Bolivia es un país con 11 millones 216 mil habitantes donde un poco más de la mitad son mujeres; su extensión territorial posee grandes recursos naturales, por lo que se colocaría en el 8avo lugar en el mundo: litio, gas, petróleo, grandes reservorios de agua, riqueza de biodiversidad, etc., son estos los que están disputándose las transnacionales o multinacionales, cuando los verdaderos dueños son el pueblo o colectividad boliviana.

Las oligarquías, vienen siendo las mismas clases de las burguesías pro imperialistas, se caracterizan por apátridas, es decir, no tienen patria y, la burguesía nacionalista, de ella casi no queda nada o está extinta, debido a las contradicciones interburguesas.

El golpe llegó de la confabulación de sectores externos e internos: la embajada estadounidense, la Organización de Estados Americanos (OEA) de Luis Almagro, el grupo de Lima, la Comunidad Económica Europea, etc., los internos son: los Comités Cívicos Departamentales que son dirigidos por el empresario de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho (grupos facistoides); grupos clericales del alto clero católico y de alto conservadurismo; la derecha boliviana encabezada por Carlos Mesa, Gonzalo Sánchez de Lozada; Carlos Ortiz del Partido Demócratas por Bolivia y la senadora Jeanine Añez, etc.

Lo que no le perdonarán las oligarquías y transnacionales al presidente Evo Morales Ayma, es el haber sostenido durante su trayecto en la dirigencia del país, la soberanía sobre los recursos naturales en tres vertientes: energético, económico y cultural. Tampoco perdonarán que haya consensuado una Asamblea Nacional Constituyente, la reforma agraria, la renacionalización de los hidrocarburos, recuperando para el Estado el 80 por ciento de la renta petrolera, en lugar del 20% que daban las transnacionales al Estado, las nacionalizaciones y expropiaciones en otros rubros de la economía que, son a toda vista legales en cualquier parte del mundo, porque se les repone a los inversionistas sus aportes de acuerdo a la Ley.

El interés público debe estar siempre por encima del interés privado, es un acto de justicia, para poder tener y dar una equitativa repartición de la riqueza para las mayorías. En varios países del mundo están de acuerdo o reconocen que, en Bolivia se redujo la pobreza de manera significativa durante la dirigencia de Evo Morales, razón por la cual el pueblo boliviano no debe ni puede dar marcha atrás, al contrario, la gran esperanza consiste en luchar por mantener en manos del Estado los bienes económicos para la elevación constante del nivel de vida y no sólo eso, sino espiritualmente también, para elevar la concientización y el espíritu humano, hasta llegar –con el tiempo- a forjar una nueva sociedad.

Con el golpe de Estado en Bolivia, es decir, contra Juan Evo Morales, se fraguó una ofensiva contra los pueblos indígenas, que lograron la preservación de 37 idiomas o lenguas maternas, haciéndolas oficiales junto con el español. La cosmogonía indígena del socialismo, estaba garantizado por el Estado boliviano bajo la bandera multicolor –Wiphala- y la bandera tricolor del Estado Plurinacional de Bolivia, un retroceso en este aspecto sería una afrenta a todos los pueblos originarios y afrodescendientes del continente.

En una entrevista de Rusia Today, RT, Evo Morales comentó algo muy importante sobre el papel que juegan los medios informativos, de los cuales se sirven las oligarquías, en franca alianza con el imperialismo estadounidense para cerrar las aún endebles conciencias de los pueblos que los hacen retroceder a etapas que se creían superadas, en una tremenda lucha ideológica permanente; cabe decir que casi todos los países de América Latina, el 80 por ciento de los medios informativos están y se mueven de acuerdo a los intereses del capitalismo oligárquico-imperial, están precisamente en manos de estos, por lo que tanto en México, Ecuador, Chile, Argentina, Bolivia, Venezuela, Haití, etc., deben formar los medios para mantener un equilibrio en cuanto al manejo y contenido público de estos, para contrarrestar el golpeteo cultural y las noticias falsas y contrarias a las realidad concreta. Es de necesidad urgente la democratización de los medios en todas sus formas. En el caso de Bolivia, los medios pro-capitalistas mantienen su influencia nefasta principalmente en tres regiones: La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.

Con el desarrollo de las nuevas tecnologías enfocadas a los medios informativos, el imperialismo destina enormes cantidades de dinero para controlar la información, ocultando la verdad y dirigiéndola a países que no están de acuerdo con su hegemonía.

La importancia que tiene para los Estados nacionales, tener en sus manos, parte importante de los medios informativos, es que a través de estos, desde los más antiguos hasta los más modernos, hoy en día, es que podrán impartir la cultura, la ciencia, la educación, etc., en sentido de ir descolonizando las mentes que por muchas generaciones ha mantenido el régimen establecido, sobre la sociedad; se podría lograr un cambio en cuanto a combatir el anti-humanismo, como es el racismo, la discriminación, el egocentrismo, la banalidad etc., etc.

Aún cuando los gobiernos progresistas busquen alejarse de las políticas neoliberales, para mejorar las condiciones de vida de las mayorías, el capitalismo y su fase superior –el imperialismo- se opone y representa una grave amenaza para esos gobiernos y sus pueblos.

Los países de América Latina deben buscar la integración para la defensa colectiva de sus recursos naturales que deben ser explotados con racionalidad y equilibrio, con respecto a la naturaleza para bienestar de las presentes y venideras generaciones. Entre más unidos estén los gobiernos progresistas y de izquierda revolucionaria y pueblos latinoamericanos, mayor manera de disipar amenazas como las que lanzó hace algunos días mister Mike Pompeo secretario de Estado de los EEUU, en sentido de que este país, ayudará a los países de gobiernos pro-yanquis a impedir las revueltas o manifestaciones de descontento social en América Latina, dicha intimidación no mellará la justa lucha emancipadora de nuestra América.