Femicidio en Guatemala
25/09/2003
- Opinión
La violencia generalizada, la inseguridad ciudadana y el crimen organizado,
lacras que se han instalado en Guatemala, han afectado de manera particular a
sectores altamente vulnerables, entre ellos, las mujeres.
Imágenes impactantes, fotografías y noticias degradantes que reflejan la
descomposición social y una actitud calificada de "misógena" por expertas en la
materia, ponen ante la sociedad una temática que, a pesar de su gravedad, no se
aborda con la seriedad que requiere, ni se toman medidas para combatirla.
De enero de 2002 a agosto de 2003 se reportaron 291 muertes violentas de mujeres,
que da un promedio mensual de 14, pero que según datos de organizaciones
feministas, como la Red de la No Violencia contra la Mujer y el Foro Nacional de
la Mujer, la cantidad de asesinadas se incrementa diariamente.
La mayoría de mujeres asesinadas sufrieron ataques con arma de fuego, otras
fueron heridas, un número considerable fue víctima de torturas o fueron violadas
sexualmente previo a ser asesinadas por sus agresores. Muchas aparecieron en
costales, bolsas plásticas, atadas de pies y manos o fueron lanzadas al vacío
desde un taxi, según el análisis y los datos estadísticos de un monitoreo
realizado por la Agencia Cerigua.
El estudio presentado recientemente a la sociedad civil, medios de comunicación y
representantes internacionales, revela que la violencia en contra de las mujeres
no se manifiesta únicamente a través de asesinatos, secuestros o desapariciones,
sino que muchas han sufrido graves heridas.
Esta violencia contra las mujeres, entre quienes se cuentan varias jovencitas,
casi niñas, provoca secuelas que las marca para el resto de sus vidas, ataques
que dañan su integridad no sólo física, sino también psicológica.
La información publicada, coloca frente al lector, una realidad dramática: más
del 50% de la población guatemalteca está siendo afectada por la violencia, la
discriminación, exclusión y la opresión, pero además es víctima de la
indiferencia gubernamental.
Los funcionarios encargados de la seguridad pública tienen sobre sus espaldas y
en sus conciencias, el peso de esta agresión sistemática, fenómeno que además de
ser una muestra la descomposición social, evidencia la fragilidad del sistema de
justicia y la falta de interés en superarla lo que constituye una prueba
irrefutable que en este país continúan las flagrantes violaciones a los derechos
humanos, ahora con características de femicidio.
Los lugares en donde se ha ejercido en mayor número la violencia en contra de las
mujeres son los centros urbanos, principalmente la ciudad capital, en donde hay
zonas densamente pobladas por sectores calificados como pobres o en extrema
pobreza.
Los meses más violentos fueron agosto y septiembre de 2002 con un registro de 23
asesinatos, mientras que mayo reportó 22, diciembre 21 y agosto de este año 20
hechos . Los lugares más peligrosos a nivel nacional son la capital, Mixco,
Escuintla, San Marcos y Quetzaltenango.
Los diez métodos más utilizados para dar muerte a las mujeres, publicados por los
medios consultados, fueron: baleadas violadas y asesinadas y apuñaleada, sin
descartar las muertes por tiro de gracia, que recuerdan los métodos utilizados
por los cuerpos de seguridad y grupos paralelos, en aplicación de la política
contrainsurgente.
Otros delitos cometidos en contra de las mujeres han sido los secuestros. En el
período monitoreado 78 mujeres desaparecieron misteriosamente o fueron
secuestradas, hechos que se publicaron hasta que las fuerzas de seguridad
intervinieron o luego de que se pagó el rescate.
El trabajo de investigación de Cerigua concluye asegurando que en Guatemala, al
igual que el resto del mundo, la condición general de las mujeres no es igual o
superior a la de los hombres y que en el tema de seguridad es urgente que se
exija a las autoridades el diseño de políticas que garanticen la erradicación de
la desigualdad y sobre todo de la violencia en contra de las mujeres.
Si como sociedad no somos capaces de alertar y denunciar estos hechos
deleznables, que si bien es cierto no sólo afectan a las mujeres, pero que en
este caso de estudio, se enfoca hacia ese sector mayoritario de la población, nos
convertiremos en cómplices de la injusticia y de la impunidad.
https://www.alainet.org/pt/node/108458
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