Judíos y árabes pueden vivir en paz (III y última)

06/08/2014
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En la segunda parte de este artículo, concluimos que Israel es un aliado de EEUU en sus planes geopolíticos en el Medio Oriente. Los judíos del siglo XXI que viven en tierras palestinas se sienten como los migrantes europeos que poblaban a sangre y fuego el oeste norteamericano a fines del siglo XIX o los holandeses (boer) en Africa del Sur. Al igual que los ‘conquistadores’ del ‘Wild West’ (bajo la hábil dirección de Wall St. y los barones ferroviarios), las diversas corrientes que constituyeron el Estado de Israel a fines de la década de 1940  nunca plantearon un régimen de convivencia con los palestinos. Al contrario, éstos fueron expulsados a la fuerza de sus comunidades. La derechización reciente de los gobiernos israelís parece reiterar esta política utilizando aún más violencia. La idea dominante en el establishment israelí es acabar con los palestinos, su proyecto de Estado y ocupar la totalidad de sus tierras.
 
El problema con esta política es que para hacerla viable, Israel tendría que trazar un objetivo estratégico de ocupación de la totalidad de la región árabe (desde Marruecos hasta Irak). EEUU no contempla esa variable y, sin su aliada, Israel debe mantenerse dentro de Palestina. Washington, a su vez, está obligada a seguir armando al Estado de Israel.
 
Los altos mandos de EEUU no contemplan un Estado de Israel conquistando el mundo árabe. Para Washington, Israel es su ‘portaviones’, anclado en el Medio Oriente. Israel ha convertido en protectorados a Jordania, al Kurdistán y al nuevo ‘califato’ de Irak. Es aliado de Arabia Saudita y Egipto. Mantiene, a pesar de sus errores, relaciones con Turquía. Si Israel se encuentra en un vecindario rodeado de tantos supuestos ‘amigos’, ¿por qué no puede resolver sus problemas con los palestinos? ¿Por qué insiste en construir murallas en Cisjordania y masacrar sistemáticamente a la población de la Franja de Gaza?
 
La respuesta a estas preguntas creo que descansa en tres factores. 1. El estado de guerra permanente en que se encuentra Israel tiene que identificar un enemigo. Ese enemigo es la Autoridad Palestina y el Partido Hamas. Los perseguirán, los masacrarán, pero no pueden acabar con ellos. No hay ‘solución final’. 2. Aún más importante, Israel no tiene verdaderos ‘amigos’ en el Medio Oriente, a pesar de las simulaciones de sus vecinos. Arabia Saudita es enemiga de Egipto y el país del Nilo no tiene buenas relaciones con Turquía. El Califato (una mezcla de sunni, baath y otros grupos), los shii en Bagdad, Assad en Damasco y los kurdos se muerden las colas, instigados por Israel. Finalmente, los emiratos árabes, Kuwait y los otros antros que mantiene EEUU en el Golfo Pérsico pagarían igualmente a sus mercenarios para invadir a Israel como hoy subvencionan al emir Bagdadi en Mosul. Por último, 3. EEUU puede cambiar de aliado en el Medio Oriente tan rápido como cuando decidió abandonar sus jeques árabes y optó por Israel. Una situación como ésta no se ve en el horizonte. Sin embargo, Israel no la descarta. Por algo sus relaciones con China son muy buenas. Con Rusia quizás nunca han estado mejores. Alemania y sus aliados no quieren caer nuevamente en una trampa como la montada por EEUU recientemente en Ucrania.
 
¿Hasta cuándo seguirá la masacre en la Franja de Gaza y los asesinatos en los territorios ocupados?
 
Para esta pregunta también hay tres respuestas: 1. Los palestinos seguirán siendo castigados sin piedad mientras que el desarrollo del capitalismo sea dependiente del petróleo que sale de las entrañas de los desiertos del Medio Oriente. Cuando el petróleo se convierta nuevamente en una mercancía de poco valor, los ejércitos ocupantes se retirarán, las guerras se acabarán y los árabes regresarán a ser productores eficientes como lo fueron entre los siglos VII y XVIII. 2. Mientras que los árabes no recuperen su capacidad de organizar un Estado soberano y promuevan un proyecto de Nación, basado en sus propios intereses, los palestinos no se liberarán del yugo israelí. ¿Tendrán que esperar que el sistema capitalista mundial cambie de fuente de energía? y 3. El sufrimiento terminará cuando el Estado de Israel termine disolviéndose y su población judía se integre a esa futura nación árabe. Por más de mil años, judíos y árabes convivieron pacíficamente en los califatos de Córdoba y Damasco, juntos con otros pueblos.
 
Ambos pueblos pueden vivir en paz.
 
7 de agosto de 2014.
 
- Marco A. Gandásegui, hijo, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA
 
https://www.alainet.org/pt/node/102275
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