Lecciones bolivarianas
Aprendizajes de las elecciones venezolanas
29/11/2012
- Opinión
Jamás en la historia de Venezuela la participación de los votantes en una elección llegó al 80% del padrón electoral, como ocurrió en los recientes comicios presidenciales. Es más, teniendo en cuenta que la votación en el país bolivariano no es obligatoria, la alta participación registrada da cuenta de un creciente interés por la vida democrática y significa una extraordinaria politización del pueblo venezolano.
Esta es una de las principales conclusiones del Foro: Lecturas y aprendizajes de las elecciones en Venezuela [1], que tuvo lugar el 14 de noviembre, en la sede de la Cancillería ecuatoriana y contó con la participaron de María Urbaneja, embajadora de Venezuela en Ecuador; Irene León, directora de Fedaeps; Ana Elisa Osorio, vicepresidenta del Parlamento Latinoamericano; y María Augusta Calle, asambleísta ecuatoriana.
Irene León, quien participó de la misión de acompañamiento del proceso electoral en Venezuela, destacó que la politización de la sociedad venezolana se construye con una propuesta de cambio que tiene al pueblo como principal protagonista de las transformaciones. Explicó que el debate, con argumentos de fondo, era compartido por una gran parte de la población, que no sólo discutía sobre el mantenimiento de un programa social o de una pequeña orientación, sino que hablaba de socialismo o neoliberalismo y sus implicaciones.
La embajadora venezolana en Ecuador, María Lourdes Urbaneja, reafirmó que el proceso bolivariano busca transformar a las ciudadanas y ciudadanos en sujetas y sujetos de la política y no en objetos de ella. Por ello, considera que uno de los mayores logros de la revolución bolivariana ha sido la politización de la sociedad en su conjunto. En este campo hay notorios avances en la construcción de una democracia participativa, protagónica y solidaria en el camino de la utopía llamada socialismo del siglo XXI.
En este contexto el programa del Gran Polo Patriótico convocó y marcó la pauta del debate ante una oposición carente de propuestas. Urbaneja remarcó que el debate giraba sobre cómo profundizar el proceso bolivariano a través de políticas de igualdad, la ampliación de derechos, la redistribución de la riqueza, la reforma agraria, la soberanía alimentaria, el acceso a la vivienda, las mejoras educativas, la reducción de la pobreza, entre otros temas que se pueden sintetizar en un fuerte compromiso por una mejor calidad de vida: el compromiso con el buen vivir.
Como respuesta a las propuestas bolivarianas, León observó que la derecha se vio obligada a entrar al debate político. A pesar que generalmente se maneja con grandes campañas publicitarias y de marketing, en esta ocasión tuvo que recurrir a los símbolos del pueblo para intentar sintonizar con las preocupaciones centrales de la sociedad venezolana. El comando de campaña de Henrique Capriles tuvo que presentarse a la altura de los debates que se estaban produciendo en la sociedad venezolana, pese a que inicialmente se mostraba carente de discurso. El candidato de la derecha recorrió el país disfrazado de pueblo tratando de mimetizar su discurso con las propuestas de la revolución bolivariana.
El ataque mediático
Sin embargo, no se trató de una batalla sencilla. La asambleísta ecuatoriana María Augusta Calle manifestó que en la campaña política las principales corporaciones mediáticas nacionales e internacionales fueron actores políticos deliberantes del proceso electoral. Se elaboraron matrices de opinión, reproducidas por diferentes canales, para desinformar a través de relatos tendenciosos sobre una serie de sucesos como el accidente en la refinería Amuay, la enfermedad de Chávez, el miedo a la violencia, un hipotético desabastecimiento y hasta la posibilidad de un fraude electoral.
Calle advierte que en esta elecciones presenciamos la construcción de un discurso a través de matrices de opinión para colocar al presidente y al gobierno venezolano como la antípoda de la libertad, como el signo de la ineficiencia, como líder de un proceso que conspira contra la democracia latinoamericana.
El propio día de las elecciones los medios internacionales comenzaron a circular información que daba como ganador a Capriles. Estas noticias no eran propagadas por medios despistados, sino por medios importantes que son referentes en sus respectivos países. Era parte de una estrategia mundial de desinformación sobre las elecciones en Venezuela, pues la mayoría de estas corporaciones mediáticas, que reproducían información no confirmada, pertenecen a la Sociedad Interamericana de Prensa –SIP.
La asambleísta ecuatoriana considera que esta estrategia es parte de lo que en comunicación se denomina guerras de cuarta generación, que buscan transmitir todos los días y por todos los medios posibles, una idea o un pensamiento específico de tal forma que las personas crean en ello sin preguntar si será cierto o mentira.
Repercusión mundial
Por la magnitud de la cobertura que la prensa internacional dio al proceso electoral venezolano podemos considerar que estas elecciones tuvieron un carácter mundial. En el mundo entero se llegó a discutir sobre la importancia de Venezuela para América Latina.
León explicó que fue un fenómeno político de gran alcance porque desde sus inicios, el proyecto bolivariano se planteó un proceso alternativo al capitalismo, como quedó demostrado en la lucha contra el ALCA.
La embajadora Urbaneja destacó que la región es observada como el lugar que plantea nuevas arquitecturas, nuevos paradigmas financieros, económicos y sociales para enfrentar al capitalismo. América Latina es vista como una región dónde se construye alternativas sin la presencia de Estados Unidos. De ahí el temor que genera Chávez a los intereses de los grandes capitales transnacionales y sus aliados locales.
Los resultados
El presidente Hugo Chávez ganó la elección con 10 puntos de diferencia, resultado que ningún político serio cuestionó por la transparente organización del proceso electoral. Ahora, en el análisis de las cifras, una cuestión importante que permite el sistema venezolano es la cuantificación segmentada de los votos obtenidos por cada uno de los partidos políticos que forman parte de las alianzas electorales.
Ana Elisa Osorio, vicepresidenta del Parlamento Latinoamericano, indicó que del 55% obtenido por el presidente Hugo Chávez, el 42% correspondió a votos del Partido Socialista Unido de Venezuela –PSUV–, mientras que el porcentaje restante fue logrado gracias a los partidos aliados del Gran Polo Patriótico, que esta elección jugaron un rol definitorio.
Algo similar ocurrió con el candidato Capriles, pero en sentido inverso. Según explicó Osorio el partido al que pertenece el candidato opositor obtuvo el menor número de votos, a pesar que hacia el final de la campaña presidencial realizaron un esfuerzo particular por posicionar el nombre de su organización partidaria. Sin embargo, los partidos tradicionales fueron los que contribuyeron con la mayor votación para el candidato derechista. Estos hechos han terminado ocasionado fisuras en el bloque opositor luego del proceso electoral.
Ahora, el desafío para la revolución bolivariana —según Osorio— tiene que ver con rescatar un significativo porcentaje de los 6 millones de votos que obtuvo la oposición. Se admite que un sector importante que antes votó por Chávez en esta ocasión pensó en otra alternativa. Asumiendo una posición autocrítica, además de la guerra mediática contra la revolución bolivariana, se reconoce que algunas políticas fueron erradas. Definitivamente en Venezuela no hay 6 millones de oligarcas, por lo tanto se necesita implementar políticas para atender adecuadamente a una parte de la clase media que se siente descontenta. Por ejemplo, han habido algunos discursos errados hacia ciertos sectores de técnicos o profesionales, como en el caso de los médicos., que han sido azuzados por los medios de la derecha para criticar al gobierno.
Finalmente, a pesar de las disputas propias de las elecciones, el mandato popular ratificó a la revolución bolivariana para continuar adelante con las transformaciones que viene implementando. Se logró un resultado incuestionable que ni la beligerante oposición pudo objetar. Esto en un marco de reglas de juego claras y procedimientos minuciosamente desarrollados por el poder electoral. El 7 de octubre fue un paso decisivo para profundizar las conquistas sociales de Venezuela y de América Latina. La revolución bolivariana se ha enraizado en el pueblo venezolano. En estos 14 años se puede evidenciar grandes diferencias de lo que era la Venezuela antes del 99 y la república bolivariana actual.
Notas
[1] El foro fue organizado por la Fundación de Estudios, Acción y Participación Social (FEDAEPS), la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en el Ecuador, el Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN) y contó con la colaboración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador
https://www.alainet.org/fr/node/162991
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