La medición del tiempo

30/12/2007
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Desde que la vida humana se hizo presente en este planeta hubo necesidad de medir el tiempo. El ser racional, que desde siempre se ha sentido el eje del universo, aunque la naturaleza siempre le ha indicado que se ubique tanto en sus grandezas como en sus limitaciones, vive sujeto a la contabilidad del tiempo y fue la sabiduría que fue adquiriendo con la observación la que le enseñó a medirlo de acuerdo al movimiento de los astros y ello le ha permitido escribir su propia historia.

Historia que se traduce en experiencia o en fatalidad cuando no aprende de la misma. Tres son los ejes del tiempo: día, mes y año. Cuando llega a su fin el ciclo de los doce meses, regidos por la luna, es el momento en que el ser humano en lo general hace un recuento de lo actuado para reiniciar el nuevo periodo con renovadas perspectivas. Por su propia naturaleza los errores, los fracasos y los retrocesos los desecha en la idea renovadora de los nuevos tiempos.

El índice matemático crea los calendarios en base a consideraciones astronómicas. Alejandra León Castellá de la Fundación CIENTEC, recoge o son suyas, no lo sabemos, pensamientos que ahora reproducimos por su frescura y profundidad: El paso del tiempo se ubica entre la eternidad y un instante. Los períodos aburridos o dolorosos parecen extenderse para siempre, en cambio, ante besos, risas, trabajo intenso, juego divertido, compañía grata el tiempo vuela.

Por eso algunas personas observan los cambios en su cuerpo (uñas, pelo, arrugas, etc.), como evidencias del paso del tiempo. Otros usan como referencia rituales, otros eventos que marcan la memoria, los hay que son esclavos de la agenda y el reloj mientras que otros siguen indicadores ambientales. En el área pública, casi todos funcionamos bajo un mismo calendario, el gregoriano, y a veces con horarios muy parecidos.

Este calendario divide el tiempo y lo agrupa en distintos intervalos (días, meses, años). Su evolución fue el resultado del seguimiento a los astros, paralelo al desarrollo matemático. A ello se sumaron tradiciones pasadas de una cultura a otra y ajustes realizados en su perfeccionamiento. En este desarrollo, se separó de otros calendarios religiosos y rituales, algunos de los cuales funcionan aún de manera paralela.

Los Aztecas, como todo pueblo primitivo, en su afán por encontrar una solución a los problemas que para ellos representaban las fuerzas de la naturaleza y que no comprendían, aunque si sentían sus efectos benéficos o dañinos, las adoraron y formaron una religión llena de temores y de esperanzas en torno a ellas.

La existencia del pueblo Azteca giraba en torno a su religión, en la cual su Dios principal y todopoderoso era Tonatiuh -el Sol-, al que atribuyeron las bondades y los defectos de los humanos, pero con un gran poder sobrenatural.

Así es la naturaleza humana, creó una variedad de culturas, pero siempre en necesidad inmutable de medir el tiempo. La religiones todas, cristianas, musulmana, hebrea, mahometana, todas, fueron fundamentales en considerar el paso del tiempo, adosado con sus creencias propias, pero siempre en la adoración a un ser supremo. Al tiempo nadie se puede sustraer, por eso mismo aprovechemos para desearles a todos ustedes amigos radioescuchas y lectores y a todos los suyos felicidad, tranquilidad, trabajo y progreso en todos los órdenes de vida.

- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor, vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.
teodoro@libertas.com.mx

https://www.alainet.org/pt/node/119373
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