Colombia, una falsa promesa para quienes abandonan Venezuela

24/01/2019
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En su campaña electoral, el presidente colombiano Iván Duque se comprometió a mantener abierta la frontera con Venezuela para asistir a los migrantes que viven, dijo, una “crisis humanitaria”. Actualmente cerca de un millón de venezolanos reside en Colombia pero casi un cuarto se encuentra de forma ilegal. Por tratarse de un gobierno neoliberal, el gobierno no brindará una solución a los problemas de los venezolanos. En lugar de eso, el flujo migratorio solamente exacerbará el desempleo, la inseguridad, entre otras cuestiones.

 

Para empezar, el flujo de migrantes está aumentando en medio de un contexto crítico de la economía colombiana, por lo que el gobierno no tiene la capacidad de recibir a los migrantes venezolanos. Vale la pena destacar que casi la mitad de los trabajadores colombianos está en el sector informal, con lo cual los indicadores de pobreza se encuentran en un estado alarmante. Así los migrantes salen para intentar cambiar su condición económica, pero solamente terminarán por empeorar las condiciones económicas en Colombia.

 

Aprovechando la crisis venezolana, las empresas colombianas contratan a los migrantes venezolanos bajo pésimas condiciones laborales. Por lo tanto, los empresarios prefieren contratar a los migrantes reduciendo el número de puestos formales para los trabajadores colombianos. En la actual administración, los migrantes documentados podrán contar con la asesoría del gobierno para mejorar sus condiciones laborales, pero eso no resolverá los problemas del mercado laboral.

 

Esto es así porque la cantidad de venezolanos indocumentados está creciendo vertiginosamente a tal punto que podría superar a los migrantes documentados en un corto período. Al no poder emplearse formalmente, los migrantes se ven obligados a conseguir un trabajo en el sector informal en Colombia. En ese sector los venezolanos están sumidos en la miseria ya que trabajan en actividades informales como el comercio ambulante, el trabajo doméstico, la construcción, entre otras cosas. Aparte de esto, las familias colombianas ya no reciben los beneficios de los programas sociales del chavismo.

 

Por no contar con la ciudadanía colombiana, las familias venezolanas no tienen acceso a los servicios gratuitos del gobierno colombiano como la educación pública. Por ejemplo, los hijos de migrantes indocumentados no pueden asistir a una escuela pública ni recibir algún beneficio de los programas sociales para los estudiantes colombianos. En esas condiciones, los migrantes venezolanos están condenados a vivir en la marginación, dado que no existe una expectativa de mejora en su país para que puedan regresar a sus comunidades.

 

Para abordar la crisis, el gobierno de Iván Duque está recibiendo recursos económicos de Estados Unidos por medio de las donaciones de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés). En los últimos dos años, el gobierno ha ocupado 46 millones de dólares para asistir a los venezolanos que cruzan la frontera en busca de alimentos, agua y asistencia médica. Además, el apoyo es también proporcionado por iglesias, organizaciones no gubernamentales, grupos voluntarios pero la respuesta continúa siendo insuficiente para satisfacer las necesidades de los venezolanos.

 

Por mencionar algunos casos, los venezolanos pueden conseguir alimentos solamente por algunos días en los comedores comunitarios, con lo cual la inseguridad alimentaria no es erradicada. Para pasar la noche, las calles son ocupadas por los migrantes convirtiéndose en indigentes, ya que el gobierno no ha instalado un número adecuado de refugios en varias ciudades. Además, la asistencia médica solamente puede ser dada únicamente en casos de urgencia para la población indocumentada quedando en un estado vulnerable.

 

Ante la falta de financiamiento, el canciller colombiano Carlos Holmes solicitó apoyo en la Organización de Estados Americanos (OEA). En consecuencia, los miembros de la organización crearán una plataforma financiera apoyada por el Banco Mundial, la Comunidad Andina de Fomento y la Unión Europea para atender el problema migratorio. Aliándose con Estados Unidos, el gobierno no podrá brindar una solución duradera para los venezolanos. De intensificar su postura intervencionista, el presidente Iván Duque violará el derecho internacional al entrometerse en los asuntos internos de Venezuela.

 

Por si fuera poco, la xenofobia de los colombianos está aumentando por lo que la población venezolana está enfrentando diversas dificultades. Lo anterior es en parte debido a que los venezolanos indocumentados son acusados de cometer robos en varias ciudades como Cúcuta, Bogotá y Barranquilla. La población colombiana está cada vez más en contra de recibir a los migrantes, por lo que el conservadurismo podría fortalecerse y las deportaciones crecerían. En este escenario, los enfrentamientos entre colombianos y venezolanos aumentarán, situación que imposibilitará concretar una salida al problema migratorio.

 

Además la inseguridad aumentó considerablemente después de la firma de los acuerdos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Los grupos guerrilleros dejaron, al abandonar sus zonas de influencia, el camino libre a los paramilitares para que extendieran sus territorios dominados. Como el gobierno ha incumplido en proteger a los grupos guerrilleros, estos grupos están siendo reclutados por los paramilitares. Ante los paramilitares los migrantes están ahora totalmente desprotegidos, quienes cruzan la frontera por zonas conflictivas conocidas como trochas en donde predomina el narcotráfico, el tráfico de personas y la venta ilegal de armas.

 

Por otro lado, los paramilitares han logrado corromper el sistema político de suerte que la población colombiana no cuenta con el apoyo del Estado para eliminar la violencia. Por mencionar algunos puntos, los paramilitares han financiado candidaturas presidenciales; apoyado económicamente de forma desmedida a congresistas; y controlado las instituciones de justicia con el propósito de quedar impunes sus delitos. Para la sociedad colombiana, esto ha imposibilitado tener unas elecciones democráticas que tengan legitimidad, transparencia y equidad entre los candidatos.

 

De forma similar, el fortalecimiento de los grupos paramilitares también representa una amenaza para el pueblo venezolano. En las ciudades fronterizas, los paramilitares han entrenado a grupos venezolanos que han desestabilizado las marchas a través de ataques en contra de la policía. Como resultado, los paramilitares han provocado la muerte de manifestantes y por eso los venezolanos temen protestar pacíficamente en las marchas. Además, el gobierno venezolano acusó a estos grupos de llevar a cabo el atentado contra el presidente Nicolás Maduro a mediados del año pasado, lo que puso clara la intención de políticos venezolanos y colombianos de realizar un golpe de estado.

 

En conclusión, la crisis migratoria venezolana no será en lo más mínimo resuelta con las medidas ejecutadas por gobierno de Iván Duque. Los migrantes sufrirán las mismas penurias de los colombianos y el conservadurismo de la sociedad colombiana quedaría fortalecido. Para resolver el problema, los gobiernos sudamericanos deberían adoptar una agenda progresista con el fin de detener el flujo migratorio y, al mismo tiempo, proporcionar oportunidades a los venezolanos.

 

Ulises Noyola Rodríguez

Colaborador del Centro de Investigación sobre la Globalización.

 

 

 

https://www.alainet.org/fr/node/197742?language=es
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