Poder corporativo 2003
01/01/2004
- Opinión
De las cien economías más grandes del mundo, 51 son
corporaciones transnacionales, no países. Estas grandes
empresas usan su enorme poder para influir y hasta dictar
las políticas sociales, económicas y comerciales de las
naciones, usurpando los roles y responsabilidades del
sector público, amenazando así la democracia y los
derechos humanos, advierte el Grupo de Acción sobre
Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC)
Cuando se habla de corrupción corporativa en la prensa
comercial, el enfoque es sobre delincuentes individuales,
como Enron, WorldCom y Arthur Andersen, como si
simplemente se tratara de dos o tres manzanas podridas.
Pero en su reciente informe "Oligopoly Inc.:
Concentration in Corporate Power 2003", el Grupo ETC dice
que "las firmas transnacionales continúan avasallando a
gobiernos y subvirtiendo la soberanía nacional. Cuando
los gobiernos sirven a intereses corporativos en lugar de
los intereses de sus ciudadanos, se socava la democracia,
se destruye la diversidad y se arriesgan los derechos
humanos."
El informe usa como referencia una base de datos del
Banco Mundial publicada en julio, entre muchas otras
fuentes. Los datos incluyen los siguientes:
* El megadetallista Wal-Mart es la corporación más grande
del mundo. El año pasado su ingreso total fue de $246,525
millones, una suma mayor que el producto doméstico bruto
(PDB) de Suecia, Austria o Noruega. Es la décimonovena
economía más grande del mundo.
* Puerto Rico, con un PDB de $67,897 millones, queda en
el lugar 66, justo encima de Verizon, cuyo ingreso anual
es de $67,625 millones. Nuestra economía es más grande
que la de Hungría, Chile y Nueva Zelandia. Pero nos
quedamos pequeños ante una veintena de empresas como IBM
($83,132 millones), General Electric ($131,698 millones),
Toyota ($131, 754 millones) y Exxon-Mobil ($182,466
millones).
* Las ventas combinadas de las 200 corporaciones más
grandes del mundo constituyen 29% de la actividad
económica mundial pero sin embargo emplean sólo 0.9% de
la fuerza trabajadora del mundo.
Rumbo al monopolio
Según el Grupo ETC, en el día de hoy las corporaciones
tienden a la convergencia a un paso totalmente desbocado.
En el sector farmacéutico, las firmas Pfizer y Pharmacia
se fusionaron en abril para crear un gigantesco
conglomerado. El engendro resultante, Pfizer Pharmacia,
es la farmacéutica más grande del mundo, sus ventas
anuales son de $42,281 millones y posee 12% del mercado
mundial farmacéutico.
Sus rivales se han quedado enanos. Glaxo Smithkline queda
en segundo lugar, con 8% del mercado ($26,979 millones en
ventas) y Merck con 6% ($21,631 millones). Probablemente
veremos pronto estas compañías y otras como AstraZeneca,
Novartis y Aventis, combinarse también para poder
competir con Pfizer Pharmacia.
Vemos esta tendencia en otros sectores también. Tras
tragarse a varios de sus mayores competidores, como Sam's
Club, Wal-Mart domina el negocio de ventas al detal en
Norteamérica. Su ingreso es casi cuatro veces mayor que
el de su competidor más cercano, el detallista francés
Carrefour; y es seis veces más grande que el enorme
detallista Costco. Wal-Mart comenzó a vender alimentos en
1988, y ahora es la mayor cadena de supermercado del
mundo, con $50 mil millones en ventas de alimentos en
Estados Unidos.
Patentemente absurdo
Una táctica monopolista menos conocida pero no menos
importante son los derechos de propiedad intelectual
(DPI). Mediante leyes nacionales, tratados de libre
comercio y las disposiciones de la Organización Mundial
de Comercio, los DPI otorgan derechos de monopolio
(patentes) a individuos, empresas y gobiernos sobre
productos intangibles del ingenio humano, como procesos
industriales, programas de computadora , medicinas ,
música, libros y películas.
En años recientes estos derechos han sido extendidos a
los seres vivos y sus componentes. Hoy vemos compañías de
biotecnología patentando semillas, árboles, secuencias
genéticas, proteínas y hasta células humanas.
Pero los DPI se están haciendo absurdamente onerosos, aún
para las transnacionales. Desde 1995 el número de
demandas relacionadas con patentes en las cortes
estadounidenses ha aumentado diez veces más rápido que
otros tipos de litigación, y algunos expertos predicen
que de continuar las tendencias actuales, para 2005 se
gastarán $500 mil millones anuales en la adquisición y
defensa de patentes en Estados Unidos.
Es por esto que las grandes compañías ahora están
compartiendo patentes. En abril de 2002 Monsanto y
Dupont, empresas que dominan el negocio de las semillas y
el campo de la biotecnología agrícola, acordaron
compartir sus patentes de variedades de semillas
lucrativas. En los meses que siguieron Monsanto llegó a
acuerdos similares con Dow Agrosciences y Bayer
Cropscience. El Grupo ETC sostiene que las autoridades
antimonopolistas deben tomar acción contra este tipo de
arreglo ya que equivalen a la creación de carteles
globales de tecnología que eliminarán a los pequeños
competidores y dejarán a los consumidores con menos y
menos opciones.
Convergencia tecnológica
Otra tendencia que identifica el informe del Grupo ETC es
la convergencia de tecnologías. A medida que se
consolidan las corporaciones es imperativo capitalista el
combinar las tecnologías. Primero vimos las corporaciones
que venden semillas y otros insumos agrícolas combinarse
con compañías químicas para formar la industria
agroquímica. Luego, con el desarrollo de la ingeniería
genética, las agroquímicas comenzaron a fusionarse con
las farmacéuticas para formar gigantes corporativos que
se dedican a las ciencias de la vida (life sciences).
Estas compañías esperan poder usar la biotecnología para
controlar nuestra alimentación y salud, las dos bases
materiales de la vida humana.
Las ciencias de la vida se han combinado con la
informática para acelerar el desarrollo de ambas. Los
resultados han sido impresionantes:
* Tomó doce años y 250 personas para descifrar la
secuencia genética de la bacteria E. Coli. Pero en
septiembre la firma CuraGen anunció que puede descifrar
la secuencia genética de un virus en sólo dos horas.
* Le tomó al Proyecto del Genoma Humano diez años de
trabajo y $2,700 millones para secuenciar el código
genético de nuestra especie. Hace apenas tres meses la
compañía Affymetrix anunció que desarrolló un chip con
toda la información del genoma humano, que costará $500
cada uno. Este aparato, del tamaño de una uña, le
permitirá a su usuario analizar todos los genes en
cualquier tejido humano.
Toda esta información genética será usada para la
creación de semillas, alimentos, medicamentos,
agroquímicos y mucho más. Pero dentro del contexto de
monopolios sobre patentes y consolidación corporativa,
estos adelantos tecnológicos se darán en servicio de las
grandes empresas.
¿Entonces?
¿Qué implican estas tendencias corporativas y
tecnológicas para la justicia social y el desarrollo
sustentable? El Grupo ETC sostiene que retar la hegemonía
de las transnacionales requerirá debate y participación
pública a nivel local, nacional e internacional.
Recomienda la organización que la ONU reactive su Centro
sobre Corporaciones Transnacionales, que cerró en 1993, y
que se apruebe una convención internacional para evaluar
nuevas tecnologías.
Puerto Rico, Claridad, 1 de enero 2004
https://www.alainet.org/pt/node/109040
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