Proteger a los palestinos

14/06/2007
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El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, contempla el envío de una fuerza multinacional de interposición a la Franja de Gaza. Detalle interesante: esta vez no se trata de proteger a los civiles palestinos de los abusos cometidos por el ejército israelí, ni a los pobladores del Estado judío de hipotéticos ataques terroristas llevados a cabo por grupúsculos radicales allegados al movimiento de resistencia islámica. No, por muy extraño que ello parezca, esta vez la misión de los “cascos azules” consistiría en proteger a los palestinos de sí mismos…

¿Cómo se ha llegado a esta situación? ¿Quién desencadenó esta oleada de violencia que culmina con los sangrientos enfrentamientos entre las milicias de Hamas y las fuerzas de seguridad controladas por Al Fatah?

Los combates fratricidas registrados en la Franja de Gaza durante las últimas semanas ponen de manifiesto el total fracaso del Gobierno de Unidad Nacional creado para evitar el aislamiento político y el estrangulamiento económico ideados por la clase política israelí e implementada por la mayoría de las potencias occidentales, lideradas por la Administración Bush. En efecto, el rechazo sistemático de cualquier tipo de dialogo con el Gobierno islámico de Ismail Haniyeh llevó a la descomposición de las instituciones palestinas, a la deconstrucción del proyecto nacional de la OLP de Yasser Arafat. Aun así, los reiterados intentos de borrar al movimiento de resistencia islámica (Hamas) del mapa político palestino fracasaron. Ante la imposibilidad de cambiar el rumbo de la historia e imponer el reinado de hombres de paja dóciles y manipulables, las autoridades de Tel Aviv optaron por la política del “cuanto peor, mejor”. Un arma de doble filo que podría causar estragos en la propia sociedad israelí.

La idea de convertir a los actuales líderes de Al Fatah en simples gendarmes del Estado judío generó la lógica reacción de protesta en el seno de una sociedad palestina hambrienta, dividida y humillada. Los recientes atentados fallidos contra el Presidente Abbas y el Primer Ministro Haniyeh, perpetrados por elementos “incontrolados” han puesto de manifiesto la existencia de planes de desestabilización diseñados fuera de los territorios palestinos, así como la omnipresencia de los servicios de inteligencia extranjeros en la supuestamente “liberada” Franja de Gaza.

En realidad, los artífices de las maniobras desestabilizadoras no pretenden acabar únicamente con el poderío de Hamas. Detrás de sus múltiples intentos de promover la desbandada y el caos se divisa otro proyecto, más ambicioso y peligroso: se trata de neutralizar y desarticular el proyecto nacional palestino. Obviamente, eso se consigue sólo mediante la violencia y la atomización de la sociedad civil de Gaza y Cisjordania.

Aparentemente, las Naciones Unidas pretenden proteger a los palestinos de sí mismos. Pero, ¿quién les ha protegido de los enemigos –internos o externos- en las últimas cinco décadas?

Adrián Mac Liman

Escritor y periodista, miembro del Grupo de Estudios
Mediterráneos de la Universidad de La Sorbona (París)

Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias  (CCS), España.


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