El desafío democrático en Internet

30/04/2015
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Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento No. 503: Hacia una Internet ciudadana 28/04/2015

El concepto de "gobernanza de Internet" es uno de los resultados de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI), que se llevó a cabo en dos fases, en Ginebra (2003) y en Túnez (2005).  En Túnez, se adopta la siguiente "definición de trabajo" de la gobernanza: "desarrollo y aplicación por los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil, en el desempeño de sus respectivos papeles, de principios, normas, reglas, procedimientos de toma de decisiones y programas comunes que dan forma a la evolución y a la utilización de Internet".

 

En esta "definición de trabajo" distinguimos dos aspectos principales: uno son las palabras que dan al término "Gobernanza de Internet” su significado, esto es: "desarrollo y aplicación... de principios, normas, reglas, procedimientos de toma de decisiones y programas comunes que dan forma a la evolución y a la utilización de Internet".

 

El otro aspecto es una afirmación política sobre quién es responsable de esta "Gobernanza de Internet": "los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil, en el desempeño de sus respectivos papeles".  Si bien se afirma en documentos derivados de la CMSI que la gobernanza de Internet debe ser "democrática, y hacerse con la plena participación de los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y las organizaciones internacionales", no se ha llegado a explicar cómo el principio de que el gobierno de Internet debe ser democrático puede ser implementado en la práctica.

 

La afirmación sobre la "plena participación" de todo tipo de partes interesadas puede sonar bien, pero no pasa de ser una buena intención que no se refleja en los hechos: desde mucho antes de la CMSI, y más aún hoy, las empresas privadas del sector Internet, junto con la llamada "comunidad técnica de Internet" de ingenieros (que en su mayoría trabajan para las mismas empresas privadas) son prácticamente los únicos que realmente tienen "plena participación" en la gobernanza de Internet.  En gran medida, son los puntos de vista y preocupaciones de este grupo de personas y empresas los que configuran la evolución de Internet y la forma en que se puede utilizar, por ejemplo a través del trabajo del Grupo de Tarea de Ingeniería de Internet (IETF, por sus siglas en inglés).

 

La gama de puntos de vista es mucho más amplia en algunos foros de discusión (donde no se toman decisiones), como las reuniones anuales del Foro de Gobernanza de Internet (IGF) de la ONU.  Sin embargo, no existen mecanismos eficaces para que las prácticas reales de la gobernanza de Internet, -es decir, lo que realmente da forma a la evolución y al uso de Internet-, tengan en cuenta la variedad de preocupaciones que se expresan en el IGF.

 

Con los actuales mecanismos concretos de gobernanza de Internet, si bien se puede expresar una multiplicidad de puntos de vista -por ejemplo en el IGF-, cualquier mensaje expresado que no concuerde con los valores propios de los ingenieros de la "comunidad técnica de Internet", simplemente no llevará a ningún resultado concreto en su implementación.  Esta situación no es democrática en absoluto.  En ausencia de estructuras democráticas formales para la gobernanza de Internet, no hay ninguna manera de hacer avanzar temas de justicia social y económica, ya que no son de interés particular para la mayoría de ingenieros, máxime cuando fácilmente podrían ir en contra de los intereses económicos de sus actuales o futuros empleadores.

 

Vale aclarar que me refiero literalmente a la palabra "democrática", en el sentido, por ejemplo, de que una elección no es automáticamente un proceso democrático, sino cuando hay una atención adecuada a ciertos parámetros, en particular: (1) cómo se definen las candidaturas, (2) quiénes tiene el derecho de votar, (3) la posibilidad de estas personas de ejercer su derecho al voto, y (4) la prevención del fraude electoral; solo entonces se puede considerar la votación propiamente como una "elección democrática".  El significado literal de δημοκρατία (demokratía), en lenguaje moderno "democracia", es que "es el pueblo quien tiene el poder de gobernar".  Desde la antigüedad, ello se contrasta con "el imperio de una élite", por lo que el antiguo término griego apropiado para este último es ἀριστοκρατία (aristokratía).  En relación con Internet, la "comunidad técnica de Internet" está jugando el papel de una aristocracia, donde algunas organizaciones son tan poderosas que actúan como los reyes que pueden hacer simplemente todo lo que quieran.  Los ejemplos incluyen Google, Facebook, Microsoft y la NSA.

 

Esto no sería un problema tan grande si Internet tuviera una importancia relativamente menor, como fue el caso en sus inicios.  Sin embargo, ahora Internet está facilitando una transición muy significativa de las sociedades humanas hacia un estado de organización mucho más globalizado y mucho más basado en tecnologías digitales, en comparación con todo lo que hayamos conocido antes.  Necesitamos asegurarnos de que la democracia, en el sentido literal de la palabra, como se explicó anteriormente, sobreviva a esta transición.

 

Un gran reto en este plano es que resulta poco atractiva la idea de aplicar directamente a la gobernanza de Internet los procesos existentes de democracia, basados en el Estado (que pueden describirse como implementaciones parciales o totales -de variable calidad- de la idea de la democracia, en el contexto de los Estados-nación).

 

La idea de la democracia representativa es que, puesto que en el mundo actual, la complejidad general del conjunto de las necesidades de gobernanza es tan grande, la ciudadanía delega las tareas de gobierno a especialistas (el ejecutivo y la rama judicial del Estado) y a un parlamento que supervisa el trabajo del ejecutivo y que por medio de leyes dirige el trabajo del Poder Judicial, o sea, el sistema de las cortes de justicia.  Este sistema está en riesgo de ruptura cuando un gran número de ciudadanos no confía en los candidatos de los partidos políticos democráticos que se presentan a elecciones (una situación conocida como "crisis de democracia", que está, por desgracia, extendida, especialmente en muchos países "occidentales").  Además, el sistema democrático basado en el parlamento no puede funcionar en relación con la gobernanza de Internet, cuando ninguno de los partidos políticos mayoritarios propone candidatos al parlamento que tengan un conocimiento real y competencias en esta área.  Cuando los políticos no logran demostrar una competencia digna de confianza, prevalecerá el populismo desatinado.

 

Parte del problema es que en la actualidad resulta muy difícil adquirir cualquier comprensión y competencia en el área de la gobernanza de Internet que no se base en el sistema de valores de la "comunidad técnica de Internet" y en la ideología de "la gobernanza de múltiples partes interesadas" (o multisectorial), que esencialmente trata de preservar las estructuras de poder existentes en la gobernanza de Internet.

 

Por ejemplo, para las personas que tienen interés en aprender sobre la gobernanza de Internet, un referente importante es la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números (ICANN) que, además de algunos asuntos técnicos profundos, que no son directamente visibles para los usuarios finales, decide acerca de la creación de nombres de dominio del nivel superior como ".shop" o ".pharma" y sobre las reglas que se aplican a este tipo de nombres de dominio.  Uno de los peligros es que los registradores de nombres de dominio deben firmar un contrato con ICANN (entidad registrada bajo la ley estadounidense) que podría extender algunos aspectos desafortunados de la ley estadounidense al ámbito global.

 

ICANN, que tiene cuantiosos recursos económicos, utiliza su dinero para atraer a una gran cantidad de personas a sus procesos.  Mientras que (a diferencia de algunos otros procesos de gobernanza de Internet) los asuntos no técnicos sí pueden ser colocados como tema de discusión, en los hechos toda la estructura de ICANN está dirigida a asegurar que se tomen las decisiones necesarias en relación a la asignación de "nombres y números".  El nombre de la ICANN no es un engaño, su alcance está realmente limitado a esto.  Por supuesto, las personas y organizaciones a quienes he descrito anteriormente como una especie de aristocracia, tienen interés en que se siga prestando esta función de gobernanza.  Desde su perspectiva, tienen mucho menos importancia las decisiones sustantivas que se tomen en esta institución de gobernanza, que el hecho de que, de alguna manera, se tomen efectivamente decisiones, y que sus resultados sean ampliamente aceptados, nos guste o no.

 

Ni ICANN, ni cualquier otro proceso establecido de gobernanza de Internet, ofrece oportunidades para suscitar la discusión sobre preocupaciones generales de justicia social y económica en relación con Internet, ni para iniciar el correspondiente proceso de solución de problemas.  Esto no debe sorprendernos: después de todo, quienes actualmente detienen mucho poder en el ámbito Internet no tendrían nada que ganar, y, potencialmente, tendrían mucho que perder, con el empoderamiento de los movimientos por la justicia económica y social.  Así, actualmente, sólo se resuelven los problemas técnicos y de negocios.

 

Solucionar problemas reales

 

En mi opinión, hay tres cosas que se pueden y se deben hacer con el fin de superar este impasse, relacionado con la actual falta de procesos de resolución de problemas de justicia social y económica, relacionados con "la sociedad de la información":

 

En primer lugar, tenemos que insistir, en cada oportunidad que corresponda, en la solución de problemas reales. Prolongar eternamente las discusiones simplemente no basta.

 

En segundo lugar, tenemos que crear un espacio donde se pueda desarrollar un discurso de alta calidad, enfocado en la solución de problemas socio-económicos, sin interrupción por parte de quienes preferirían que los problemas de justicia social y económica permanezcan sin resolverse.  En mi opinión, el Foro Social de Internet debe ser diseñado de manera que pueda cumplir esta función.

 

En tercer lugar, tenemos que vincular directamente este trabajo de solución de problemas a la política seria, y específicamente al discurso político presente en los parlamentos.  De esta manera, los y las miembros de los Parlamentos serán informados acerca de lo que realmente importa en la gobernanza de Internet.  Como consecuencia, el discurso político hegemónico en los medios de comunicación, que presta mucha atención a lo que sucede en los parlamentos nacionales, también estará mucho mejor informado.

(Traducción ALAI)

 

- Norbert Bollow es consultor independiente en asuntos técnicos y en la solución de problemas empresariales, radicado en Suiza. Participa en el movimiento de Software Libre y de Código Abierto y en otras áreas de defensa de la justicia social relacionada con Internet.  Co-coordinador de la Coalición Just Net.

 

Artículo publicado en: América Latina en Movimiento 503, ALAI abril 2015.  “Hacia una Internet ciudadana”.  http://www.alainet.org/es/revistas/169246

 

https://www.alainet.org/fr/node/169332

Publicado en Revista: Hacia una Internet ciudadana

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