Todos nacemos libres y somos iguales en dignidad y en derechos. Todos tenemos derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad personal y social. Todos tenemos derecho a proteger la casa, la familia y la honra. Todos tenemos derecho al trabajo digno y bien remunerado. Todos tenemos derecho al descanso, al ocio y a la diversión. Todos tenemos derecho a la salud y a la asistencia médica y hospitalaria. Todos tenemos derecho a la instrucción, al arte y a la cultura. Todos tenemos derecho a la protección social en la infancia y en la vejez. Todos tenemos derecho a la organización popular, sindical y política. Todos tenemos derecho a elegir y a ser elegidos para las funciones de gobierno. Todos tenemos derecho a una información verdadera y correcta. Todos tenemos derecho a ir y venir, cambiar de ciudad, de región y de país. Todos tenemos derecho a no sufrir ningún tipo de discriminación. Todos somos iguales ante la ley. Nadie puede ser encarcelado arbitrariamente ni privado del derecho a la defensa. Toda persona es inocente hasta que la justicia, basada en la ley, demuestre lo contrario. Todos tenemos la libertad de pensar, de manifestarnos, de reunirnos y de creer. Todos tenemos derecho al amor y a los frutos del amor. Todos tenemos el deber de respetar y proteger los derechos de la comunidad. Todos tenemos el deber de luchar por la conquista y ampliación de estos derechos.