Temporada de protestas
- Opinión
Hoy, 21 de enero, se inicia la temporada de protestas 2020 que seguramente se extenderán todo el año. Y, decimos ‘seguramente’, porque ni al Gobierno y ni al Congreso (que no se puede dejar por fuera), no se les ve intención de escuchar las demandas sociales. Por el contrario, a cada reclamo responden con más de lo mismo. Ejemplos al canto: se expidió la reforma tributaria regresiva por lo proclive al gran capital y dura con las clases medias y los consumidores; se expidió el decreto-ley sobre el holding financiero oficial, una privatización teórica de las entidades financieras del Estado; se decretó un salario mínimo paupérrimo; se prosigue a las escondidas con las reformas pensional y laboral; se ignora el calvario del sistema sanitario; los líderes sociales siguen desamparados tributando su vida en un país recapturado por la violencia y las guerras puntuales en los territorios de la Colombia ‘profunda’; no se pone en marcha decididamente los acuerdos de paz de hace tres años y avanza la eliminación de desmovilizados de las Farc; el Esmad en las ciudades es un 007 con licencia para violar los derechos humanos, y la lista que sigue está como para apelar al cómico de Sábados felices diciendo, “uf, me cansé”.
En medio de esta desazón social, Colombia aparece hoy como sede de la III Cumbre Hemisférica contra el Terrorismo, lo que parece un chiste cruel, y más cruel, la calaña de asistentes: el secretario de Defensa de EU, país que se da licencia de provocar una eventual guerra mundial en aras de la reelección presidencial y como cortina del juicio a Trump; un presidente interino de un vecino país que tiene que entrar a Colombia por las trochas dominadas por grupos paramilitares (los Rastrojos); un representante de un gobierno (Chile) investigado por la ONU por violación de derechos humanos y, para no cansarnos con otra larga lista, el representante de un reciente gobierno que derrocó militarmente al presidente constitucional. ¿Qué se puede esperar de tan curiosa cumbre antiterrorista?
Regresando a Colombia, el Comité del Paro Nacional, debiera ponerse metas claras de protesta social: como en Chile; como en Francia. Mientras en Chile el paro continuado ya consiguió doblegar al Gobierno sobre la necesidad de una nueva constitución pospinochetista, y en Francia hicieron retirar la reforma pensional, en Colombia, curiosamente, aparece la víspera del primer paro del 2020, el presidente de la CGT diciendo en uno de los noticieros de TV de mayor audiencia que lo de hoy no es paro nacional sino cacerolazo; y más grave aún, que lo de los estudiantes, “nada qué ver con el paro nacional”. Eso refleja falta de compromiso y solidaridad social; refleja falta de liderazgo en general y, refleja, falta de agenda concreta.
No obstante, a trochas y mochas, “ladran perros, luego cabalgamos, Sancho”.
https://periodicoelsatelite.webnode.es/news/nos-fuimos-de-paro/
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