Revelación del senador del Polo Democrático, Jesús Bernal Amorocho
Uribe volvería a violar soberanía de un país si el objetivo es eliminar a la guerrilla
16/03/2008
- Opinión
- Uribe notificó a todos los voceros de los partidos políticos colombianos que va a continuar con su actitud guerrerista. Alfiles del uribismo aplauden violación a soberanía ecuatoriana.
El presidente Álvaro Uribe todo lo que hizo en la Cumbre del Grupo de Río en Santo Domingo, República Dominicana, “no fue más que una pantomima”, pues dos días antes, reunido en la Casa de Nariño con los jefes de las bancadas partidistas con asiento en el Congreso para analizar la crisis con Ecuador y Venezuela, fue enfático y reiterativo en señalar que si se presentara nuevamente una situación similar en la que cayó abatido el comandante guerrillero Raúl Reyes, volvería a actuar de la misma manera, es decir, violando la soberanía de un país vecino.
La revelación la hizo en diálogo con CRONICÓN.NET, el senador del Polo Democrático Alternativo (PDA), Jesús Bernal Amorocho, quien asistió a la reunión con el mandatario en representación de este partido de izquierda.
“Ante semejante declaración, -recuerda el congresista del PDA- yo tomé la palabra y manifesté que bajo ninguna circunstancia nosotros avalamos intromisión alguna por noble o por ruin que sea la causa, a territorio de un país vecino”.
Uribe, señala Bernal Amorocho, notificó a todos los voceros de los partidos con asiento en el legislativo, que iba a continuar con su actitud guerrerista, “y dirigiéndose a mí me preguntó, ¿entonces qué hago? Yo le respondí: utilice los canales diplomáticos y las normas internacionales”.
En contraste, “todos los partidos uribistas respaldaron al mandatario mediante una declaración y le giraron un cheque en blanco, aduciendo que era un momento de unidad nacional. El Partido Liberal dio su respaldo a Uribe pero no giró el cheque en blanco, mientras que nosotros asumiendo la vocería del Polo Democrático nos abstuvimos de firmar la declaración”, afirma el senador Bernal Amorocho.
Alfiles uribistas apoyan violación
Pero no sólo el presidente Uribe es reiterativo en el nivel interno en señalar que no tendría ningún inconveniente de volver a violar soberanía de un país si se tratara de capturar o de dar de baja a un guerrillero, también lo han reiterado tanto su ministro de Defensa, Juan Manuel Santos Calderón, ficha clave de Washington en su intento de desestabilizar el gobierno venezolano de Hugo Chávez desde Colombia, como el jefe del ultraderechista partido Cambio Radical, Germán Vargas Lleras, caracterizado por sus posturas guerreristas y otro alfil de la coalición uribista.
En declaraciones al diario El Tiempo de Bogotá, de propiedad de la familia Santos, incrustada en el gobierno de Uribe y del neofranquista Grupo Planeta de España, Vargas Lleras sostuvo sin ambages que él “si justifica” la violación a territorio ecuatoriano para atacar el campamento de las FARC y dar de baja al comandante guerrillero Raúl Reyes.
Dijo que la operación militar colombiana “es el resultado de la negligencia y tolerancia del gobierno ecuatoriano”, y a renglón seguido afirmó: “yo aplaudo la acción del Gobierno de Uribe y me pareció que actúo debidamente. Era el único camino”.
Solitario en la región
A pesar del apoyo explícito de Washington, la soledad política del presidente Uribe en la cumbre del Grupo de Río fue tan abrumadora que luego de defenderse y de utilizar todo tipo de argumentos para atacar a sus colegas de Ecuador y Venezuela, debió conceder casi todo lo que había resistido durante el tenso debate. En primer término, se vio obligado a firmar un texto que ratifica la inviolabilidad de la soberanía territorial y promete no repetir el ataque, apenas minutos después de sostener que la seguridad de las personas es más importante que el territorio y que así se lo hace sentir su pueblo. Por eso, más allá de la celebración por el apaciguamiento obtenido, en la percepción de los mandatarios latinoamericanos quedó un sentimiento de desconfianza frente a su real compromiso. Más aún, cuando el presidente Hugo Chávez recordó que esta no es la primera vez que el gobierno colombiano viola la soberanía de un país vecino y trajo a colación el secuestro que protagonizó en Caracas del guerrillero Rodrigo Granda, el 13 de diciembre de 2004.
La desconfianza hacia Uribe también se hizo evidente luego de la distensión, cuando intentó sin éxito abrazar al presidente ecuatoriano Rafael Correa, quien lo mantuvo a la distancia de su firme brazo en un mero apretón de manos.
Correa afirmó que si bien buscará restablecer las relaciones diplomáticas con Colombia, su nexo personal con Uribe queda muy maltrecho y no buscará ningún tipo de aproximación, pues las supuestas “revelaciones” que éste hizo del computador de Raúl Reyes, ciertas o no, las cuales nada tenían que ver con la incursión colombiana a territorio ecuatoriano, ya que aparecieron después, le ha dado herramientas a los sectores de oposición tanto de Ecuador como de Venezuela, los cuales se regocijan dando vuelo a acusaciones sin mayor fundamento y el mandatario colombiano encuentra en ellos aliados para desestabilizar esos gobiernos.
Uribe trata de imponer en el campo internacional lo que ha logrado en el campo interno: que sus convicciones sean aceptadas como valores y objetivos superiores, y que por eso, partiendo de que “el fin justifica los medios”, se puede transgredir cualquier norma o desconocer toda institucionalidad. Y desde el punto de vista mediático, vender la idea internamente de que quien no está con él es aliado de la guerrilla, y, ante la comunidad internacional, del terrorismo.
Mano estadounidense
Especialistas militares latinoamericanos sospechan que la incursión sobre territorio ecuatoriano fue obra directa de militares estadounidenses, que usaron bombas inteligentes. El propio gobierno colombiano sostuvo que gracias a agencias internacionales y mediante la detección de las comunicaciones se localizó a Raúl Reyes; eso en otras palabras quiere decir que Estados Unidos colaboró o participó en esa forma; pero además no parece probable que Colombia tenga la tecnología ni la suficiente capacidad operativa para una “operación quirúrgica” como sería bombardear a las dos de la mañana un blanco en medio de una selva impenetrable; para esto no basta saber unas coordenadas; tuvo que hacerse con una “bomba inteligente” que requiere ser guiada por instrumentos de alta sofisticación como los que en Afganistán lograban llegar con precisión a las cuevas donde se suponía que se escondía Bin Laden.
El presidente Álvaro Uribe todo lo que hizo en la Cumbre del Grupo de Río en Santo Domingo, República Dominicana, “no fue más que una pantomima”, pues dos días antes, reunido en la Casa de Nariño con los jefes de las bancadas partidistas con asiento en el Congreso para analizar la crisis con Ecuador y Venezuela, fue enfático y reiterativo en señalar que si se presentara nuevamente una situación similar en la que cayó abatido el comandante guerrillero Raúl Reyes, volvería a actuar de la misma manera, es decir, violando la soberanía de un país vecino.
La revelación la hizo en diálogo con CRONICÓN.NET, el senador del Polo Democrático Alternativo (PDA), Jesús Bernal Amorocho, quien asistió a la reunión con el mandatario en representación de este partido de izquierda.
“Ante semejante declaración, -recuerda el congresista del PDA- yo tomé la palabra y manifesté que bajo ninguna circunstancia nosotros avalamos intromisión alguna por noble o por ruin que sea la causa, a territorio de un país vecino”.
Uribe, señala Bernal Amorocho, notificó a todos los voceros de los partidos con asiento en el legislativo, que iba a continuar con su actitud guerrerista, “y dirigiéndose a mí me preguntó, ¿entonces qué hago? Yo le respondí: utilice los canales diplomáticos y las normas internacionales”.
En contraste, “todos los partidos uribistas respaldaron al mandatario mediante una declaración y le giraron un cheque en blanco, aduciendo que era un momento de unidad nacional. El Partido Liberal dio su respaldo a Uribe pero no giró el cheque en blanco, mientras que nosotros asumiendo la vocería del Polo Democrático nos abstuvimos de firmar la declaración”, afirma el senador Bernal Amorocho.
Alfiles uribistas apoyan violación
Pero no sólo el presidente Uribe es reiterativo en el nivel interno en señalar que no tendría ningún inconveniente de volver a violar soberanía de un país si se tratara de capturar o de dar de baja a un guerrillero, también lo han reiterado tanto su ministro de Defensa, Juan Manuel Santos Calderón, ficha clave de Washington en su intento de desestabilizar el gobierno venezolano de Hugo Chávez desde Colombia, como el jefe del ultraderechista partido Cambio Radical, Germán Vargas Lleras, caracterizado por sus posturas guerreristas y otro alfil de la coalición uribista.
En declaraciones al diario El Tiempo de Bogotá, de propiedad de la familia Santos, incrustada en el gobierno de Uribe y del neofranquista Grupo Planeta de España, Vargas Lleras sostuvo sin ambages que él “si justifica” la violación a territorio ecuatoriano para atacar el campamento de las FARC y dar de baja al comandante guerrillero Raúl Reyes.
Dijo que la operación militar colombiana “es el resultado de la negligencia y tolerancia del gobierno ecuatoriano”, y a renglón seguido afirmó: “yo aplaudo la acción del Gobierno de Uribe y me pareció que actúo debidamente. Era el único camino”.
Solitario en la región
A pesar del apoyo explícito de Washington, la soledad política del presidente Uribe en la cumbre del Grupo de Río fue tan abrumadora que luego de defenderse y de utilizar todo tipo de argumentos para atacar a sus colegas de Ecuador y Venezuela, debió conceder casi todo lo que había resistido durante el tenso debate. En primer término, se vio obligado a firmar un texto que ratifica la inviolabilidad de la soberanía territorial y promete no repetir el ataque, apenas minutos después de sostener que la seguridad de las personas es más importante que el territorio y que así se lo hace sentir su pueblo. Por eso, más allá de la celebración por el apaciguamiento obtenido, en la percepción de los mandatarios latinoamericanos quedó un sentimiento de desconfianza frente a su real compromiso. Más aún, cuando el presidente Hugo Chávez recordó que esta no es la primera vez que el gobierno colombiano viola la soberanía de un país vecino y trajo a colación el secuestro que protagonizó en Caracas del guerrillero Rodrigo Granda, el 13 de diciembre de 2004.
La desconfianza hacia Uribe también se hizo evidente luego de la distensión, cuando intentó sin éxito abrazar al presidente ecuatoriano Rafael Correa, quien lo mantuvo a la distancia de su firme brazo en un mero apretón de manos.
Correa afirmó que si bien buscará restablecer las relaciones diplomáticas con Colombia, su nexo personal con Uribe queda muy maltrecho y no buscará ningún tipo de aproximación, pues las supuestas “revelaciones” que éste hizo del computador de Raúl Reyes, ciertas o no, las cuales nada tenían que ver con la incursión colombiana a territorio ecuatoriano, ya que aparecieron después, le ha dado herramientas a los sectores de oposición tanto de Ecuador como de Venezuela, los cuales se regocijan dando vuelo a acusaciones sin mayor fundamento y el mandatario colombiano encuentra en ellos aliados para desestabilizar esos gobiernos.
Uribe trata de imponer en el campo internacional lo que ha logrado en el campo interno: que sus convicciones sean aceptadas como valores y objetivos superiores, y que por eso, partiendo de que “el fin justifica los medios”, se puede transgredir cualquier norma o desconocer toda institucionalidad. Y desde el punto de vista mediático, vender la idea internamente de que quien no está con él es aliado de la guerrilla, y, ante la comunidad internacional, del terrorismo.
Mano estadounidense
Especialistas militares latinoamericanos sospechan que la incursión sobre territorio ecuatoriano fue obra directa de militares estadounidenses, que usaron bombas inteligentes. El propio gobierno colombiano sostuvo que gracias a agencias internacionales y mediante la detección de las comunicaciones se localizó a Raúl Reyes; eso en otras palabras quiere decir que Estados Unidos colaboró o participó en esa forma; pero además no parece probable que Colombia tenga la tecnología ni la suficiente capacidad operativa para una “operación quirúrgica” como sería bombardear a las dos de la mañana un blanco en medio de una selva impenetrable; para esto no basta saber unas coordenadas; tuvo que hacerse con una “bomba inteligente” que requiere ser guiada por instrumentos de alta sofisticación como los que en Afganistán lograban llegar con precisión a las cuevas donde se suponía que se escondía Bin Laden.
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