Cuando en la noche de ayer le fue añadido a la Manta de la Solidaridad un retazo de tela con los símbolos que identifican a las cubanas y a la propia Isla: su bandera, una palma y una paloma blanca, quedó sellada, en hermoso gesto solidario, la hermandad que une al movimiento femenino de la Mayor de las Antillas con la Marcha Mundial de Mujeres. Más de dos mil cubanas se reunieron en la Tribuna Antiimperialista “José Martí” —ubicada frente al malecón habanero y a la Oficina de Intereses de los EE.UU. en la isla— para escuchar el mensaje de las haitianas, leído por Eveline Larrieux, de la Coordinadora Nacional por los Derechos de las Mujeres Haitianas (KONAP) Yolanda Ferrer, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), recibió de manos de varias representantes de organizaciones femeninas haitianas el simbólico paño, el cual partirá mañana hacia Honduras para continuar su recorrido global y concluir en octubre, en Burkina Faso, África. La tela, al igual que la Carta Mundial de las Mujeres por la Humanidad, simbolizan las aspiraciones de un grupo poblacional, tradicionalmente menos favorecido, que reclama derechos principales como libertad, igualdad, paz, justicia y solidaridad. Magalys Arocha, miembro del secretariado nacional de la FMC, dio lectura a la Carta a la Humanidad, cuyo contenido expresa el deseo de construir un mundo donde no existan explotación, pobreza, exclusiones, desigualdades, injustos bloqueos y la voz de las mujeres sea escuchada y tenida en cuenta en la toma de decisiones a todos los niveles de la sociedad contemporánea. La Marcha Mundial de Mujeres, una red global que agrupa a más de cinco mil agrupaciones femeninas de 163 naciones, está compuesta por grupos de mujeres de diferentes orígenes étnicos, culturas, religiones, políticas, clases, edades y orientaciones sexuales. Su propósito es la lucha contra la pobreza y la violencia. En diciembre de este año celebrará en Rwanda, país de la región de los grandes lagos africanos, su V Encuentro Internacional.