilibrio se amplía con la evolución de las negociaciones sobre servicios. Los países desarrollados han presionado para tener un "texto servicios", aunque el Anexo C sobre los servicios en la Declaración Ministerial de Hong Kong ya sirve como un texto de modalidades, junto con las Directrices sobre las Negociaciones sobre Servicios. Y los EUA a mediados de noviembre de 2007 propusieron que la ambición de acceso a los mercados de servicios debiera ser comparable a la ambición en agricultura y NAMA. La mayoría de los países en desarrollo sostienen que la agricultura es el principal factor de la Ronda, seguido de NAMA, y que los servicios es sólo un tercer factor, por lo menos en términos de la secuencia. El documento de los EUA fue un intento de poner los servicios en las mismas condiciones que la agricultura y NAMA.

 En sus principales exigencias operacionales, el documento de los EUA también pidió que al texto de los servicios "instructivo de directrices a los Miembros" respondieran positivamente a las solicitudes bilaterales y plurilaterales, con miras a lograr una mayor liberalización, y reducir o eliminar los efectos negativos sobre el comercio de servicios como medio para proporcionar un acceso efectivo al mercado, ofreciendo compromisos para: (a) reflejar los niveles actuales de acceso a los mercados y al trato nacional, y (b) proporcionar nuevo acceso a mercados en sectores donde el comercio sigue teniendo impedimentos.

En una reunión informal de servicios del 15 de noviembre, el Brasil hizo una larga y detallada crítica a la propuesta de los EUA. En contraste, diez países en desarrollo (India, China, Brasil, Filipinas, Tailandia, Sudáfrica, Indonesia, Pakistán, Argentina y Marruecos), de hecho, emitieron un documento conjunto, exponiendo sus "posibles elementos de un texto servicios", que principalmente reafirmó el anexo C y el desarrollo de las flexibilidades del AGCS, al tiempo que pidieron mejorar y hacer compromisos significativos reafirmando sectores y modos de interés para los países en desarrollo.


La mayoría de los países en desarrollo han sido reacios a tener un texto, mientras que tres países (Venezuela, Cuba y Bolivia) han dejado claro que se oponen a cualquier texto en absoluto. El 17 de julio, el Presidente de las negociaciones sobre servicios publicó un informe en forma de un texto que en un párrafo prevé el lenguaje que contiene la mayoría de los puntos exigidos por los países desarrollados, entre ellos el que "Los Miembros deberán, en la mayor medida de lo posible, responder a las peticiones de oferta bilaterales y plurilaterales de manera más profunda y/o a compromisos más amplios. Estas respuestas deberán, cuando sea posible, reflejar los niveles actuales de acceso a los mercados y de trato nacional y proporcionar acceso a nuevos mercados y trato nacional en áreas donde existen importantes obstáculos, en particular, en sectores y modos de suministro de interés exportador para los países en desarrollo, tales como los modos 1 y 4, de conformidad con el artículo IV del AGCS."
 De este modo, a cambio de promesas de hacer algo en la agricultura que no equivalen a nada significativo, a los países en desarrollo se les pide que paguen un precio muy alto en la agricultura en sí (como algunos países en desarrollo se les pide que reduzcan sus aranceles mediante una fórmula que se traduce en más drásticos recortes que en la Ronda Uruguay); cortar drásticamente sus aranceles a las importaciones de bienes en NAMA, y mayor acceso a los mercados para las empresas de servicios de los países desarrollados.

 "De hecho, la presente oferta agrícola de la UE y de los EUA realmente no vale nada", según Chakravarthi Raghavan, un renombrado analista de las negociaciones de la OMC. "Y en cualquier caso, los países en desarrollo han pagado un precio tres veces mayor por adelantado (en la Ronda Uruguay que culminó en el Tratado de Marrakech) a cambio de las promesas y los compromisos de los países desarrollados que revertir el curso en la agricultura y llevar a cabo un programa de reforma. Por lo tanto, los países desarrollados no deben pedir nada a cambio. En la agricultura, ha hecho una regresión desde Marrakech. Y hay amplias pruebas de que han hecho trampa en términos de las notificaciones a la OMC sobre los importes de las subvenciones y apoyos". Este es el "tipo de cambio" que está sobre la mesa en las negociaciones de julio de 2008 las negociaciones vinculadas a la mini-ministerial.

Para que las negociaciones sean exitosas, los participantes deben estar dispuestos a "pensar fuera de la caja" - la caja de julio de 2008 en los textos sobre agricultura y servicios y los rangos de cifras en si mismos. Si las negociaciones son sólo sobre la base de recoger una cifra mágica exacta dentro de un intervalo, entonces la desigualdad de tipo de cambio será aceptado. Y esto no es un buen augurio para la reputación de la "Ronda del Desarrollo" de Doha y para el futuro de la Organización Mundial del Comercio.

 Versión al español de A. Villamar/RMALC
 Publicado en 6521dated SUNS # 21 Julio 2008
 Martin Khor de la Red del Tercer Mundo
https://www.alainet.org/pt/node/128789

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